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El hombre que sufre,  
vaga en la niebla del error,  
sin raíces que lo anclen,  
sin espejo de valor.  

Se mira y se culpa,  
se siente equivocado,  
un barco sin timón,  
en un mar desolado.  

Como hoja al viento,  
gira sin rumbo ni fin,  
fácil de llevar,  
fácil de dominar así.  

Busca en otros,  
lo que no ve en él,  
espera que alguien ordene,  
su caos, su desdén.  

"Quizás otro me salve,  
de este abismo interior,  
yo solo soy desgracia,  
sin luz, sin amor."  

Pero en su sombra yace,  
una verdad callada,  
que solo él puede sanar,  
con su alma despertada.  
By: Nasly Castillo
55 · 3d
EN ESTA VIDA
El cuerpo, silenciado,  
para mirar más allá,  
pero al buscar el cielo,  
esta vida se olvidará.  

Y esta vida es la única,  
el suelo donde pisas,  
la otra no está lejos,  
en lo profundo se avisa.  

No es rival, no es distante,  
no está fuera de tu ser,  
está aquí, en tu esencia,  
solo hay que aprender a ver.  

Húndete en lo presente,  
en lo que ahora respiras,  
y en sus aguas profundas,  
la eternidad descubrirás.  

Porque si amas de verdad,  
sin miedo, sin condición,  
Dios dejará de ser lejano,  
y será tu corazón.
Lo que llamas "tu amor",  
no es más que un disfraz,  
son celos que arden,  
ira que no se va.  

Deseos de posesión,  
violencia que no cesa,  
mil sombras oscuras,  
que amor no confiesan.  

Se esconden tras máscaras,  
porque su fealdad,  
no puede existir al descubierto,  
sin engaño ni falsedad.  

¿Dónde está el amor verdadero?  
en lo que das sin esperar,  
en lo que sueltas sin temor,  
en lo que dejas brillar 💖.
Hacer el amor es pintar con el alma,  
un lienzo íntimo que solo comprenden  
aquellos que se aventuran con delicadeza,  
con miradas que buscan más que lo visible.  
Quien no lo descubre,  
aunque lo intente una y otra vez,  
seguirá vacío,  
porque la satisfacción es un eco sutil,  
una canción que nace en lo profundo,  
cuando el acto se convierte en danza,  
en entrega, en paz que fluye sin esfuerzo.  

No es solo un fuego que se consume,  
ni un alivio fugaz.  
Es el momento en que te desvaneces,  
un instante o una eternidad  
donde te fundes en el otro,  
y renaces más limpio, más libre,  
como si volvieras a ser puro.  
Tranquilo, firme, enraizado,  
te descubres lleno, tan lleno,  
que el río que te arrastraba  
ahora te nutre sin desvanecerse.  
Das gracias, porque nuevos horizontes  
se abren ante ti, infinitos y radiantes.  

Cuando el deseo se aleja,  
no es una ausencia, sino un umbral.  
Las puertas de la serenidad se abren,  
y ya no anhelas perderte en el otro,  
sino en ti mismo.  
Nace un nuevo éxtasis,  
el éxtasis de encontrarte contigo,  
una dicha profunda que brota  
de haber compartido con el otro.  
Uno crece, florece a través del otro,  
hasta que llega el momento  
de estar solo, plenamente feliz.  
La necesidad se desvanece,  
pero la sabiduría permanece.  

El otro fue tu reflejo,  
y no lo quebraste,  
porque en él te miraste,  
te reconociste, te elevaste.  
Ya no necesitas buscarte en él,  
puedes cerrar los ojos  
y sentir tu esencia con claridad.  
Pero no habrías llegado aquí  
sin ese espejo que un día  
te mostró con amor.  

Deja que tu amada, tu amado,  
sea tu reflejo.  
Mira en sus ojos,  
descubre tu rostro en ellos.  
Acércate al otro  
para encontrarte a ti mismo.  
Llegará el día en que el espejo  
ya no sea necesario,  
pero no lo rechazarás,  
le estarás agradecido,  
porque sin él no habrías visto  
la luz que ahora te ilumina.  

Entonces llega la trascendencia,  
no como negación,  
sino como un florecer natural.  
Te elevas, vas más allá,  
como la semilla que rompe la tierra  
y busca el cielo.  
Cuando el deseo se transforma,  
la semilla se convierte en árbol,  
y toda esa energía  
se vuelve luz,  
en un renacer eterno.  
Ya no das vida a otro,  
sino a ti mismo,  
renaciendo en la plenitud  
de tu propia existencia.
By: Nasly Castillo
No es el deseo lo que me guía, no ese impulso caprichoso que nace y muere como una llama efímera. Es algo más profundo, más íntimo, un programa invisible que gobierna desde las sombras de mi mente, un código escrito en las entrañas de mi ser. Sin darme cuenta, me ha llevado a este lugar, a este vacío que ahora habitó y que, aunque parece desolado, guarda un secreto que apenas comienzo a entender.

No se trata de ser flexible, de que todo me resbale, de que nada me importe. No, esa no es la verdad. La línea es delgada, tan fina que a veces el ego la confunde, la cruza sin darse cuenta. Pero hay una diferencia abismal entre vivir resignado y vivir transformando. Entre aceptar con amargura lo que no elegí y ejercer el poder de cambiar lo que hay dentro de mí, de moldear mi mirada para que, incluso aquello que no coincide con mis expectativas, pueda ser recibido con agrado.

No hay resignación aquí. No hay rendición. Hay valoración. Hay una fuerza silenciosa que nace cuando decido mirar más allá, cuando elijo transformar lo que siento, cuando me permito abrazar lo que la vida me trae, no porque tenga que hacerlo, sino porque he aprendido a ver la belleza en lo inesperado. Y en ese acto, en esa elección, encuentro una libertad que no conocía, un amor por lo que es, tal como es. Mi Ser.
No es la ausencia lo que nos hace libres,  
ni el despojarnos de todo lo que brilla.  
La espiritualidad no es vacío,  
sino la luz que no nos ata,  
la mano que suelta sin dejar de sentir.  

No es el Ferrari, ni su ausencia,  
sino la mirada que lo atraviesa,  
que lo ve como un destello de la materia,  
un eco del universo en movimiento.  
No es el objeto, sino el vínculo,  
el hilo invisible que teje la vida.  

¿Qué es una cosa sin el alma que la nombra?  
¿Qué es un paisaje sin los ojos que lo habitan?  
Todo es expresión, todo es danza,  
una maravilla que se abre paso  
en la trama infinita de lo existente.  

No se trata de poseer o no poseer,  
sino de no ser poseído.  
De caminar sin cadenas,  
de abrazar sin ahogar,  
de vivir sin perdernos en el vivir.  

La vida no es un extremo,  
no es el apego ni la renuncia.  
Es el balance, el punto quieto  
donde todo fluye y nada nos retiene.  
Es estar presentes, conscientes,  
en el vínculo sagrado con todo lo que es.
En el núcleo de nuestro ser,  
late un impulso ancestral,  
una llama que nos trajo aquí,  
que nos une al ritmo universal.  

No temas mirarlo de frente,  
es energía pura, sin disfraz.  
No es culpa, no es pecado,  
es el motor que nos da paz.  

Como un diamante en bruto,  
el deseo espera tu toque,  
para ser tallado con conciencia,  
y convertirse en amor que ilumine tu camino.  

No se trata de negarlo o esconderlo,  
sino de entender su raíz profunda.  
Es una fuerza que nos habita,  
y de ella brota la vida que nos circunda.  

La existencia entera lo celebra,  
en cada flor, en cada mar,  
porque el **** es el origen,  
no el final, sino el empezar.  

Así que abrázalo con sabiduría,  
conviértelo en meditación y luz.  
Porque de esa energía naces tú,  
y en ella reside tu esencia, tu cruz.  
By Nasly Castillo
15 · 2d
CAMINO DEL MIEDO
Mantener al hombre en el miedo,  
es el camino seguro,  
no dejar que ame,  
porque el amor es puro.  

El amor rompe cadenas,  
destierra el temor,  
cuando amas, no hay sombras,  
el mundo es tu valor.  

Sin amor, hasta lo pequeño,  
se vuelve un gran temor,  
te aferras a la seguridad,  
y pierdes tu esplendor.  

Pero en el amor hay alas,  
hay riesgo, hay pasión,  
es aventura que llama,  
es fuego, es explosión.  

Por eso nos lo niegan,  
por eso nos lo arrancan,  
porque el amor nos libera,  
y sin miedo, no se dominan.  

Arrodillados y frágiles,  
frente al poder y la fe,  
nos venden falsas promesas,  
mientras la vida se va.  

¿No es esto una conspiración?  
contra ti, contra mí,  
contra todos los que respiran,  
contra el alma que hay aquí.  

Dicen servir, dicen ayudar,  
pero solo destruyen,  
su sombra es larga y oscura,  
y en ella nos hunden.

— The End —