Sabemos que no hay tierra ni estrellas prometidas. Lo sabemos, Señor, lo sabemos y seguimos contigo trabajando. Sabemos que mil veces y mil veces pararemos de nuevo nuestro carro y que mil y mil veces en la tierra alzaremos de nuevo nuestro viejo tinglado. Sabemos que por ello no tendremos ni ración ni salario. Lo sabemos, Señor, lo sabemos y seguimos contigo trabajando.
Y sabemos que sobre este tinglado liemos de hacer mil veces y mil veces todavía el mismo viejo truco bufo-trágico sin elogios ni aplausos. Lo sabemos, Señor, lo sabemos y seguimos contigo trabajando...