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Yorlan Aug 11
Un látigo cae en mi espalda.
Cada golpe es una llaga.
Con cada llaga grito,
y con cada grito mi alma
llora en desesperación.

Un látigo cae en mi espalda.
La sangre resbala y se escurre
como lo hicieron sus manos,
cuando se encendía su pasión venérea.

Un látigo cae en mi espalda
para que no olvide los errores
que cometí, quizás por humano,
y ahora no puedo enmendar.
Atormentándome afanosamente
mientras exista un brillo de ilusión
o atisbo de deseo por reencontrarla.

Un látigo cae en mi espalda.
Me esclavizan mis recuerdos,
y me tortura el vacío
que dejaron sus bizarras huellas.
Yorlan Aug 11
De tanto profanar su nombre,
Cupido se ha dado a la fuga.
Ha decidido esconderse de mí.
Quizás por temor a las consecuencias
de sus nefastos dardos envenenados.

Coexisto en un metaverso insípido
que me separa del resto del mundo,
donde la alegría es improvisada y falsa,
como las promesas de amor eterno.

No encuentro sabores nuevos,
ni máscara, para el desasosiego incausto
que quema la poca alegría
con que sobrevivo, crudo y versátil.

Mi almohada es la única seductora
que me lleva hasta la cama,
donde las horas corren y bailan,
mientras pierdo cada vez más
el vívido deseo de levantar mi ánimo.

Insípidas y frías son mis noches.
Insípida y fría, mi vida misma.
Insípida, la nostalgia indómita
que me empuja desenfrenada,
hacia un abismo de piel y lujuria,
superlativamente ajeno a mí.
Y con el peso de la caída,
se van acolchonando las memorias;
que sólo sirven de látigo para el corazón.
Yorlan Aug 11
La costumbre.
Más que una cárcel un ataúd.
Una cuerda atada a tus manos.
Un semillero de nostalgia,
arrepentimiento y ansiedad.

Complicado no, metamórfico,
el desdén inusual de aquello
que un día fue sólo por ti,
y para ti.
Pero nunca fue tuyo.
Y no lo entendías porque estaba ahí,
a pesar de disturbios y peleas.

Hasta ese adiós que rompió el cristal
que te impedía caer al abismo.
Ese mismo abismo que fue tu pesadilla,
aunque no temías a la altura a su lado.
Pero ya no está a tu lado.

Jaqueca incesante pensarlo tanto.
Neurosis, catástrofe de sentimientos,
atropello de pasos
sobre tus propios pasos.

El amor es la arteria de la vida,
por donde bombea la costumbre.
La costumbre de una llamada,
de levantarte con un beso,
los paseos de mano,
las risas, los desvelos pasionales,
hasta las discusiones tontas
se te hacen necesarias.

Los recuerdos son espinas.
Abrazar el vacío sobre la cama,
una secuela.
La herida sana, pero deja cicatrices.
Y el confort es una llama
que te quema al intentar tocarla.
Yorlan Aug 11
Tu cuerpo...
paisaje en mis sueños
que se dibuja cada noche.
Una escultura de demonia,
vestida con la piel
de ángel afrodisíaca.

Tus gemidos...
mi nana para dormir,
esa nota musical que escucho
mientras mis ojos
descansan placenteros.

Y mientras mis ojos
descansan placenteros,
mi mente sólo piensa
en posiciones nuevas,
en caricias perfectas
y besos prohibidos,
destinados para el día bendito
en que nos volvamos a ver.

No perdonaré
nuestras faltas pasadas,
si el encuentro grato queda
entre las paredes
de mi habitación.
Te castigaré con golpes de seda
que te harán gritar por más.

Destinaré todo un día
para nuestros placeres ladinos.
Y durante la noche,
te recordaré la felicidad
de estar entre mis brazos.
Te haré eternamente mía
esas horas,
que nos volvamos a ver.

La luna sentirá envidia
cuando quede opacada por tu luz.
Las estrellas serán rojo rubor,
si se convierten
en testigos de nuestro fuego.
Todo el universo
se congelará en el tiempo,
el día que nos volvamos a ver.

Mucho morbo,
para la pasión del cuerpo.
Buen vino, para calmar la sed.
Pocas palabras.
No serán necesarias.

...mi mente te piensa
cada noche, y me repite
todo aquello que te hará,
el día que nos volvamos a ver.
Yorlan Aug 11
Nuestros pasos
tomaron rumbos distintos.
Pero nunca te perdí.

El hilo rojo que nos ató
aquel martes tan inolvidable,
se ha extendido como nunca,
pero jamás podrá romperse.

Las huellas que marqué en tu piel,
se mantienen frescas como la hierba
bajo el rocío de la mañana.

La música que entre tus piernas
escuchaba antes de dormir,
sigue siendo mis buenas noches
cuando mi mente no calla.

Ya no te extraño, no.
Te necesito notoriamente.
Ya no te amo, no.
Amarte fue un fracaso
que no volveré a cometer.

Ahora te quiero para mí,
para celar tus ropas cortas
y tus miradas maquilladas.
Para pelearte por tus faltas
y arroparnos luego bajo las sábanas,
dejando junto a la ropa
nuestros problemas.

Ahora te quiero para mí,
cuando tenerte no puedo.
Y no eres un capricho, no.
Tú eres adicción.
Yorlan Aug 11
Borro las huellas del camino
que descalzos mis pies andaron,
para no encontrarme con las memorias
que alguna vez fueron mi presente.

Escribo en finas hojas
las palabras que mi corazón dicta,
y para que el recuerdo no quede,
las dejo arder en el fuego.

Vendo los ojos a mi corazón
para que no vuelva a enamorarse.

No quiero encontrarme con el pasado,
para no andar otra vez
por aquel camino espinoso
con mis pies descalzos.
Yorlan Aug 9
Luz de luna
para ti.
Para los sueños
que postergué
con un adiós.
Para aquellas
pesadillas
que se abren paso
entre las sombras
de tu desdén.

Luz de luna
para nosotros
en esta noche
de verano,
donde recuerdo
desnudo tu cuerpo
sobre mi cama,
y lamento
aquella letal
despedida.

Luz de luna
para mí,
insomne
y pusilánime,
que vivía
sólo por usted,
y hoy, en esta
burbuja
de nostalgias,
me siento
indiferente
al mundo exterior.
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