Día uno, un día.
Primero lo haces,
luego lo cuentas.
Nadie hará tanto por ti
como tú.
Lo tuyo te encuentra;
todo ya es,
antes de ser.
Pero el que no se decide
ve lo que pasa.
Y eso me hace pensar en
Amélie (2001).
Por eso,
todo lo que tienes en el corazón
debe ser manifestado
antes de que sea tarde.
Ella quería que algo sucediera,
algo, cualquier cosa.
Pero una escena que nos encantaría
es cosa de dos.
Solamente se vive una vez.
Hay que saber
que la vida nos deja vivir
sin arrepentimientos.
Gozar la escena
que nos encantaría vivir.
Día uno.
Un día inolvidable.