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Nis Jun 2018
Ojalá mi cara fuese jazz.
Ojalá mi cara fuese atardecer de cien días
y se perdiese como música en la marea.
Ojalá mis notas fuesen fuego
que corriese raudo por tus venas.
Ojalá se perfumasen en el aire
y  diesen sentido al amanecer del alba.
Ojalá fluyesen como el agua
suavemente rizando la rojez del cielo.
Ojalá fuesen contundentes como la roca
y cayesen a plomo junto a mi corazón muerto.

Ojalá mi cara fuese jazz.
Siempre cambiante, nunca la misma
subebajando en el horizonte.
Tierna y vibrante, siempre difusa
alzándose hacia el cielo con alas desplegadas.
Dulce y salada, externa e interna,
por ósmosis entrando por cada poro.
Pesada y rígida, sólida y pura
cercenando la realidad con su ser preciso.

Ojalá mi cara fuese jazz
siendo lo que no es,
no siendo lo que es.
En cada instante de su espacio manifestándose
en cada punto de su tiempo existiendo.
Única e indivisible, aunque difícilmente alcanzable.
Verdadera mentira que perdura tras los siglos.
Satírica cual elefante boca arriba
dando a luz a lo que siempre ha sido nuestro.

Ojalá mi cara fuese jazz.
Saliendo hacia la luz verdadera
y tornando hacia la oscuridad traicionera.
Volando hacia arriba y en picado,
oteándose a si misma , eterna y cierta.
Creando un nuevo mundo igual a este,
igual de distinto que este a si mismo.
Imitando la certeza de lo incierto.
Pretendiendo con falsedades llegar al verso.

Ojalá mi cara fuese jazz
y fuese objeto de su ser
y fuese sujeto de su haber
y se realizase siempre que le dieses tiempo
y se realizase siempre en lo que siempre fue
y avanzase inmóvil hacia la verdad
y esperase impasible a la mentira.
Ojalá de cada error saliese un mérito,
una esperanza, una virtud siempre precisa.

Ojalá mi cara fuese jazz
tornando el arte arcana en ente nuevo,
aunque sea falso.
En estúpidas epifanías tornando el acto
cual poeta escribiendo estos versos.
Ojalá repetir versos pasados en lenguas nuevas
y llamarse artista.
Mero comentarista y observador
de lo que precedió en tiempo y espacio.

Ojalá mi cara fuese jazz
existiendo con sólo pensarlo
negando el pensamiento mismo,
lógica implacable mintiendo mi rostro,
contradicciones inapelables mintiendo mi ser.
Con precisión matemática ser mentira,
con la etereidad del arte ser verdad.
Ojalá como estafador maestro ante tu mirar
se hiciese música que disfrutar.

Ojalá mi cara fuese jazz,.
Ojalá mi cara no fuese jazz.
Ojalá no tener cara, ni nada.
Ojalá el solo pensarlo me dejase ciega,
sorda para la música de mi rostro.
Ojalá pasar por debajo de una escalera tirada
para no recibir buena suerte.
Ojalá austera o inexistente,
cual dios mirando tu filosofía vana.

Ojalá mi cara fuese jazz
y unificase tantas corrientes
como puede abarcar con sus brazos.
Ojalá pudiese tornar cierta la realidad
por el mero hecho de pensarla, pero no puedo,
pero mi rostro se muestra impasible
ante desdicha tal y sigue avanzando;
regla dorada entre uñas de marfil,
largos palillos para comer la realidad desvirtuada.

Ojalá mi cara fuese jazz
y revolucionase el mundo con su pensar
y desmontase heregías como ciertas.
Ojalá años más tarde siguiese su lucha
contra el infiel divino hasta su muerte,
y como la de un mono con barba
se tornase contra el padre de la ciencia moderna,
y le enseñase a pensar en sueños,
a soñar en vida, a soñar en muerte.

Ojalá mi cara fuese jazz
y se repitiese eternamente para mi suerte,
nunca cambiando, siempre presente.
Ojalá asesinase al padre de todo
y se adueñase de su lugar.
Ojalá existir antes de ser.
Ojalá rodar por la vida sin mirar a los lados,
destruyendo lo que tantas veces nos ha aplastado
y creando la belleza del arte, que es eterna.

//

I wish my face were jazz.
I wish my night were sunset of one hundred days
and it lost itself like music in the tides.
I wish my notes were fire
which ran swift in your veins.
I wish they would perfume itself in the air
and gave meaning to the morning's sunrise.
I wish they flowed like water
softly curling the sky's redness.
I wish they were sturdy like rock
and they plummeted next to my dead heart.

I wish my face were jazz.
Always changing, never the same.
updowning in the horizon.
Tender and vibrating, always diffuse
rising towards the sky with open wings.
Sweet and salty, extern and intern,
by osmosis entering through each pore.
Heavy and rigid, solid and pure
cutting through reality with its precise being.

I wish my face were jazz
being what it is not,
not being what it is.
In every instant of its space manifesting itself
in every point of its time existing.
One and indivisible, although hardly reachable.
True lie which endures beyond centuries.
Satiric like elefant on its head
giving birth to what always has been ours.

I wish my face were jazz.
Going out to the true light
and turning to the treacherous darkness.
Flying upwards and in a dive,
scanning itself, eternal and true.
Creating a new world equal to this,
equally as distinct as this to itself.
Imitating the certainty of the uncertain.
Trying with falseness to reach the verse.

I wish my face were jazz.
and it were object of its being
and it were subject of its having
and it came true always you gave it time
and it came true always in what it always was
and it moved fordward unmoving towards the truth
and it waited impasible the lie.
I wish of every error a merit would come out,
a hope, a virtue ever precise.

I wish my face were jazz
turning arcane art into a new being,
even if false.
Into stupid epiphanies turning the act
as a poet writing this verses.
I wish to repit old verses in new tongues
and to call myself an artist.
Mere commentator and observer
of what preceded it in time and space.

I wish my face were jazz.
Existing with only thinking of it,
negating thought itself,
implacable logic lying my visage,
unnappealable contradictions lying my being.
With mathematical precision being a lie,
with the ethereality of art being the truth.
I wish that like master con artist before your looking
it turned itself into music to enjoy.

I wish my face were jazz.
I wish my face weren't jazz.
I wish I didn't have a face, nor anything.
I wish only thinking of it made me blind,
deaf to the music of my visage.
I wish passing under a fallen ladder
to not receive good luck.
I wish austere or non-existant,
like god looking at your vane philosophy.

I wish my face were jazz,
and it unified so many streams
like it can embrace with its arms.
I wish I could turn reality true
with the mere act of thinking it, but I can't,
but my visage shows itself impassible
before such misfortune and continues onwards;
golden rule among ivory nails,
long chopsticks to eat the desvirtuated reality.

I wish my face were jazz
and it revolucionised the world with its thinking
and it disassembled heressies as true.
I wish years later its fight would continue
against the divine infidel until his death,
and like a bearded monkey's
it would turn itself against the father of modern science,
and it taught him to think in dreams,
to dream in life, to dream in death.

I wish my face were jazz
and it repited itself enternally to my fortune,
never changing, always present.
I wish it assassinated the father of everything
and took its place.
I wish existing before being.
I wish rolling through life without looking sideways,
destroying that which always has crushed us
and creating the beauty of art, which is timeless.
Ufff this was a long one, took some time to translate it and I think is as accurate as a translation of a poem can be, but any advise regarding it would be appreciated. I know it sounds pretty random, and it is, as it was made mostly through automatic writting; but there is a common point joining the whole poem and giving it order. If you really like it, give it a few reads and see if you can find it ;)).
A estos peñascos rudos,
mudos testigos del dolor que siento
-que sólo siendo mudos
pudiera yo fiarles mi tormento,
si acaso de mis penas lo terrible
no infunde lengua y voz en lo insensible-,

quiero contar mis males,
si es que yo sé los males de que muero;
pues son mis penas tales,
que si contarlas por alivio quiero,
le son, una con otra atropellada,
dogal a la garganta, al pecho espada.

No envidio dicha ajena:
que el mal eterno que en mi pecho lidia,
hace incapaz mi pena
de que pueda tener tan alta envidia;
es tan mísero estado en el que peno,
que como dicha envidio el mal ajeno.

No pienso yo si hay glorias;
porque estoy de pensarlo tan distante,
que aun las dulces memorias
de mi pasado bien, tan ignorante
las mira de mi mal el desengaño,
que ignoro si fue bien, y sé que es daño.

Esténse allá en su esfera
los dichosos: que es cosa en mi sentido
tan remota, tan fuera
de mi imaginación, que sólo mido,
entre lo que padecen los mortales,
lo que distan sus males de mis males.

¡Quién tan dichosa fuera,
que de un agravio indigno se quejara!
¡Quién de un desdén llorara!
¡Quién un alto imposible pretendiera!
¡Quién negara, de ausencia o de mudanza,
casi a perder de vista la esperanza!

¡Quién en ajenos brazos
viera a su dueño, y con dolor rabioso
se arrancara a pedazos
del pecho ardiente el corazón celoso!
Pues fuera menor mal que mis desvelos,
el infierno insufrible de los celos.

Pues todos estos males
tienen consuelo o tienen esperanza,
y los más sin iguales
solicitan o animan la venganza;
y sólo de mi fiero mal se aleja
la esperanza, venganza, alivio y queja.

Porque ¿a quién sino al cielo,
que me robó mi dulce prenda amada,
podrá mi desconsuelo
dar sacrílega queja destemplada?
Y él, con sordas, rectísimas orejas,
a cuenta de blasfemias pondrá quejas.

Ni Fabio fue grosero
ni ingrato, ni traidor; antes, amante
con pecho verdadero,
nadie fue más leal ni más constante:
nadie más fino supo, en sus acciones,
finezas añadir a obligaciones.

Sólo el cielo, envidioso,
mi esposo me quitó; la Parca dura,
con ceño riguroso,
fue sólo autor de tanta desventura.
¡Oh Cielo riguroso, oh triste suerte,
que tantas muertes das con una muerte!

¡Ay dulce esposo amado!
¿Para qué te vi yo? ¿Por qué te quise,
y por qué tu cuidado
me hizo, con las venturas, infelice?
¡Oh dicha, fementida y lisonjera,
quién tus amargos fines conociera!

¿Qué vida es esta mía,
que rebelde resiste a dolor tanto?
¿Por qué, necia, porfía,
y en las amargas fuentes de mi llanto
atenuada, no acaba de extinguirse,
si no puede en mi fuego consumirse?
Fa Be O Jan 2013
me juro mil veces en vano
que no te dirigiré ni una mirada,
ni una palabra
pero sin pensarlo
ahí estamos otra vez,
con solo verte llegar
se me olvidan
las horas esperando
una señal,
una palabra,
una mirada;
se me olvida
que ayer no dormí,
por querer de almohada
tus costillas;
que hoy no comí,
por querer probar
tus labios,
que mañana no viviré,
por querer vivir en ti…
y todo eso se me escapa,
al tenerte otra vez aquí,
y sin pensarlo,
vuelvo a soñar, saborear y respirar.
3/30/12
The Woman Apr 2015
Esa noche soñé,
soñé que me enredaba un aura,
un aura tan cambiante,
donde de ella emanaban cantos, gritos y reclamos,
que al poco rato,
se tornaban en zafiros
¡unos tan malditos!
que me rasgaban la piel como espinas,
ante la insistencia del recuerdo.

De repente,
tu boca insana me despierta,
pero noto
que no era tu boca,
nunca lo fue,
era la sombra,
una tan vil y desalmada,
que hurtó tú cara,
tú cara,
¡Oh, tú cara!
Tan falsa! Tan dañina!
Por la cual, yo,
tan cegada y entorpecida
gritaba en mis adentros:
"Acércate, acércate,
y líbrame de mi pesar"

Luego,
en claridad perfecta,
hay dos sombras, detrás una tercera,
sin yo saber quién es quién,
sobre ellas vuela el pájaro azul,
el símbolo de mi voluntad,
quebrantando los cristales,
que de tu incertidumbre
me arrastró;
La tercera sombra, la más incomprensible,
dispara la flecha,
la que me aniquiló el corazón.
Y esta sombra, sin pensarlo,
se esfumó,
y cuando su voluntad esboza,
vuelve a mí,
para repetir una vez más su maldad.

¡Fue el veneno!
¡Fue la ira!
¡Fue la venganza!
que me dejó sin alma,
que me permitía escuchar
como aquella se perdía,
tan potente, tan fugaz,
al igual que una avalancha.

Poco a poco aprendí a
nunca más darme cosas comunes que anhelan;
sobre todo,
al atacarme en rayo fiero,
el recuerdo que niego,
estableciendo el rojo en mis mejillas,
por la causa injusta
de tu egoísmo descomedido
que me centella en los ojos.
M Suárez Jan 2012
Si supieran los secretos guardados
Mañanas pesadas de aquel ayer
Noches envueltas de frágil placer
Los dulces besos a escondidas dados

El singular color de tu mirada
Recuerdos imperfectos de tu ser
Sin pensarlo me hiciste comprender
Que no hay mejor placer que ser amada

Mentiría al decir que no te extraño
Si tu esencia en mi se ha impregnado
Y tu ausencia me hace tanto daño

Te escondes de la vida, calcinado
Y te sumerges en un vil engaño
No permites amar sin ser amado
Amigo Blas de Otero: Porque sé que tú existes,
y porque el mundo existe, y yo también existo,
porque tú y yo y el mundo nos estamos muriendo,
gastando nuestras vueltas como quien no hace nada,
quiero hablarte y hablarme, dejar hablar al mundo
de este dolor que insiste en todo lo que existe.
Vamos a ver, amigo, si esto puede aguantarse:
El semillero hirviente de un corazón podrido,
los mordiscos chiquitos de las larvas hambrientas,
los días cualesquiera que nos comen por dentro,
la carga de miseria, la experiencia -un residuo-,
las penas amasadas con lento polvo y llanto.
Nos estamos muriendo por los cuatro costados,
y también por el quinto de un Dios que no entendemos.
Los metales furiosos, los mohos del cansancio,
los ácidos borrachos de amarguras antiguas,
las corrupciones vivas, las penas materiales...
todo esto -tú sabes-, todo esto y lo otro.
Tú sabes. No perdonas. Estás ardiendo vivo.
La llama que nos duele quería ser un ala.
Tú sabes y tu verso pone el grito en el cielo.
Tú, tan serio, tan hombre, tan de Dios aun si pecas,
sabes también por dentro de una angustia rampante,
de poemas prosaicos, de un amor sublevado.
Nuestra pena es tan vieja que quizá no sea humana:
ese mugido triste del mar abandonado,
ese temblor insomne de un follaje indistinto,
las montañas convulsas, el éter luminoso,
un ave que se ha vuelto invisible en el viento,
viven, dicen y sufren en nuestra propia carne.
Con los cuatro elementos de la sangre, los huesos,
el alma transparente y el yo opaco en su centro,
soy el agua sin forma que cambiando se irisa,
la inercia de la tierra sin memoria que pesa,
el aire estupefacto que en sí mismo se pierde,
el corazón que insiste tartamudo afirmando.
Soy creciente. Me muero. Soy materia. Palpito.
Soy un dolor antiguo como el mundo que aún dura.
He asumido en mi cuerpo la pasión, el misterio,
la esperanza, el pecado, el recuerdo, el cansancio,
Soy la instancia que elevan hacia un Dios excelente
la materia y el fuego, los latidos arcaicos.
Debo salvarlo todo si he de salvarme entero.
Soy coral, soy muchacha, soy sombra y aire nuevo,
soy el tordo en la zarza, soy la luz en el trino,
soy fuego sin sustancia, soy espacio en el canto,
soy estrella, soy tigre, soy niño y soy diamante
que proclaman y exigen que me haga Dios con ellos.
¡Si fuera yo quien sufre! ¡Si fuera Blas de Otero!
¡Si sólo fuera un hombre pequeñito que muere
sabiendo lo que sabe, pesando lo que pesa!
Mas es el mundo entero quien se exalta en nosotros
y es una vieja historia lo que aquí desemboca.
Ser hombre no es ser hombre. Ser hombre es otra cosa.
Invoco a los amantes, los mártires, los locos
que salen de sí mismos buscándose más altos.
Invoco a los valientes, los héroes, los obreros,
los hombres trabajados que duramente aguantan
y día a día ganan su pan, mas piden vino.
Invoco a los dolidos. Invoco a los ardientes.
Invoco a los que asaltan, hiriéndose, gloriosos,
la justicia exclusiva y el orden calculado,
las rutinas mortales, el bienestar virtuoso,
la condición finita del hombre que en sí acaba,
la consecuencia estricta, los daños absolutos.
Invoco a los que sufren rompiéndose y amando.
Tú también, Blas de Otero, chocas con las fronteras,
con la crueldad del tiempo, con límites absurdos,
con tu ciudad, tus días y un caer gota a gota,
con ese mal tremendo que no te explica nadie.
Irónicos zumbidos de aviones que pasan
y muertos boca arriba que no, no perdonamos.
A veces me parece que no comprendo nada,
ni este asfalto que piso, ni ese anuncio que miro.
Lo real me resulta increíble y remoto.
Hablo aquí y estoy lejos. Soy yo, pero soy otro.
Sonámbulo transcurro sin memoria ni afecto,
desprendido y sin peso, por lúcido ya loco.
Detrás de cada cosa hay otra cosa que es la misma,
idéntica y distinta, real y a un tiempo extraña.
Detrás de cada hombre un espejo repite
los gestos consabidos, mas lejos ya, muy lejos.
Detrás de Blas de Otero, Blas de Otero me mira,
quizá me da la vuelta y viene por mi espalda.
Hace aún pocos días caminábamos juntos
en el frío, en el miedo, en la noche de enero
rasa con sus estrellas declaradas lucientes,
y era raro sentirnos diferentes, andando.
Si tu codo rozaba por azar mi costado,
un temblor me decía: «Ese es otro, un misterio.»
Hablábamos distantes, inútiles, correctos,
distantes y vacíos porque Dios se ocultaba,
distintos en un tiempo y un lugar personales,
en las pisadas huecas, en un mirar furtivo,
en esto con que afirmo: «Yo, tú, él, hoy, mañana»,
en esto que separa y es dolor sin remedio.
Tuvimos aún que andar, cruzar calles vacías,
desfilar ante casas quizá nunca habitadas,
saber que una escalera por sí misma no acaba,
traspasar una puerta -lo que es siempre asombroso-,
saludar a otro amigo también raro y humano,
esperar que dijeras -era un milagro-: Dios al fin escuchaba.
Todo el dolor del mundo le atraía a nosotros.
Las iras eran santas; el amor, atrevido;
los árboles, los rayos, la materia, las olas,
salían en el hombre de un penar sin conciencia,
de un seguir por milenios, sin historia, perdidos.
Como quien dice «sí», dije Dios sin pensarlo.
Y vi que era posible vivir, seguir cantando.
Y vi que el mismo abismo de miseria medía
como una boca hambrienta, qué grande es la esperanza.
Con los cuatro elementos, más y menos que hombre,
sentí que era posible salvar el mundo entero,
salvarme en él, salvarlo, ser divino hasta en cuerpo.
Por eso, amigo mío, te recuerdo, llorando;
te recuerdo, riendo; te recuerdo, borracho;
pensando que soy bueno, mordiéndome las uñas,
con este yo enconado que no quiero que exista,
con eso que en ti canta, con eso en que me extingo
y digo derramado: amigo Blas de Otero.
Fa Be O Jan 2013
sos ese pájaro:
plumaje purpura,
azul,
verde bosque....
sos así,
un canto fuerte, claro
retumbante
entre las hojas de los arboles,
fluido,
parecido a los rayos de sol
que se pasean entre las ramas....
sos ese pájaro,
y yo trate,
si que trate,
mantenerte en mi jaula.
pero hasta yo,
deslumbrada como lo estaba
sabia,
sabia desde el fondo de mi corazón
que no estaba bien:
que te conocí silvestre,
libre
y que si así te quise,
así tendría que quererte aun.
abrir esa jaula fue agridulce.
volaste, sin siquiera pensarlo,
sin siquiera voltearme a ver,
una alma bohemia, al fin.
te extraño.
de vez en cuando escucho to dulce canto,
y aunque triste,
se que te sigo queriendo,
y se que así es mejor.
1/20/13
Fa Be O Dec 2013
Cuando respiras y mi cabeza recostada
Sube y baja y escucho el aire escapar tus pulmones,
Que son míos también,
Me tiembla el corazón,
Que es tuyo también,
De ese sentimiento de saberte mío,
De saberme tuya y de sabernos juntos, siempre.

Cuando sin pensarlo acostados
Cabe la silueta de mi rostro,
Las curvas de mi frente y mi nariz, mis labios,
Contra la curva de tu cuello,
Para qué caiga mi boca justo ahí,
Donde te gustan más los besos, y te hago suspirar,
Me sonrió al pensar que te se cuidar.
12/7/13
Fa Be O Jan 2013
yo te quiero decir con tanta honestidad esto:
te necesito.

no ha sido fácil llegar a esta conclusión
-de hecho, pasan muy lentas las horas,
torturosas,
al pensarlo-
pero no es posible seguir negándolo.

de hecho, es absurdo,
ante la fragilidad de nuestras vidas,
seguir pretendiendo.

te pienso.
te quiero escribir algo. no logro concentrarme. solo se que la vida es muy, muy corta y que no puedo vivirla pensando en lo que te pude haber dicho y no lo hice. te quiero, te quiero, te quiero. y se que piensas que hay mucho tiempo para encontrar ese tipo de cosas, pero no lo hay, no lo hay. la muerte es inminente. y yo no quiero morir sin que sepas lo que significas, significaste, para mi. como te lo explico?!

1/25/13
Sabía el día de mi perecer,
Navegue sin pensarlo,
Te busque en los campos de café,
En cada grano perfumado,
Me sumergí en los pozos
De líquido arábigo,
Cada sorbo sin hallar valentía,
Te busque en mi cuarto,
Entre el papel, también en mi desorden,
Solo me topé con sentimientos,
Pero no te encontré,
Hasta que te vi al fin
Echo de trigo, de maíz,
Sangrabas café, pero no flaqueaste,
Pude sonreír otra vez.
Héroe te encontré lleno de fuerza,
Y recordaste todas aquellas aventuras
Todas las victorias, al perforar mi mente
pude levantarme y ser héroe de grano perfumado,
De líquido arábigo, con cabello de maíz y corazón de trigo.
Hero!!
Luna Aug 2018
A la nada contemplo con el celular entre las manos.
a la nada contemplo con los ojos aguados.
a la nada contemplo con un te amo muerto incluso antes de pensarlo.
a la nada contemplo porque ya te has marchado.
a la nada contemplo mientras el reloj sigue marcando.
a la nada contemplo y hoy es mi cumpleaños.
a la contemplo y la nada le escribo porque es lo único seguro que tendré mientras respiro el aire intoxicado.
Carolina Jul 2018
La de amores intermitentes y fugaces.
A quien le dan un intento pero no dos chances.

La de encuentros efímeros a escondidas.
Escapes irreales, soñadas huidas.

Su tímida personalidad versátil
en ocasiones se torna agobiantemente volátil.

Tiene esa extraña energía que la hace genuina,
de cada rosa muerta conserva una letal espina.

La que camina a través de la multitud
con la cabeza en alto y una desafiante actitud,

con su corto vestido ajustado
y labios de rojo tirando a morado.

Muchos la devoran con una mirada ardiente.
Secretamente eso es lo que espera impaciente.

Guiña un ojo e irrumpe sin previo aviso.
Te invita al lado equivocado del paraíso.

Especialmente a vos, nudillos de luchador.
Vos, que llevas ese mote de ganador.

Sus coloridos caprichos a los demás alteran,
pero ella actúa como si no lo supiera.

Y en sus solitarias caminatas a veces hace una parada
en aquel café donde la triste rutina se ve pausada.

Pide un jugo de naranja y se sienta en una mesa de afuera,
el vestido se le sube demasiado pero sabe lo que genera.

Piernas cruzadas provocativamente,
su lengua juega con el sorbete de forma inocente.

Su piel de seda emana cierta energía
que te golpea con imágenes de todo lo que le harías.

La de pícaras sonrisas, labios sabor miel,
sabe que de sólo pensarlo te quema la piel.
Como el niño jugando
con desechos del hombre,
un harapo brillante,
papel coloreado o pedazo de vidrio,
a los que su imaginación da vida mágica,
y goza y canta y sueña
a lo largo del día que las horas no miden,
así con tus recuerdos.

No son como las cosas
de que cerciora el tacto,
que contempla los ojos;
de cuerpo más aéreo
que un aroma, un sonido,
sólo tienen la forma prestada por tu mente,
existiendo invisibles para el mundo
aun cuando el mundo para ti lo integran.

Vivir contigo quieres
vida menos ajena que esta otra,
donde placer y pena
no sean accidentes encontrados,
sino faces del alma
que refleja el destino
con la fidelidad trasmutadora
de la imagen brotando en aguas quietas.

Esperan tus recuerdos
el sosiego exterior de los sentidos
para llamarte o para ser llamados,
como esperan las cuerdas en vihuela
la mano de su dueño, la caricia
diestra, que evoca los sonidos
diáfanos, haciendo dulcemente
de su poder latente, temblor, canto.

Vuelto hacia ti prosigues
el divagar enamorado
de lo que fue tal como ser debiera,
y así la vida pasas,
morador de entresueños,
por esas galerías
donde a la luz más bella hace la sombra
y donde a la memoria más pura hace el olvido.

Si morir fuera esto,
un recordar tranquilo de la vida,
un contemplar sereno de las cosas,
cuán dichosa la muerte,
rescatando el pasado
para soñarlo a solas cuando libre,
para pensarlo tal presente eterno,
como si un pensamiento valiese más que el mundo.
Ahora que este siglo
uno cualquiera
se deshilacha se despoja
de sus embustes más canallas
de sus presagios más obscenos
ahora que agoniza como una bruja triste
¿tendremos el derecho de inventar un desván
y amontonar allí / si es que nos dejan
los viejos infortunios / los tumores del alma
los siniestros parásitos del miedo?

lo atestigua cualquier sobreviviente
la muerte es tan antigua como el mundo
por algo comparece en los vitrales
de las liturgias más comprometidas
y las basílicas en bancarrota

lo vislumbra cualquier atormentado /
el poder malasombra nos acecha
y es tan injusto como el sueño eterno
por algo acaba con los espejismos
y la pasión de los menesterosos /
archisabido es que sus lázaros
no se liberan fácilmente
de los sudarios y las culpas

quiero pensar el cielo cuando estaba
sin boquetes y sin apocalipsis
quiero pensarlo cuando era
el complemento diáfano del mar
pensar el mar cuando era limpio
y las aletas de los peces
acariciaban los tobillos
de nuestras afroditas en agraz

pensar los bosques / la espesura
no esos desiertos injuriosos
en que han ido a parar
sino como árboles y sombra
como follajes bisabuelos

¿a dónde irán los niños y los perros
cuando el siglo vecino nos dé alcance?

¿niños acribillados como perros?
¿perros abandonados como niños?

¿a dónde irán los caciquillos
los náufragos de tierra firme
los alfareros de la envidia
los lascivos y los soplones
de las llanuras informáticas?

¿dónde se afincarán los coitos baladíes
las gargantas profundas / los colores
del ciego / los solemnes esperpentos /
los síndromes de chiapas y estocolmo?

¿qué será del amor
y qué del odio
cuando el siglo vecino nos dé alcance?

este fin de centuria es el desquite
de los rufianes y camanduleros
de los callados cuando el hambre aúlla
de los ausentes cuando pasan lista
de los penosos vencedores
y los tributos del olvido
de los abismos cada vez más hondos
entre carentes y sobrados
de las erratas en los mapas
hidrográficos de la angustia

los peregrinos reivindican
un lugarcito en el futuro
pero el futuro cierra cuentas
y claraboyas y postigos

los peregrinos ya no rezan
cruje la fe de los vencidos
y en el umbral de la carroña
un caracol arrastra el rastro

los peregrinos todavía
aman / creyendo que el amor
última thule / ese intangible
los salvará del infortunio

los peregrinos hacen planes
y sin aviso fundan sueños
están desnudos como amantes
 y como amantes sienten frío

los peregrinos desenroscan
su corazón a la intemperie
y en el reloj de los latidos
se oye que siempre acaso nunca

los peregrinos atesoran
ternuras lástimas inquinas
lavan sus huesos en la lluvia
las utopías en el limo

los que deciden cantan loas
a los horteras del dinero /
los potentados del hastío
precisan mitos como el pan

los que deciden glorifican
a los verdugos del placer
a cancerberos y pontífices
inquisidores de los cuerpos

desde su cúpula de nailon
una vez y otra y otra vez
los que deciden se solazan
con el espanto de los frágiles

tapan el sol con un arnero
se esconde el sol / queda el arnero
los memoriosos abren cancha
para el misil de la sospecha

¿cómo vendrá la otra centuria?
¿siglo cualquiera? ¿siglo espanto?
¿con asesinos de juguete
o con maniáticos de veras?

cuando no estemos ¿quién tendrá
ojos que ahora son tus ojos?
¿quién surgirá de las cenizas
para bregar contra el olvido?

¿quienes serán amos del aire?
¿los pararrayos o los buitres?
¿los helicópteros? ¿los cirros?
¿las golondrinas? ¿las antenas?

temo que vengan los gigantes
a concedernos pequeñeces
o el dios silvestre nos abarque
en su bostezo universal

el pobre mundo sin nosotros
será peor / a no dudarlo /
pero en su caja de caudales
habrá una nada / toda de oro

¿dará vergüenza ese silencio?
¿o será un saldo del bochorno?
¿habrá un mutismo generalizado?
¿o alguna sorda tocará el oboe?

damas y caballeros / ya era tiempo
de baños unisex / el buen relajo
será por suerte constitucional
durante el rictus de la primavera

no nos roben el ángelus ni el cénit
ni las piernas de efímeras muchachas
no elaboren un siglo miserable
con fanatismo y sábanas de virgen

¿habrá alquimistas que divulguen
su panacea en inglés básico?
¿habrá floristas para putas?
¿verdugos para ejecutores?

¿cabrá la noche en los cristales?
¿cabrán los cuerpos en la noche?
¿cabrá el amor entre los cuerpos?
¿cabrá el delirio en el amor?

el siglo próximo es aún
una respuesta inescrutable
los peregrinos peregrinan
con su mochila de preguntas

el siglo light está a dos pasos
su locurita ya encandila
al cuervo azul lo embalsamaron
y ya no dice nunca más
Y está tu corazón
próximo prójimo
hermano a borbotones
ensimismado dócil triste exangüe
con terribles secretos en tu fondo
con tu ebria soledad acompañada

próximo
algunas veces lejanísimo prójimo
cuantos rostros me diste
me estás dando
sobreviviente atroz sobreviviente
de esta herida sin labios
de esta hiedra sin muro

qué maga
qué sin trenzas viniste
ah prójimo-muchacha la primera
a instalarte delante de mis ojos de niño
que no sabía nada
que no sabía nada
mi dialecto era verte y anunciar para siempre
entre diez compañías de soldados de plomo
mi gran amor deslumbre
mi pobre amor a cuerda

vino el amigo absorto
sin percances
y no se habló de muertes
en su cercado limbo
tan sólo se jugaba
al más allá
y el sábado
era una bruma pero sin reloj
sin llave urgente ni contradicciones
amigo nada más
amigo muerto

los padres
claro
como un gran suburbio
amor congénito en mansa barbarie
subordinado e invasor
amor ciego o miope o astigmático
aún puedo abrigarme en sus imágenes
están aquí al alcance
viejo
vieja
un poco sordos para su propia incógnita
pero siempre pendientes
de mi nueva llegada

venga maestro
no lo olvido
usted me abrió los cielos
colonizó mi alma
con el meñique se alisó la barba
y miró el mundo
(yo estaba en el mundo)
con un desprecio cruel
no le perdono
SU vocación de estafa
ni aun ahora
que está bien muertecito
dios mediante

prójimo
hermano literal
quién sabe
dónde quedó el momento en que jugamos
lanzando al aire nuestros ocho años
de diferencia o de encadenamiento
duermes y duermo
el sueño y el espanto
viajan de tu fatiga a mi fatiga
y viceversa vuelven a viajar
hasta que al fin también
ellos se duermen

prójimo mí enemigo
que me conoce y finge no saberme
y en su tedio descubre
ese rencor enorme y tan minúsculo
por cierto no lo envidio
cuando pronuncia vida y piensa muerte
cuando repite cristo y piensa judas
a esta altura tal vez ya esté oxidado
su resentido embuste didascálico
quizá contemporice y diga ciencia
por no decir conciencia

estás en el pupitre
como yo desterrado
en tanto que en el patio
llueve diagonalmente
el alemán rechina y tú divagas
hasta que la trompada
ese viejo argumento
cae sobre tu oreja que es la mía
y tu alarído estalla para siempre
y ahora la lluvia es sólo vertical

mi mujer está aquí
pero antes mucho antes
se acercó por un patio
de baldosas en rombos
y allí empecé a tomar tremendas decisiones
entonces fui a mirarla desde buenos aires
yo era su prójimo sin lugar a dudas
volví y le dije
piénsalo
pero ella dijo
no necesito pensarlo

prójimo el admirable
el cándido
el impuro
te vi una vez pero nunca me viste
no capitularé ni capitularemos
tan importante como julio verne
vas tripulando una nave una isla
un cuerpo extraño inverosímil nuevo
pero en un lustro apenas
será el cuerpo de todos
ojalá y cotidiano

prójimo en que me amparo
tu compacta amistad
tu vida un tanto mustia
tu faro de confianzas
tus vísperas de solo
son para mí el contorno imprescindible
prójimo-muro gris acribillado
prójimo-pasamano en que me apoyo
cuando desciendo la escalera y temo
que algún peldaño pueda estar podrido

rostro herido heridor
ojos que lo supieron
aduana de la dulce simetría
olvidada presencia inolvidable
estás en algún sitio
en algún tríptico de resignaciones
yo pienso en ti cuando la noche clava
para siempre qué suerte para siempre
otra lanza-nostalgia
en mi costado
y está curazón
próximo prójimo
no te avergüences de su llanto.

la cabeza hace trizas el pasado
fríamente coloca sus razones invictas
divide en lotes la melancolía
negocia cautamente tus acciones en alza
desorganiza para siempre tu magia
te despoja del cándido futuro
amuebla los infiernos que te esperan
después del provisorio desamparo
te hace lúcido y hueco
cruel y lúcido
voraz y pobre lúcido

pero también
por suerte
está tu corazón

ese embustero
ese piadoso
ese mesías.
Voy a soltar frutos
raíces amasadas en mi cráneo
como azúcar querrás frotar tu dedo
y lamer su polvo dulce,
blanco granulado

en mi maceta crecen triángulos de sombras
llenas de cuadrada soledad
en su tierra querrás meter
y embarrar tu dedo
después sin pensarlo te lo acercarás
y te lo meterás a la boca
y ahí en tu lengua
también mis raíces crecerán
Dibujando mé
hasta que en ti quede yo
y en mi termines tu
Soltando raíces
Leydis Jun 2017
He did not care,
He did not hesitate,
not for a second did he ponder on the consequences of
risking his own life…..
to save that of a stranger.

He did not hesitate
to immerse himself in the violent waves of my life.

He did not care to find me,
lifeless, ethereal,
with my swollen stomach from all the bitter fluids imbibed throughout my life.

Did not care,
to find me with numbed hands,
my lifeless eyelids,
caused by the cruel cataracts of my life.

He did not care to find me without a pulse,
impulses nailed in tumbled dreams,
impetuously begging God for a little bit of oxygen…
for mercy,
I just need to breath!!

He did not care,
He just didn't think!
He threw himself in without hesitation,
to save an empty life,
without thinking about it,
he administered first aids,
watching my puffed chest, he closed in,
placed a kiss on my lips,
transferring all the oxygen from him to me,
causing me to expel all that poisoned water,
all those ungrateful fluids that sickened my body,
harassed my soul,
destroyed my fragile heart from all tsunamis, I’ve endured;
From torrential waters,
stagnant waters, where life doesn’t happen at all,
contaminated waters that poison the soul,
violent waters-that destroy homes.

He did not care
he did not hesitate
he thought to himself
“that lifeless woman..deep in the waters..
                                I will bring back to life”

I breathe with the verses and kisses he daily administers!

LeydisProse
6/20/2017
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A él no le importo,
en ningún momento pensó
que posiblemente perdería su vida, rescatando la mía.
A él no le importo hundirse en las profundidades de
los escombros de las oleadas de la vida.  

A él no le importo,
que me encontró cadavérica,
con la barriga crecida por los estragos
de todos los tragos amargos
que por no saber nadar, tuve que tragar en la vida.

A él no le importo encontrarme con las manos adormecida
con los párpados sin vida,
palpando las crueles torrentes que azotaban mi vida.

A él no le importo encontrarme sin pulso,
con impulsos clavados en sueños caídos,
a pulso rogando ¡que Dios me diera oxígeno!

¡A él no le importo!
Él no pensó,
él se arrojó a salvar una vida vacía,
él socorrió a mi sin pensarlo,
me dio los primeros auxilios,
viendo mi pecho inflado,
acerco su mejilla a mi boca,
con un beso lento, transfirió de su ser todo su oxigeno
hasta que de mí se expulsara;
toda esa agua envenenada
todos esos flujos ingratos que mareaban mi cuerpo,
hostigaban mi alma,
destruían mi corazón, por tantos maremotos que naufrague,
por las torrentes aguas,
las aguas estancadas donde no pasa nada,
las aguas tan sucias que envenenan el alma,
las aguas violentas que derrumban casas.

¡A él no le importo!
el solo pensó,
“esa mujer…casi muerta,
¡la revivo yo!.

Hoy respiro en los besos y versos
que él me suministra todos los días!
LeydisProse
6/20/2017
https://www.facebook.com/LeydisProse/about/
Luna Nov 2019
Besos que te sobraban en los bolsillos, caricias que hace tiempo expiraron, tus ojos y tus labios que soltaban cantos de sirena me fueron guiando al pantano donde me ahogo. Volví a lanzarme sin pensarlo dos veces y fue lindo mientras duró gracias por las heridas de guerra, algún día seré más fuerte, es hora de volver a mi caparazón, tocar la retirada, entrar en un letargo y lamer las heridas abiertas de par en par.
Vasya Jul 2018
Te extraño.

Te extraño muchísimo.

Te extraño desde el día en que dejaste de quererme, que no necesariamente fue cuando me terminaste.

Te extraño más en las noches, cuando voy a bajar a cenar; a veces sola, a veces con mis papás. Te extraño a ti, a las cervezas que te tomabas, a las películas que veíamos, al espacio del sofá que ocupabas, a las cotufas que quemaba y a las que te quedaban ricas. Extraño los días que nos quedábamos dormidos después de comer y los que no también.

Extraño escucharte; escucharte cuando hablabas de todo y cuando hablabas de nada. Escucharte escribiendo, aunque no dijeras ni una palabra.

Extraño que me asustes, que me fastidies, que me suenes los dedos, la frente.

Extraño que me avises, extraño abrirte la puerta, extraño molestarme porque siempre te ibas temprano y porque nunca me avisabas.

Ahora, cómo me hace falta que te quedes aunque sea hasta las 8:30 acá para que me des el poquito de cariño y atención que me dabas.

Siempre me sentí importante contigo, aunque capaz dentro de tus tantas cosas nunca fui una prioridad. Aprendí a valorar el poquito tiempo que me regalabas y los momenticos chiquitos que me robaba durante el día.

A veces también extraño sentirme culpable por ocuparte tanto, porque sé que siempre tenías algo más importante que hacer.

Después de escribir tan poquito creo que te extraño más.

Extraño al --- de España. Extraño tus recuerdos. Extraño tus helados sorpresa, los primeros chocolates que me trajiste una noche y las últimas galletas que me bajaste del Ávila sin ganas. Extraño invitarte al cine aunque no te gustara. Extraño tus abrazos, creo que es lo que más extraño.

Empecé a extrañarte el día en que empecé a pensar cuándo y cómo tenía que decirte que te quería. Cuando tenía que pensarlo dos veces antes de besarte, abrazarte, escribirte, preguntarte. Desde entonces te extraño tanto, y cada vez más.
John F McCullagh Aug 2018
El ejército se había rebelado y la República estaba en peligro,
Pero éramos solo una pequeña ciudad, ¿qué teníamos que ver con esto?
Mi padre, Manuel Robles, era un sindicalista.
Algunos lo llamaron comunista; solo ahora lo entiendo

El ejército tenía una lista de hombres cuya lealtad era sospechosa
Y cuando estalló la guerra civil vinieron por ellos directamente.
Lo llevaron a él, y a otros, y los alinearon contra una pared.
Fue entonces cuando oí la descarga y vi a mi padre caerse.

Verificaron su trabajo, no puedo olvidar la cara
Del oficial que usó su pistola para dar el golpe de gracia.
Apilaron los cadáveres en su camión y, riendo, se alejaron.
Todos fueron enterrados en una fosa común para esperar el día del Juicio.

Miré con mudo horror el suelo empapado de sangre y sediento
y en las marcas de viruela en esa pared causadas por algunas rondas malgastadas.
No hubo juez, ni jurado, ni veredicto, ni decreto.
Mataron a una docena de hombres desarmados; esa fue su victoria

Asesinaron a mi querido padre sin pensarlo dos veces.
No iría tan fácilmente; hay otros, también, que lucharon.
Ahora Franco tiene mi país y he tenido que huir de España.
Mi corazón está con los huesos de mi Padre. Continúo su nombre.
El día en que los fascistas llegaron a la ciudad

El ejército se había rebelado y la República estaba en peligro,
Pero éramos solo una pequeña ciudad, ¿qué teníamos que ver con esto?
Mi padre, Manuel Robles, era un sindicalista.
Algunos lo llamaron comunista; solo ahora lo entiendo

El ejército tenía una lista de hombres cuya lealtad era sospechosa
Y cuando estalló la guerra civil vinieron por ellos directamente.
Lo llevaron a él, y a otros, y los alinearon contra una pared.
Fue entonces cuando oí la descarga y vi a mi padre caerse.

Verificaron su trabajo, no puedo olvidar la cara
Del oficial que usó su pistola para dar el golpe de gracia.
Apilaron los cadáveres en su camión y, riendo, se alejaron.
Todos fueron enterrados en una fosa común para esperar el día del Juicio.

Miré con mudo horror el suelo empapado de sangre y sediento
y en las marcas de viruela en esa pared causadas por algunas rondas malgastadas.
No hubo juez, ni jurado, ni veredicto, ni decreto.
Mataron a una docena de hombres desarmados; esa fue su victoria

Asesinaron a mi querido padre sin pensarlo dos veces.
No iría tan fácilmente; hay otros, también, que lucharon.
Ahora Franco tiene mi país y he tenido que huir de España.
Mi corazón está con los huesos de mi Padre. Continúo su nombre.

— The End —