los malos hábitos regresan
después de tu ausencia,
me recorren los pensamientos,
me gritan que no puedo seguir en esto,
pero ya no puedo,
no puedo salir,
no lo quiero,
no quiero su ayuda,
quiero la tuya,
que sigas buscándome
para sacarme de esto,
de este pozo
que has cavado sin quererlo,
en cómo caí
viendo cómo marchabas
sin fijarte en el resto,
no sé si me duele tu ausencia
o el presentimiento,
ya no duermo
por todo lo que siento,
me lo has dejado al descubierto,
vulnerable
al frente de un mundo
que ya no entiendo
y no te comprendo,
escucho tus pensamientos
desde la distancia,
me piden a gritos que me marche
mientras tus acciones me lo niegan,
o quizá no,
quizá solo soy yo,
quizá mis ojos
no pueden dejar de mirarte,
de pensarte,
de verte en todas partes,
no a ti,
no a tu cuerpo,
solo tu presencia
en mi cabeza,
como una brisa que me golpea,
ya no miro tus letras con orgullo,
sino con tristeza,
la cabeza se me alborota,
diciéndome que salga de esto,
pero dime de verdad
¿piensas que puedo?
lo he intentado,
he dado un paso
y he atrasado tres,
es una escalera del revés,
no lo consigo,
no avanzo,
no sin ti,
no sin tu mano
que me lleve al otro lado,
al mundo
donde se es feliz contigo,
abrazados como nunca,
con fuerza,
con amor,
con pasión,
sin guerras,
sin discusión,
con tu presencia,
pero no solo en mi cabeza,
déjame volver a tocarte,
a sentirte,
a sentir tu aliento,
tu calor,
tus ojos con pasión,
volver a verte a mi lado,
pero dime,
¿de qué nos sirve la ilusión?
ya no estás,
tengo que asumirlo,
y en cada calada
te prometo
que estará tu recuerdo
en el fondo de mi corazón
que sabes que lo tienes abierto,
pero recuerda:
ven a buscarlo
cuando el tuyo
este al completo