El cuerpo, silenciado,
para mirar más allá,
pero al buscar el cielo,
esta vida se olvidará.
Y esta vida es la única,
el suelo donde pisas,
la otra no está lejos,
en lo profundo se avisa.
No es rival, no es distante,
no está fuera de tu ser,
está aquí, en tu esencia,
solo hay que aprender a ver.
Húndete en lo presente,
en lo que ahora respiras,
y en sus aguas profundas,
la eternidad descubrirás.
Porque si amas de verdad,
sin miedo, sin condición,
Dios dejará de ser lejano,
y será tu corazón.