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Victor D López Feb 2019
Naciste siete años antes del comienzo de la guerra civil española,
Y viviste en una casita de dos pisos en la Calle de Abajo de Fontan,
Frente al mar que les regalo su riqueza y belleza,
Y les robo a tu hermano mayor, y el más noble, Juan, a los 19 años.

De chiquita eras muy llorona. Los vecinos te hacían rabiar con solo decirte,
“Chora, Litiña, chora” lo cual producía un largo llanto al instante.
A los siete u ocho años quedaste ciega por una infección en los ojos. Te salvó la vista
El medico del pueblo, pero no antes de pasar más de un año sin poder ir a la escuela.

Nunca recuperaste ese tiempo perdido. Tu impaciencia y la vergüenza de sentirte atrasada, Impidieron tus estudios. Tu profundo amor propio y la vergüenza de no saber lo que sabían tus
Amigas de tu edad, tu inquietud y tu inhabilidad de aguantar la lengua cuando te corregían,
Crearon una perfecta tormenta que desvió tu diminutiva nave hacia las rocas.

Cuando aún una niña, viste a Franco con su escolta salir de su yate en Fontan.
Con la inocencia de una niña que nunca supo aguantar la lengua, preguntaste a
Una vecina que también estaba presente “Quien es ese señor?”
“El Generalísimo Francisco Franco” te contestó en voz baja. Dile “Viva Franco” cuando pase.

Con la inocencia de una niña y con la arrogancia de una viejita incorregible gritaste señalándolo
“Ese es el Generalísimo?” Y con una carcajada seguiste en voz alta “Parece Pulgarcito!”
Un miembro de su escolta se acercó alzando su ametralladora con la aparente Intención de Golpearte con la culata. “Dejadla!” Exclamo Franco. “Es una niña—la culpa no es suya.”

Contaste ese cuento muchas veces en mi presencia, siempre con una sonrisa o riéndote.
Creo que nunca apreciaste el importe de esa “hazaña” de desprecio a la autoridad. Pudiera ser En parte por ese hecho de tu niñez que vinieron eventualmente por tu padre  
Que lo Llevaron preso. Que lo torturaron por muchos meses y condenaron a muerte?

El escapó su condena como ya he contado antes—con la ayuda de un oficial fascista.
Tan fuerte era su reputación y el poder de sus ideas hasta con sus muchos amigos contrarios.
Tal tu inocencia, o tu ceguera psíquica, en no comprender nunca una potencial causa de su Destrucción. A Dios gracias que nunca pudiste apreciar la posible consecuencia de tus palabras.

Tu padre, quien quisiste toda la vida entrañablemente con una pasión de la cual fue muy Merecedor, murió poco después del término de la guerra civil. Una madre con diez
Bocas para alimentar necesitaba ayuda. Tú fuiste una de las que más acudió a ese
Pedido silencioso. A los 11 años dejaste la escuela por última vez y comenzaste a trabajar.

Los niños no podían trabajar en la España de Franco. No obstante, un primo tomó piedad
De la situación y te permitió trabajar en su fábrica de embutidos de pescado en Sada.
Ganabas igual que todas tus compañeras mayores. Y trabajabas mejor que la mayoría de ellas,
Con la rapidez y destreza que te sirvieron bien toda tu vida en todos tus trabajos.

En tu tiempo libre, llevabas agua de la fuente comunal a vecinos por unos céntimos.
De chiquita también llevabas una sella en la cabeza para casa y dos baldes en las manos antes y Después de tu trabajo en la fábrica de Cheche para el agua de muchos pescadores en el puerto
Antes del amanecer esperando la partida a alta mar con tu agua fresca en sus recipientes.

Todo ese dinero era entregado tu madre con el orgullo de una niña que proveía
Más que el sueldo de una mujer grande—solo a cambio de tu niñez y de la escuela.
También lavabas ropa para algunos vecinos. Y siempre gratuitamente los pañales cuando había
Niños recién nacidos solo por el placer de verlos y poder estar con ellos.

Cuando eras un poco más grande, ya de edad de ir al baile y al cine, seguías la misma rutina,
Pero también lavabas y planchabas la ropa de los marineros jóvenes que querían ir muy limpios
Y bien planchados al baile los domingos. Ese era el único dinero que era solo tuyo—para
Pagar la peluquería todas las semanas y el baile y cine. El resto siempre para tu madre.


A los dieciséis años quisiste emigrar a Argentina a la casa de una tía en Buenos Aires.
Tu madre te lo permitió, pero solo si llevabas también a tu hermana menor, Remedios, contigo.
Lo hiciste. En Buenos Aires no podías trabajar tampoco por ser menor. Mentiste en las Aplicaciones y pudiste conseguir trabajo en una clínica como ayudanta de enfermera.

Lavaste bacinillas, cambiaste camas, y limpiaste pisos con otros trabajos similares.
Todo por ganar suficiente dinero para poder reclamar a tu madre y hermanos menores,
Sito (José) y Paco (Francisco). Luego conseguiste un trabajo de mucama en un hotel
En Mar del Plata. Los dueños apreciaron tu pasión por cuidar a sus niños pequeños.

Te mantuvieron como niñera y mucama—sin doble sueldo. Entre tu (pobre) sueldo y
Propinas de mucama, en un tiempo pudiste guardar suficiente dinero para comprar
Los pasajes para tu madre y hermanos. También pudiste volver a Buenos Aires y
Conseguiste alquilar un doble cuarto en una antigua casa cerca del Consulado español.

De aquellas, aun menor de edad, ya trabajabas en el laboratorio Ponds—al cargo de una
Máquina de empacado de productos de belleza. Ganabas buen dinero, y vivieron en el
Centro de Buenos aires en esa casa hasta que te casaste con papa muchos años después.
Aun te perseguía la mala costumbre de decir lo que penabas y de no dar el brazo a torcer.

El sindicato de la Ponds trató de obligarte a registrarte como Peronista.
A gato escaldado hasta el agua fría le hace daño, y reusaste registrarte al partido.
Le dijiste al sindicato que no le habías escapado a un dictador para aliarte a otro.
Te amenazaron con perder el trabajo. Y con repatriarte a ti y a tu madre y hermanos.

Tu respuesta no la puedo escribir aquí. Te llevaron frente al gerente general demandando
Que te despidiera de inmediato. Contestaste que te demostraran razones para hacerlo.
El gerente—indudablemente a propio riesgo—contestó que no había mejor trabajadora
En la fábrica y que no tenía el sindicato razones para pedir que te despidiera.

Después de un noviazgo de varios años, se casaron tú y papa. Tenían el mundo en sus
Manos. Buen trabajo con buenos ahorros que les permitirían vivir muy bien en el futuro.
No podías tener hijos—los cuales siempre anhelaste tener. Tres años de tratamientos
Lograron que me dieras vida. Vivimos por años en un hermoso apartamento en la ciudad.

Tengo uso de razón y recuerdos gratos desde antes de los dos años. Recuerdo muy bien ese Apartamento. Pero las cosas cambiaron cuando decidieron emprender un negocio
Que no fue sostenible en el caos de la Argentina en los años 60. Recuerdo demasiado bien el Sacrificio tuyo y el de papa—es eso un tema para otro día, pero no para hoy.

Fuiste la persona más trabajadora que conocí en mi vida. No le temías a ningún trabajo
Honesto por fuerte que fuese y tu inquietud y espíritu competitivo siempre te hicieron
Una empleada estelar en todos tus trabajos, la mayoría de ellos sumamente esclavos.
Hasta en casa no sabias parar a no ser que tuvieras con quien charlar un rato largo.

Eras una gran cocinera gracias en parte al chef del hotel en cual trabajaste en Argentina
Que era también un compatriota español (vasco) y te enseno a cocinar muchos de sus
Platos españoles e italianos favoritos. Fuiste siempre muy mal comedora. Pero te
Encantaba cocinar para amigos, familia y—cuantos mas mejor—y para las fiestas.

Papá también era buen cocinero aunque con un repertorio mas limitado. Y yo aprendí
De los dos con mucho afán también a cocinar desde joven. Ni en la cocina ni en ninguna
Fase de mi vida me puedo comparar contigo ni con papa, pero también me encanta
Cocinar y en especial para compartir con seres queridos.

Te daba gran placer introducir a mis amigos a tus platos favoritos como la cazuela de mariscos,
Paella, caldo gallego, tus incomparables canelones, ñoquis, orejas, filloas, buñuelos, flan,
Y todo el resto de tu largo repertorio de música culinaria. Papa me iba a buscar al colegio
Cuando en la escuela secundaria (JHS #10) todos los días antes del trabajo.

Los dos trabajaban el segundo turno y no partían hasta después de las 2:00 p.m.
Muchos días traía el coche lleno de mis compañeros. Recuerdo igual que si fuera ayer
Las caras de mis amigos judíos, chinos, japoneses, italianos, ingleses e irlandeses
Cuando primero probaron el pulpo, caldo gallego, la tortilla, las orejas o el flan.

Mediante el bachiller, la universidad y los estudios de derecho fue igual. A veces parecía
Una reunión de Las Naciones Unidas, pero siempre con comida. Siempre trataste a mis
Amigos íntimos como si fueran hijos tuyos también. Y algunos aun hoy día te quieren
Como una segunda madre y sienten tu ausencia aunque no te vieran por muchos años.

Tuviste una pasión por ser madre (una gran pena que solo tuvieras un hijo).
Que te hizo ser demasiado protectora de tu hijo.  Me vestías con ropa exclusiva de
Les Bebes—Fui un muñeco para quien no los tuvo de niña. No me dejabas fuera de tu vista.
El mantenerme en un ambiente libre de gérmenes produjeron algunos problemas de salud.

Mi pediatra te decía “Quiero verlo con las rodillas raspadas y las uñas sucias.”
Tú lo tomabas como un chiste. Me llevabas a menudo a un parque y a la calesita.
Lo recuerdo como si fuera ayer. Pero no recuerdo tener ningún amigo hasta los siete u ocho
Años. Y solo uno entonces. No recuerdo tener una pandilla de amigos hasta los 13 años. Triste.

Cuando comencé a hablar como una cotorra con un año, y a caminar al mismo tiempo,
Me llevaste al médico. El medico pensó que era solo idea tuya. Me mostro unas llaves y me
Pregunto “Sabes lo que es esto, Danielito?” “Si. Son las llaves de tu tutú,” le contesté.
Después de unas pruebas, le recomendaron a mi madre que alimentara mi curiosidad.

Según ella era yo insoportable (algunas cosas nunca cambian). Si le preguntaba a
Papá por que el sol quema, a que distancia esta, que son las estrellas, por qué una
Linterna enfocada al cielo en una noche oscura no se ve, por qué los aviones no tienen
Ruedas debajo de pontones para poder aterrizar y despegar en el agua? Etc., etc., etc.

Me contestaba con paciencia. Recuerdo viajes en tren o autobús sentado en las piernas de mi Padre haciéndole mil preguntas. Desafortunadamente, si le preguntaba algo a mama que No supiera contestar, inventaba cualquier respuesta con tal de hacerme callar en vez de decirme “No se” o “pregúntaselo a papá” o “vete al infierno de una ver por todas y dejame en paz.”

Cuando me contaba algún cuento y no me gustaba como terminaba, “Caperucita Roja” por Ejemplo, mi madre tenía que inventar un fin que me gustara mejor o aguantar un llanto
Interminable. Pobre madre. Inventar lo que a Danielito no le gustaba podía ser peligroso.
Recuerdo un día en el teatro viendo dibujos animados que me encantaban (y aun encantan).

El Pato Donald salió en una escena comiéndose un tremendo sándwich. Le dije a mamá que
Quería un sándwich igual. En vez de contestarme que no era un sándwich de verdad, o que me Llevarían a comer después del teatro (como de costumbre) se le ocurrió decirme que me
Lo iba a traer el Pato Donald al asiento. Cambio la escena y el Pato Donald salió sin el sándwich.


Se acabo el mundo. Empecé a chillar y llorar que el Pato Donald se comió mi sándwich.
Me había mentido y no me trajo el prometido sándwich. Eso era algo insoportable.
No hubo forma de consolarme o hacerme entender—ya tarde—que el Pato Donald también
Tenía hambre, que el sándwich era suyo y no mío, o que lo de la pantalla no era realidad.

Ardió Cristo. Se había comido el sándwich del nene el Pato Donald quien era (y es) mi favorito.
La traición de un ser querido así era inconcebible e insoportable. Me tuvieron que quitar del
Cine a grito pelado. No se me fue la pataleta por largo rato. Pero todo paso cuando mi querida Tía Nieves (una prima) me dio unas galletas marineras con mermelada más tarde en su casa.

Cuánta agua debajo del puente. Tus recuerdos como el humo en una placentera brisa ya se han Esparcido, son moléculas insubstanciales como estrellas en el cielo, que no pintan cuadros Coherentes. Una vida de conversaciones vitales vueltas a susurros de niños en una tormenta Tropical, impermisibles, insustanciales, solo un sueño que interrumpe una pesadilla eterna.

Así es tu vida hoy. Tu memoria fue siempre prodigiosa. Recordabas el nombre de todas las Personas que conociste en toda tu vida—y conversaciones enteras palabra por palabra.
Con solo tres años de escuela, te fuiste por el mundo rompiendo paso y aprendiste a leer y
Escribir ya después de os 16 años en una ciudad adoptiva. Te fue más que suficiente tu estudio.

Siempre dije que eras mucho mejor escritora que yo. Cuantas excelentes novelas u obras de Teatro y poesía hubieras escribido tú con la mitad de mi educación y el triple de trabajo?  
No ay justicia en este mundo. Por qué le da Dios pan a quien no tiene dientes? Tú prodigiosa Memoria no te permite ya que me reconozcas. Fui la última persona que olvidaste.

Pero aun ahora que ya no puedes tener una conversación normal en ningún idioma,
Alguna vez te brillan los ojos y me llamas “neniño” y sé que por un instante no estás ya sola.
Pero pronto se apaga esa luz y vuelve la oscuridad. Solo te puedo ver unas horas un día a la Semana. Las circunstancias de mi vida no me dejan otra mejor opción.

Algún día no tendré ni siquiera la oportunidad de compartir unas horas contigo. No tendrás
Monumento alguno salvo en mis recuerdos mientras me quede uso de razón. Toda una
Vida de incalculable sacrificio de la cual solo dejarás el más pobre rasgo viviente del amor
De tu único hijo quien no tiene palabras para honrarte adecuadamente ni nunca las tendrá.


*          *          *

Ya llegó ese día, demasiado pronto. Octubre 11, 2018. Llegó la llamada a las 03:30 horas,
Una o dos horas después de haber quedado yo dormido. Te trataron de resucitar en vano.
No habría ya mas oportunidades de decirte te quiero, de acariciar tus manos y cara,
De cantarte al oído, de poner crema en tus manos, de anhelar que esta semana me recordaras.

De contarte acontecimientos de seres queridos, a quien vi, que me dijeron, quien pregunto
Por ti, ni de rezar por ti o de pedirte si me dabas un besito poniendo mi mejilla cerca de tus Labios y del placer cuando respondías dándome muchos besitos. Cuando no me respondías,
Lo mas probable estos últimos muchos meses, te decía, “Bueno la próxima vez.”

Siempre al despedirme te daba un besito por Alice y un abrazo que siempre te mandaba,
Y tres besitos en tu frente de parte de papa (siempre te daba tres juntos), y uno mío. Te
Dejaba la tele prendida en un canal sin volumen que mostrara movimiento. Y en lo posible
Esperaba que quedaras con los ojos cerrados antes de marchar.

Se acabó el tiempo. No hay mas prorroga. Mis oraciones cambian de pedir que Dios te proteja
Y que por Su Gracia puedas sanar un poquito día a día a que Dios guarde tu alma y la de papá y
Permita que descansen en paz en Su reino. Te hecho mucho de menos ya, como a papá, y lo
Haré mientras viva y Dios me permita uso de razón. No sabia lo que es estar solo. Ahora si lo se.

Cuatro años viendo tu deslumbrante luz reducirse a una vela temblando en a oscuridad.
Cuatro años temiendo que te dieras cuenta de tu situación.
Cuatro años rogando que no tuvieras dolor, tristeza o soledad.
Cuatro años y sin aprender como decirte adiós. El resto de mi vida esperando verte otra vez.

Te quiero con todo mi corazón siempre y para siempre, mamá. Descansa en Paz.
You can hear all six of my Unsung Heroes poems read by me in my podcasts at https://open.spotify.com/show/1zgnkuAIVJaQ0Gb6pOfQOH. (plus much more of my fiction, non-fiction and poetry in English and Spanish)
Cuando uno se enamora las cuadrillas
del tiempo hacen escala en el olvido
la desdicha se llena de milagros
el miedo se convierte en osadía
y la muerte no sale de su cueva

enamorarse es un presagio gratis
una ventana abierta al árbol nuevo
una proeza de los sentimientos
una bonanza casi insoportable
y un ejercicio contra el infortunio

por el contrario desenamorarse
es ver el cuerpo como es y no
como la otra mirada lo inventaba
es regresar más pobre al viejo enigma
y dar con la tristeza en el espejo
María José Jan 2016
Sé que escondes bajo esas lindas risas,
conozco el sufrimiento de ocultar un dolor insoportable,
son mil penas y un corazón que han hecho trizas,
pero te escondes bajo una sonrisa que te vuelve inconsolable

Que más quisiera que curarte con abrazos,
Sin embargo es difícil incluso hablar de amor,
y aunque quiero pegar todos los pedazos,
me es imposible pues a mi también me queda solo dolor.

Por eso no me arriesgo con las palabras,
y aunque mi sueño es darte el paraíso,
las promesas vanas cortan como dagas,
no te puedo tener esperando por siempre, sumiso.

Y sin embargo te amo y me duele soltarte.
This is a poem I decided to write in spanish because I rarely write poetry in my mother tongue even though it is a beautiful one and I wouldn't trade it for another.
Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.
Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre -¡qué bueno!- han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la obscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.
Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor como en una lámpara de inagotable aceite.
Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.
Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el ****, complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida.
Y se van llorando, llorando
la hermosa vida.
Nos han contado a todos
cómo eran los crepúsculos
de hace noventa o novecientos años

cómo al primer disparo los arrepentimientos
echaban a volar como palomas
cómo hubo siempre trenzas que colgaban
un poco sucias pero siempre hermosas
cómo los odios eran antiguos y elegantes
y en su barbaridad venturosa latían
cómo nadie moría de cáncer o de asco
sino de tisis breves o de espinas de rosa

otro tiempo otra vida otra muerte otra tierra
donde los pobres héroes iban siempre a caballo
y no se apeaban ni en la estatua propia

otro ocaso otro nunca otro siempre otro modo
de quitarle a la hembra su alcachofa de ropas

otro fuego otro asombro otro esclavo otro dueño
que tenía el derecho y además del derecho
la propensión a usar sus látigos sagrados

abajo estaba el mundo
abajo los de abajo
los borrachos de hambre
los locos de miseria
los ciegos de rencores
los lisiados de espanto

comprenderán ustedes que en esas condiciones
eran imprescindibles los puentos movedizos.
No sé si es el momento
de decirlo
en este punto muerto
en este año desgracia

por ejemplo
decírselo a esos mansos
que no pueden
resignarse a la muerte
y se inscriben a ciegas
caracoles de miedo
en la resurrección
qué garantía

por ejemplo
a esos ásperos
no exactamente ebrios
que alguna vez gritaron
y ahora no aceptan
la otra
la imprevista
reconvención del eco

o a los espectadores
casi profesionales
esos viciosos
de la lucidez
esos inconmovibles
que se instalan
en la primera fila
así no pierden
ni un solo efecto
ni el menor indicio
ni un solo espasmo
ni el menor cadáver

o a los sonrientes lúgubres
los exiliados de lo real
los duros
metidos para siempre en su campana
de pura sílice
egoísmo insecto
ésos los sin hermanos
sin latido
los con mirada acero de desprecio
los con fulgor y labios de cuchillo

en este punto muerto
en este año desgracia
no sé si es el momento
de decirlo
con los puentes a medio descender
o a medio levantar
que no es lo mismo.
Puedo permanecer en mi baluarte
en ésta o en aquella soledad sin derecho
disfrutando mis últimos
racimos de silencio
puedo asomarme al tiempo
a las nubes al río
perderme en el follaje que está lejos

pero me consta y sé
nunca lo olvido
que mi destino fértil voluntario
es convertirme en ojos boca manos
para otras manos bocas y miradas

que baje el puente y que se quede bajo

que entren amor y odio y voz y gritos
que venga la tristeza con sus brazos abiertos
y la ilusión con sus zapatos nuevos
que venga el frío germinal y honesto
y el verano de angustias calcinadas
que vengan los rencores con su niebla
y los adioses con su pan de lágrimas
que venga el muerto y sobre todo el vivo
y el viejo olor de la melancolía

que baje el puente y que se quede bajo

que entren la rabia y su ademán oscuro
que entren el mal y el bien
y lo que media
entre uno y otro
o sea
la verdad ese péndulo
que entre el incendio con o sin la lluvia
y las mujeres con o sin historia
que entre el trabajo y sobre todo el ocio
ese derecho al sueño
ese arco iris

que baje el puente y que se quede bajo

que entren los perros
los hijos de perra
las comadronas los sepultureros
los ángeles si hubiera
y si no hay
que entre la luna con su niño frío

que baje el puente y que se quede bajo

que entre el que sabe lo que no sabemos
y amasa pan
o hace revoluciones
y el que no puede hacerlas
y el que cierra los ojos

en fin
para que nadie se llame a confusiones
que entre mi prójimo ese insoportable
tan fuerte y frágil
ese necesario
ése con dudas sombra rostro sangre
y vida a término
ese bienvenido

que sólo quede afuera
el encargado
de levantar el puente

a esta altura
no ha de ser un secreto
para nadie

yo estoy contra los puentes levadizos.
La música de Bach mueve cortinas
en la mañana triste, y un viento con amores
se desliza en las calles y en los corazones.
Nadie sabe por qué pero se alegran
las sombras y los hombres
como si Dios hubiese descendido a fecundarlos
y en el asfalto espigas de oro florecieran.
En el día de hoy el sol se ablanda
y mansa luz como un aceite unta
a los cansados y a los tristes.

Un canto para sordos se desprende de las cosas
y esa terrible dulzura que es Dios insoportable
contagia la salud de un pecho a otro.
Es la hora interminable, la inasible,
la eternidad que dura un abrir y cerrar de ojos.
(Mientras esto he dicho, el día se ha partido en
dos como una granada madura.)
mariü Apr 2021
Me ves comer y se te ilumia la cara,
y preguntas cuánto llevo sin vomitar
y no sé que decirte porque no quiero fallar,
aunque lo haré o a ti, o a todos, o a mi.

No, mi cuerpo ya no se marea al levantarse,
mi muñeca ya no puede ser rodeada por mi mano
y las heridas de mis dedos,
causadas por los ácidos de mi estómago,
han desaparecido.

Pero de qué sirve cuando cada bocado es insoportable,
cuando tú cabeza no tiene espacio para nada que no sean calorias.
De qué sirve cuando te encuentras en el baño,
arrodillada, lo más lejos del vater para no ceder,
o delante del espejo encima de la báscula llorando porque
la recuperación física no es la mental
lxapa Sep 2015
El frío es insoportable
en el kilómetro 9.
Nadie se abraza,
nadie se da besos,
nadie se cree sol
entre la nube de infancia,
y la verde madurez
del viento que la sopla.

Algunos se paran
y dicen que así
no son las cosas,
pero otra vez
alguno lo interrumpe:
"Siéntate que te vas a helar".



Sigan creyendo
que las lágrimas se congelan.
Luna Oct 2018
El sol parece no querer salir y aquí dentro solo hay frío, el zumbido en mis oidos me impide pensar, sin norte ni sur, me he quedado hace un tiempo.

El pasado son recuerdos borrosos que de vez en cuando manchan el paisaje, el futuro es una doña vestida de ***** y encaje, el presente se me hace insoportable, a la deriva me encuentro entre miedos e ilusiones. Fantasmas y soledad son la única constante.

               Estoy cansada de olvidar.
               Estoy cansada de llorar.
Cuando Mambrú se fue a la guerra, llevaba una almohadilla y un tirabuzón. La almohadilla para descansar después de las batallas y el tirabuzón para descorchar las efímeras victorias.

También llevaba un paraguas contra venablos, aguaceros y palabrotas; un anillo de oro para la suerte y contra los orzuelos y un llavero con la llave de su más íntimo desván.

Como a menudo le resultaba insoportable la ausencia de la señora de Mambrú, llevaba un ejemplar del "Cantar de los Cantares", a fin de sobrellevar los veranillos de San Juan, un abanico persa y otro griego.

Llevaba una receta de sangría para sobornar al cándido enemigo y para el caso de que este no fuera sobornable llevaba un arcabuz y un verduguillo.

Así mismo unas botas de potro que rara vez usaba, ya que siempre le había gustado caminar descalzo y un calidoscopio artesanal, debido probablemente a que Marei, Edison y Lumiere no habían nacido para inventar el cine.

Llevaba por último, un escudo de arpillera porque los de hierro pesaban mucho y dos o tres principios fundamentales mezclados con la capa bajo el morrión.

Nunca se supo como le fue a Mambrú en la guerra, ni cuantas semanas o siglos se demoró en ellas. Lo cierto es que no volvió para la Pascua ni para Navidad. Por el contrario, transcurrieron centenares de Pascuas y Navidades sin que volviera o enviara noticias. Ya nadie se acordaba de él ni de su perra. Nadie cantaba ya la canción que en su tiempo era un hit.

Y sin embargo, fue en medio de esa amnesia que regresó en un vuelo regular de Iberia, exactamente el miércoles pasado. Tan rozagante que nadie osó atribuirle más de un siglo y medio. Tan lozano que parecía el bisnieto de Mambrú.

Por supuesto ante retorno tan insólito hubo una conferencia de prensa en el abarrotado salón Vip. Todos querían conocer las novedades que traía Mambrú después de tanta guerra. Cuántas heridas, Cuántos grilletes. Cuántos casus belis. Cuántos pillajes y zafarranchos de combate. Cuánto orgullo, cuántas lecciones. Cuántos laureles, cuántas medallas y cruces y chafalonías.

Ante el asedio de micrófonos que diecinueve hombres de prensa blandían como cachiporras, Mambrú, oprimido pero afable solo alcanzó a decir: -Señores no sé de qué me están hablando. Traje una brisa con arpegios, una paciencia que es un río, una memoria de cristal. Un
ruiseñor, dos ruiseñoras, traje una flecha de arco iris y un túnel pródigo de ecos. Tres rayos tímidos y una sonata para grillo y piano. Un lorito tartamudo y una canilla que no tose. Traje un teléfono de ensueño y un aparejo para náufragos. Traje éste traje y otro más. Y un faro que baja los párpados, traje un limón contra la muerte y muchas ganas de vivir.

Fue entonces que nació la calma y hubo un silencio transparente. Un necio adujo que las pilas se hallaban húmedas de llanto y que por eso los micrófonos estaban sordos y perplejos.

Poquito a poco aquel asedio se fue estrechando en un abrazo y Mambrú viejo y joven y único sintió por fin que estaba en casa.
Digamos que te alejas definitivamente
hacia el pozo de olvido que prefieres,
pero la mejor parte de tu espacio,
en realidad la única constante de tu espacio,
quedará para siempre en mí, doliente,
persuadida, frustrada, silenciosa,
quedará en mí tu corazón inerte y sustancial,
tu corazón de una promesa única
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.

Después de ese dolor redondo y eficaz,
pacientemente agrio, de invencible ternura,
ya no importa que use tu insoportable ausencia
ni que me atreva a preguntar si cabes
como siempre en una palabra.

Lo cierto es que ahora ya no estás en mi noche
desgarradoramente idéntica a las otras
que repetí buscándote, rodeándote.
Hay solamente un eco irremediable
de mi voz como niño, esa que no sabía.

Ahora qué miedo inútil, qué vergüenza
no tener oración para morder,
no tener fe para clavar las uñas,
no tener nada más que la noche,
saber que Dios se muere, se resbala,
que Dios retrocede con los brazos cerrados,
con los labios cerrados, con la niebla,
como un campanario atrozmente en ruinas
que desandara siglos de ceniza.

Es tarde. Sin embargo yo daría
todos los juramentos y las lluvias,
las paredes con insultos y mimos,
las ventanas de invierno, el mar a veces,
por no tener tu corazón en mí,
tu corazón inevitable y doloroso
en mí que estoy enteramente solo
sobreviviéndote.
Jason Cheney Feb 2021
Hay momentos de angustia insoportable
Hay momentos de alegría indescriptible
Hay momentos en los que ni siquiera puedo respirar
Hay momentos de silenciosa desesperación
Hay momentos de ira ardiente
Hay momentos de desesperanza
Hay momentos de risa sin esfuerzo
Hay momentos de oración solemne
Hay momentos de confianza en Aquel que es más grande que todos nosotros
Hay momentos de amor profundo y duradero
Hay momentos en los que invoco sus tiernas misericordias
Hay momentos de dolor insoportable
Hay momentos de ver la luz al final del túnel
Hay momentos de saber que no me ha olvidado
Hay momentos de esperanza redentora
Hay momentos en los que canto con toda el alma
Y estos son los momentos en los que me vuelvo hacia Él, que es el más grande de todos.

Escrito por:
Jason Cheney
Fecha: 2 de abril de 2020
en el filo de la belleza que
corta la vida / la devuelve
a su no ser / la vida
grita el no ser de la belleza /

en ese estáramos se quema la
cebolla descuidada / la tristeza /
el amor al revés / ¿cuándo se llora
en este valle? / ciudadanos

entreguen su dolor para hacer tiempo /
insoportable es todo viaje
al fondo del cubil / calienten

su pescuezo en la mano que aprieta /
cierren la sufridera alta / abran
el sueño que no quiere dormir/
maybe marc May 2020
:(
que hacíamos antes de esto?
antes de levantar y
ver te
con tu bulla
y tu daño,
que ahora esquivas
como si no hubiese pasado?
que hacía
antes de no saber que hacer
conmigo misma
antes de los escondites
de todo lo que es
******* insoportable
como esa voz idiota en las mañanas
parecido todo a las situaciones en las que me metí.
parecido todo al resentimiento
que queda dentro
por todo
el tiempo que no me dieron
con la atención fija
en lo que no estaba haciendo;
aún me jode,
que por no saber me hundí
y tú por no se qué
me dejaste
y como siempre
nadie nunca vino al rescate,
siempre ambos expectantes
que me construya una balsa
que entienda entre los gritos
la coherencia de lo que no me enseñaste.
que por qué no me explicaste?
me quedé
sin respeto ni paciencia,
con culpas y pesos que no
deberían pesar me.
plasmada en un cuerpo,
la sombra de tus faltas
comiéndose a quien podría haber sido
si me hubieses enseñado
algo un poco menos dañino
que el cansancio,
obligada a recordar
que estoy aquí
que me estás asfixiando.
Nix Evadne Nov 30
¿Extrañarás mi cuerpo en tu cama, aunque sea cuando el frío sea insoportable?
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Madrid Winter
Will you miss my body in your bed, even if only when the cold feels unbearable?
Spanish and English version
Nienke Sep 19
ya no siento nada, dices
pero sé que es mentira
me has mostrado tu interior
esta noche borracha
transmitiendo mucho amor

te acercaste tan rápido a mi
a mi terapeuta le lleva meses
que me has cambiado
tocando defectos, ansiedades
que ya habia olvidado

soy débil, frágil,
ya no soy la misma
soy distinta a lo que era
y lamento haberte asustado
que ahora me cuesta ser casual
tras calentar mi niña congelado

la parte que conozco, tapo
porque no veo otra opción
prefiero seguir como la fuerte
y ayudarte a ti, tendria mas razón
pero mírame, sangrando,
porque no puedo, quiero ser fria

soy débil, frágil,
ya no soy la misma
soy distinta a lo que era
y lamento haberte asustado
que ahora me cuesta ser casual
tras calentar mi niña congelado

tantas inseguridades en mi vida
amor, tengo que decidir
si encontraré trabajo
si vuelvo a mi pais
si sigo viéndote
o si vuelvo a mi

soy débil, frágil,
ya no soy la misma
soy distinta a lo que era
y lamento haberte asustado
que ahora me cuesta ser casual
tras calentar mi niña congelado

y entre todos los pensamientos
estoy pensando en tus palabras
si quiero ser tuyo, asi podría ser

me llamaste, escribiste
en medio de la noche
si quiero, vendrías

por qué? enamoraste?

necesito a alguien cerca, dijo
me siento sola, dijo tu ex
puedo usar abrazo, dije
buscando amor
que una vez faltaba

y por eso parece que ya nos conocemos
y por eso sentimos cierta conexión
y por eso sí tienes sentimiento
y ni yo ni tu podrá esconder
de este diablo - reconocimiento

soy débil, frágil,
ya no soy la misma
soy distinta a lo que era
y lamento haberte asustado
que ahora me cuesta ser casual
tras calentar mi niña congelado

me tienes paralizada cariño
este dia que me puse a llorar
abriste una herida profunda
y desde entonces, no he podido parar
el dolor en mi pecho, insoportable

talvez es mejor que me alejo, sí
tengo que protegerme

pero ya es tarde, lo ves?
ya no me miras como antes
ya no me hablas con tanto amor
aunque no me tenias que dar
era lo que necesitaba, calor

no estamos listo
perdido en tiempo

soy débil, frágil,
ya no soy la misma
soy distinta a lo que era
y lamento haberte asustado
que ahora me cuesta ser casual
tras calentar mi niña congelado

la chica que conociste en la playa
esa soy yo: libertad
y quiero regresar, olvidar
espacio de verdad
no perderme en otro mar

nunca mas enamorada
del dolor ajeno

claro - queremos estar solos
seria más facil no sentir ni pensar
que nadie influye, confunda
pero no tenemos el control
esta vida, soledad nos controla

dejalo, dicen
deja todo fluir

el dolor en mi pecho
hasta morir

ansiedad de conectar
ansiedad de separar

uno somos, buscame
pero cómo dejar?

soy débil, frágil,
ya no soy la misma
soy distinta a lo que era
y lamento haberte asustado
que ahora me cuesta ser casual
tras calentar mi niña congelado

— The End —