Esta es la inexplicable historia De un pintor y una poeta Que aprendían a ser uno Cada vez que la luna tocaba el mar.
Ella veía la magia del mundo. Con su innato talento de crear, Le enseño que para amar Debía ver más allá de sus ojos.
Él veía un mundo estructurado. Con manos de artista, Le mostro que para cada caricia Debía existir un orden.
Ella escuchaba risas en las olas Llantos en el viento, y en las noches Se sentaba con luz de luna A escribirle versos morados.
El escuchaba tambores a lo lejos Murmullo en el silencio, y en las noches Le pintaba con luz de luna Los mundos que había visto.
Ella vivía por la tierra y el mar. Era una ninfa. Él vivía en aire y ciudad. Era el protagonista de su vida. Ella lo amaba. Amaba su inteligencia y La fuerza con la se movía. Ella le pidió que se quedara.
Él la amaba. Amaba su sonrisa y su libertad, Su mente descarrilada. Él le dijo que se quedaría de por vida.
Esta es la inexplicable historia De un pintor y una poeta Que aprendían a ser uno Cada vez que la luna tocaba el mar.