Somos la noche:
El grito silencioso del viento
estrellándose en tu ventana,
Somos el tiempo:
Un deseo oculto de nuestra piel.
Somos anhelo en carne fresca:
Violento suspiro de pasión,
voces entrecortadas por un gemido,
la presión de una mano sobre el muslo del otro.
Somos la noche:
Fiebre prisionera de dos cuerpos,
lánguido roce de un par de labios.
Somos dos que no saben decir adiós,
y ojos que no abandonan.
Somos sombra de nuestros pasos,
un callejón de abrazos
y palabras huyendo de madrugada.
Somos noches pasadas.