Mientras la ciudad duerme tu escuchas en la obscuridad, respirando realidad. El aire acaricia tu cara y el frío en la espalda te da claridad.
Quieres detener el tiempo, hacer todo correcto, esta noche el presente es eterno porque sabes que no habrá un segundo intento quieres compartir sus alegrías y decirle buenos días, cada mañana, toda su vida.
Es de noche y no dejas de pensar en las mañanas que se han perdido y las tardes que podrían haber sido. Los besos que no se han dicho y la palabras que no se han sentido.
El miedo se ha ido y también el ruido, y en unas horas la noche también lo hará, llevándose la claridad. Y yo seguiré despierta intentando no dejarte escapar una vez más.