Submit your work, meet writers and drop the ads. Become a member
Samuel hdz Nov 2012
Estas alas se forjaron a partir de la esperanza de que el universo me dio cuando estábamos juntos. Con la estructura de la persistencia y las plumas de la Esperanza. Pero como Ícaro y sus alas improvisadas, Las mías no estaban destinas para sobrevivir para siempre. El tiempo ha estado actuando como el sol. A pesar que lucho para volver a lo que en un tiempo fuimos . Elevándome a través de innumerables erupciones solares me doy cuenta de que mis plumas se están desvaneciendo, pero mi estructura no lo es. Sin embargo, la persistencia no me mantendrá en el cielo. tarde o temprano caerá. Llegando a tus labios o al haber perdido toda mi esperanza.
samuel hdz Nov 2012
Estas alas se forjaron a partir de la esperanza de que el universo me dio cuando estábamos juntos. Con la estructura de la persistencia y las plumas de la Esperanza. Pero como Ícaro y sus alas improvisadas, Las mías no estaban destinas para sobrevivir para siempre. El tiempo ha estado actuando como el sol. A pesar de que lucho para volver a lo que en un tiempo fuimos . Elevándome a través de innumerables erupciones solares me doy cuenta de que mis plumas se están desvaneciendo, pero mi estructura no lo es. Sin embargo, la persistencia no me mantendrá en el cielo. tarde o temprano caerá. Llegando a tus labios o al haber perdido toda mi esperanza.
Largamente he permanecido mirando mis largas piernas
con ternura infinita y curiosa, con mi acostumbrada pasión,
como si hubieran sido las piernas de una mujer divina
profundamente sumida en el abismo de mi tórax:
y es que, la verdad, cuando el tiempo, el tiempo pasa,
sobre la tierra, sobre el techo, sobre mi impura cabeza,
y pasa, el tiempo pasa, y en mi lecho no siento de noche que
una mujer está respirando, durmiendo, desnuda y a mi lado,
entonces, extrañas, oscuras cosas toman el lugar de la ausente,
viciosos, melancólicos pensamientos
siembran pesadas posibilidades en mi dormitorio,
y así, pues, miro mis piernas como si pertenecieran a otro
cuerpo,
y fuerte y dulcemente estuvieran pegadas a mis entrañas.


Como tallos o femeninas, adorables cosas,
desde las rodillas suben, cilíndricas y espesas,
con turbado y compacto material de existencia:
como brutales, gruesos brazos de diosa,
como árboles monstruosamente vestidos de seres humanos,
como fatales, inmensos labios sedientos y tranquilos,
son allí la mejor parte de mi cuerpo:
lo enteramente substancial, sin complicado contenido
de sentidos o tráqueas o intestinos o ganglios:
nada, sino lo puro, lo dulce y espeso de mi propia vida,
nada, sino la forma y el volumen existiendo,
guardando la vida, sin embargo, de una manera completa.

Las gentes cruzan el mundo en la actualidad
sin apenas recordar que poseen un. cuerpo y en él la vida,
y hay miedo, hay miedo en el mundo de las palabras que designan el
cuerpo,
y se habla favorablemente de la ropa,
de pantalones es posible hablar, de trajes,
y de ropa interior de mujer (de medias y ligas de "señora"),
como si por las calles fueran las prendas y los trajes vacíos
por completo
y un oscuro y obsceno guardarropas ocupara el mundo.

Tienen existencia los trajes, color, forma, designio,
y profundo lugar en nuestros mitos, demasiado lugar,
demasiados muebles y demasiadas habitaciones hay en el mundo,
y mi cuerpo vive entre y bajo tantas cosas abatido,
con un pensamiento fijo de esclavitud y de cadenas.

Bueno, mis rodillas, como nudos,
particulares, funcionarios, evidentes,
separan las mitades de mis piernas en forma seca:
y en realidad dos mundos diferentes, dos sexos diferentes
no son tan diferentes como las dos mitades de mis piernas.

Desde la rodilla hasta el pie una forma dura,
mineral, fríamente útil aparece,
una criatura de hueso y persistencia,
y los tobillos no son ya sino el propósito desnudo,
la exactitud y lo necesario dispuestos en definitiva.

Sin sensualidad, cortas y duras, y masculinas,
son allí mis piernas, y dotadas
de grupos musculares como animales complementarios,
y allí también una vida, una sólida, sutil, aguda
vida
sin temblar permanece, aguardando y actuando.

En mis pies cosquillosos,
y duros como el sol, y abiertos como flores,
y perpetuos, magníficos soldados
en la guerra gris del espacio,
todo termina, la vida termina definitivamente en mis pies,
lo extranjero y lo hostil allí comienza,
los nombres del mundo, lo fronterizo y lo remoto,
lo sustantivo y lo adjetivo que no caben en mi corazón,
con densa y fría constancia allí se originan.

Siempre,
productos manufacturados, medias, zapatos,
o simplemente aire infinito,
habrá entre mis pies y la tierra
extremando lo aislado y lo solitario de mi ser,
algo tenazmente supuesto entre mi vida y la tierra,
algo abiertamente invencible y enemigo.
Tu amada muerta es como una princesa que duerme.

Su alma, en un total olvido de sí misma, flota en la noche.

Mas si tú persistes en quererla,

Un día esta persistencia de tu amor la recordará.

Su espíritu tornará a la conciencia de su ser, y
sentirás en lo íntimo de tu cerebro el suave latido de su
despertar y el influjo inconfundible de su vieja ternura que vuelve...

Comprenderás entonces, merced a estos signos misteriosos, que una vez más el amor ha vencido a la muerte.
Lvi
No crees que los dromedarios
preservan luna en sus jorobas?

No la siembran en los desiertos
con persistencia clandestina?

Y no estará prestado el mar
por un corto tiempo a la tierra?

No tendremos que devolverlo
con sus mareas a la luna?

— The End —