La gracia del esbelto viento baila
en la vigilia del sueño quieto
respirando el canto del saxo
rebobina los minutos del tiempo.
El cielo brilla, suspendidas las estrellas
se invierte júpiter envuelto en centellas
brota el sol y el prisma vislumbra
los tenues colores de la blanca luna.
Se posa el universo en tus pupilas
declarando lo que la noche pinta
aquello que se esconde tras la gruta
tan ligero como una pluma.
Flotando en medio del cosmos
reflejada en el brillo de tus ojos,
el melodioso tono de lo ilógico
late vivo en el seno del meollo.
El sonido de fondo se despliega
como letras de páginas abiertas
cuyas palabras una vez vírgenes
narran el porqué de sus orígenes.
Los ángulos cóncavos y convexos
se dispersan entre nuestros cielos
vertiendo un río de plata, mi cuerpo
se vuelve con el tuyo, un solo dueto.
Resplandece el paraíso desnudo
tiñendo el vinilo en un susurro
que tararea el ritmo lento y suave
del sosegado desierto en sus mares.
Constelada en la templada seda
eternamente sobre la bóveda
mi blanca alma en vuelo emerge
contigo ante el vasto celeste.
El universo en una gota de agua,
un mundo entero tras tu mirada,
sostiene el infinito en tus palmas,
y en cada segundo, la eternidad congelada.
Dulce murmullo, la noche traslucida
canta una melodía finamente liquida
cuyos astros en ritmo y espirales
caen libres cual cascada de cristales.
Y en la tierna mañana inmaculada
llueve el gentil sol que traslapa
la afable sinfonía del piano
floreciendo la flor del arcano.
Cuando subes por mis cordilleras
en la eterna hora dorada
anuncio mi delicada presencia
gimiendole suavemente al alba.
Y son las mismas radiantes auroras
manifestando la fortuna que aflora
de la unión de ambos polares,
en tus ojos y espacio, bellos fractales.
Perpetuo equinoccio, tierra imperio,
forman uno, ambos hemisferios
noche y día, luna y sol
tierra y lluvia, tu y yo.
Suena Stavroz - The Finishing