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giovanna Feb 2022
O ar desapareceu dos meus pulmões
Senti como se o hidrogênio tivesse tomado seu lugar
O tempo parou naquele momento e eu me vi em queda infinita
Dentro de um planeta que não tem chão
Dentro de um sentimento sem previsão
Eu corri, e quando senti seus braços, a temperatura derrepente ja passava dos mil
Não contei e nem tive tempo antes que o vento daquela imensa mancha vermelha me levasse consigo
Não há foguete que conseguiria me buscar
Eu não me importaria de chegar ao núcleo
nem mesmo de ser esmagada pela pressão
Então eu suplico, deixe Jupiter me levar
esse poema é especial para mim!
escrevi com base em
memórias que eu tenho da
primeira vez que eu o vi.
meu pitico, meu gatinho, meu yu
te amo.
Erguida en tu silencio y en tu orgullo,
no sé con qué señor que te enamora,
comentas a manera de murmullo:
«¡Mirad ese es el hombre que me adora!»

Yo paso como siempre, absorto,... mudo,
y tú nerviosamente te sonríes,
sabiendo que detrás de mi saludo,
te ahondas y después te me deslíes.

Yo sé que ni te busco, ni te sigo,
que nada te mendigo, ni reclamo,
comento, nada más con un amigo:
«Esa es la mujer que yo más amo».

Yo sé que mi cariño recriminas,
es claro tú no entiendes de esas cosas,
qué sabe del perfume y las espinas,
quien nunca estuvo al lado de las rosas.

Tú sabes que jamás suplico nada,
y me sabes cautivo de tus huellas,
que vivo en la región de tu mirada,
y comparto contigo las estrellas.

Un día nos veremos nuevamente,
y es lógico que bajes la cabeza,
tendrás muchas arrugas en la frente,
y el rostro entristecido y sin belleza.

Serás menos sensual en la cadera,
tus ojos no tendrán aquel hechizo,
y aún murmuraré -«¡Si me quisiera!»
tú sólo pensarás: «¡Cuánto me quiso!»
Gonzalitu Feb 2018
Me encontré en un amplio blanco
Esquinas inalcanzables
Ropa sucia, pies dezcalsos
Vuela con las aves
Sin volver, velo del descanso

Las paredes que aprisionan
Al culpable desauciado
Humilladas sean por una persona
Que al quebrarte en llanto
Allí te deja, abarrotado.

Regresando a la idea
Que para aquel condenado
Algún día cesará la pena
Mientras que aquí abajo
Nada parece quitar éstas cadenas

Inesperadamente sale a escena

Se aparece sonriente
Dos focos que incandilan
Compasiva y paciente
Ansiado regreso a mi vida
Cascada en fuente
A chorros derrocho alegría
Acompañado descanso tiernamente
"Oh dios-suplico-hasta el último día"
Leydis Jul 2017
Sé que te traes algo entre manos,
sé que me estas comiéndome con la vista,
desvistiéndome con el pensamiento,
bebiendo de mi ser en cada trago,
tragándote los deseos de tomarme en plena barra,
subirme en el mostrador para;
barrer mi desafiante mirada,
mirarme embelesado mientras suplico……
que sigas, que pares,
que más lento, más rápido,
más violento, más suave,
que quiero más, mas, mas, y más!
Más de ti, de mí, de ese derretimiento de éxtasis.
De ese arrobamiento de locura entre chocantes cuerpos.
De una degenerada y desafiante entrega entre dos extraños,
que solo quieren olvidarse un rato,
entre brazos que se jalan, que se estremecen,
entre piernas que se atan, que se amarran para poder contenerse,
entre labios que se besan desenfrenadamente,
entre dientes que se muerden la vida,
entre mordidas que avivan la carne,
que dejan la piel morada como uva,
sangrando pasión, destilando aventura.
Entre lenguas que lamen prudencia,
diciendo las cosas más bellas, las más obscenas.
Entre narices que inhalan algarabías de incontrolables deseos,
de seguir, de desquitarse con el tiempo,
en una noche que comenzó con una simple e inofensiva mirada,
que nos invitaba a dejar el tedio entre los brazos de dos extraños.
Sé que te traes algo entre manos.
¿Cómo lo sé? ¡Porque yo también lo estoy pensando!
LeydisProse
7/5/2017
https://www.facebook.com/LeydisProse/
Bajo cristales, en vitrinas,
reposando estáis olvidados,
abanicos de sedas finas
en lejanos tiempos bordados.

Y os abrís, en un sepulcral
silencio, en fondo carmesí,
a la luz de tarde otoñal,
en el Museo de Cluny.

Y al pensar en lo que no existe,
encanto ayer y hoy desengaño,
decir parece el alma triste:
«¿Dónde están las nieves de antaño?»

¿En cuáles manos marfilinas
lucirían vuestros encajes,
en dulces citas vespertinas
bajo los trémulos boscajes?

Corte de los Luises de Francia,
reverencias ante el estrado...
¡Abanicos! ¡Sois la fragancia
Que va surgiendo del pasado!...

Fragancia que se desvanece
en ideal mundo risueño,
mientras el alma se adormece
en una bruma azul de ensueño.

Al veros, llegan a la mente
ecos de fiestas cortesanas,
cuando os plegabais lentamente
como al compas de las pavanas.

«¡Delfín! ¡Callad, os lo suplico!»
decía la rubia Marquesa,
y en tanto, tras el abanico,
reía una boca de fresa.

Restos de antigua aristocracia
que llevó del tiempo el turbión.
¡Cómo os abriríais con gracia
en los jardines del Trianón!

¡Y qué encantadores secretos
guardareis de épocas remotas,
cuando en Versalles, los minuetos
alternaban con las gaviotas!

Abanicos de sedas finas
que durmiendo estáis olvidados,
desde el fondo de las vitrinas
¡cómo evocáis tiempos pasados!
LKenzo Dec 2020
Me ducho con agua caliente
hasta dejarme rojeces y moretones en la piel
Suda mi cuerpo mojado
Un baile de burbujas se reflejan
en la pared manchada
Mi sangre bombea tan fuerte
que siento que el corazón me estalla.
Eres tan suave y traslúcido como un riachuelo
yo soy tan fuerte y opaca como una catarata.

¿Pensarán esas personas en mi?
de la misma manera que yo en ellas
¿Me querrá en la soledad de su cuarto?
de la misma forma que yo lo hago.
No me dejas querer a nadie más
aún te recuerdo en la oscuridad
tu estás en mi mente
Yo soy la luna.
Y todas las noches me acuesto desolada.
El bastión en el acantilado está sitiado
esta noche es la última.
El fuego se refleja en el mar,
lo veo desde las almenaras,
y por decirte una vez más la verdad
se que esta es la última noche,
que te beso,
que te beso con honestidad.
Hoy he hecho muy buenas acciones
para ver si me hablas.
Visito únicamente los lugares
en los que sé que tu estarás.
No soy tan fuerte
para vivir sin ti
La primera noche que duermo bajo este techo
lo hago con el corazón quebrado, agrietado.
Tormenta de verano
viento caliente al ocaso
el relámpago y el trueno rompiendo el cielo
Me quedo toda la noche despierta rezando
en voz alta para que me quieras
antes de que termine el verano,
intento olvidarte
pero mi cabeza siempre encuentra la forma
de volver a ti
Me disparo en el pecho
suplicando que tu también sientas el dolor
pero no.
Calor proveniente de tu cuerpo
Se clavó en mi piel el anzuelo
y arranqué las vendas
antes de que curasen las heridas, porque
tus abrazos aún me duelen en la espalda
Comienza el ataque a las murallas
mis pies, ahora descalzos,
están llenos de llagas.

Deshecho mi cuerpo
como hielo, en el suelo
Voy a hablarle a tus ojos
mirándolos fijamente
de ahora en adelante evitaré evadir tu mirada
no temo que me dañes.
Aún recuerdo el peso fantasmagórico
de tu cuerpo en mi espalda
rodeando mi torso, oliendo mi pelo.
Me senté en el prado a escucharte
mientras las hierbas con mis manos
arrancaba, me doy cuenta,
estaba equivocada
esto es peor de lo que pensaba.
Venga a mi tu reino
porque tu tienes la llave.
El poder, te suplico
te pido, te imploro y lo siento
Hazme feliz con tu presencia.
¿Qué fue lo que dijiste
                                            Cuando adiós me dijiste?
¿Que ya no nos amábamos?... Pero, sí, nos amamos.
¿Lloraste? ¿Serás siempre la que yo he conocido
Desde que en nuestra vida los dos nos encontramos?

Y sé perfectamente que bien me has comprendido.
Sé más franca. Las cosas siempre estás complicando,
Y por ese motivo nos vemos disputando;
Di, pues, que en nuestra época siempre es afectación,
Y que siempre resulta ridículo y ******,
Cuando de amantes finos muchos la quieren dar,
Escribir con mayúsculas Amor y Corazón;
Palabras que de nada nos sirven empleamos
Y que son fastidiosas,
                                      Y, además, peligrosas,
E importancia con ellas en la vida nos damos.
Mi corazón, repiten. Tu corazón también,
Y nuestros corazones. Es costumbre corriente.
Y podría jurarte que de todo eso, bien
Prescindir se podría, sin gran inconveniente,
Y arreglarse al momento las cosas fácilmente.

¿Nuestros dos corazones? Hay tan sólo «tú y yo».
«Tú y yo»  no más: de raro no hemos tenido nada,
Pero con las palabras siempre nos embriagamos,
Y aquí, desde la tierra, dándonos cuenta vamos
Que lo real no llega nunca a la altura soñada.
Te suplico, es prudente, que los dos prescindamos
De hablar de Corazones, y que tú y yo seamos
Lo que nosotros somos. Cuando los dos nos vemos
No nos turbamos mucho, pues bien nos conocemos;
Ya todo no es como antes, en días de ventura;
Cuando nos encontramos, no veo en ti locura;
Me pasa a mí lo mismo... lo mismo... ¡Bien! ¿Y qué?
Es esto que aquí ocurre, tragedia no se ve.

¿Nos sentimos calmados?... Esto es muy natural,
Es la costumbre. Estamos
Ya con ella habituados, ha tiempo, bien o mal;
Y cuando ambos creemos que ya no nos amamos,
Cada uno se fastidia si el otro se halla ausente.
No hallamos gusto en nada. Todo es triste en redor.
Nos vemos desdichados, con aire displicente.
Pero ¿un bien no es esto ya? Pues bueno: así es mejor.

— The End —