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Vamos a gozar el sol
distribuyendo sus rayos
como los abrazos tiernos
de la amada
que hacen olvidar penas
o pesares de la jornada.
Disfrutemos el verano
lo mismo
que gozamos el inverno
cuando las gotas de la lluvia
ayudan a crecer los barbechos.
No nos quejemos de la pobreza
cuando creamos
que ella consiste
en a falta de dinero.
Condolámonos más bien
de la miseria
cuando está en la falta de valor
en el alma
para enfrentar cada día
penosas tareas.
Corramos más bien
a disfrutar del nacimiento
y renovación de la  mañana
cuando se llena de colores el alba,
no sea que nos suceda
como a aquel que sólo desea
atesorar riqueza:
pierde el gusto por lo elemental,
pues tiene la creencia
en que todo se consigue
con algo de metal;
se le olvida que lo esencial
es tener un poco de pan en la mesa
y, al menos, el agua viva
del fresco manantial.
Vamos a gozar el sol o el invierno
sin imprecaciones
para el uno o el otro
porque ellos siempre
igual llegan
para pobres o poderosos.
(Jorge Gómez A. Julio de 1994)
Ah, pobre Dolores
Mais uma vez está cansada de suas mágoas e constipada com suas dores
Há quem diga que quando olha o céu, sonha com estrelas
Acalme-se Dolores, hoje tenho um presente para entretê-la
Acorde de seu sonho e largue esses afazeres
Olhe para A Casa Abandonada dos Prazeres
Almeja tanto assim?
O seu ignoto fim?
Por quê toma todos esses remédios?
Se o que deseja é pular do mais alto prédio
Para quê todas essas doenças inventadas?
E essas mulheres, para quê invejá-las?
Na casa encontrará a cura
Não mais carregará sua imaginária feiura
Lá será bela como sempre quis
Mas pergunte-se o que é ser feliz
Lá, em todas as paredes, encontrará espelhos
E em todas camas encontrará lençóis vermelhos
Onde finalmente poderá gozar
E a beleza que não é sua, contemplar
Goze, goze Dolores
Mistura seu prazer com suas dores
Goze, goze mais uma vez
Goze toda sua estupidez
Saiba que nem tudo que cintila é ouro
E fora da casa continuará seu agouro
Quando fora estiver, da vida perderá a crença
E a cada vez que entrar e sair, nascerá uma nova doença
Uma daquelas de sua hipocondria
E a cada dia verá a verdadeira agonia
Sentirá dor, e fome
Não se lembrará de seu nome
Não poderá comer, pois a doença te devastará
E para a casa todos os dias irá correr, a sonhar
Lembre-se de novo
Que nem tudo que brilha é ouro
Ganhará a casa e perderá o mundo
E seu eu estará perdido num poço profundo
Um dia dirá:

Será?
Toda aquela estética...
era tão assim... patética?
Nossas escolhas não tem volta
Para o destino não há revolta
Não devo mais chorar
Só me resta, agora, gozar

Goze, goze Dolores
Mistura seu prazer com suas dores
Goze, goze mais uma vez
Goze toda sua estupidez
Contos da Casa Abandonada dos Prazeres
Dolores - O primeiro conto
«En fondo de aire» (dije) «estoy»,
(dije) «soy animal de fondo de aire» (sobre tierra),
ahora sobre mar; pasado, como el aire, por un sol
que es carbón allá arriba, mi fuera, y me ilumina
con su carbón el ámbito segundo destinado.

Pero tú, dios, también estás en este fondo
y a esta luz ves, venida de otro astro;
tú estás y eres
lo grande y lo pequeño que yo soy,
en una proporción que es ésta mía,
infinita hacia un fondo
que es el pozo sagrado de mí mismo.

Y en este pozo estabas antes tú
con la flor, con la golondrina, el toro
y el agua; con la aurora
en un llegar carmín de vida renovada;
con el poniente, en un huir de oro de gloria.
En este pozo diario estabas tú conmigo,
conmigo niño, joven, mayor, y yo me ahogaba
sin saberte, me ahogaba sin pensar en ti.
Este pozo que era, sólo y nada más ni menos,
que el centro de la tierra y de su vida.

Y tú eras en el pozo májico el destino
de todos los destinos de la sensualidad hermosa
que sabe que el gozar en plenitud
de conciencia amadora,
es la virtud mayor que nos trasciende.

Lo eras para hacerme pensar que tú eras tú,
para hacerme sentir que yo era tú,
para hacerme gozar que tú eras yo,
para hacerme gritar que yo era yo
en el fondo de aire en donde estoy,
donde soy animal de fondo de aire,
con alas que no vuelan en el aire,
que vuelan en la luz de la conciencia
mayor que todo el sueño
de eternidades e infinitos
que están después, sin más que ahora yo, del aire.
carmel Dec 2020
Existe una melancolía hermosa y dolorosa en la idea de lo que pudo ser y no fue, en esos hubieras sueños perdidos en el aire, dulce espacio de la imaginación de vidas alternativas y metas truncadas.
2020 No te voy a poder olvidar
llegaste a crear espacios en mi, vacíos que me hicieron ver mi oscuridad
llegaste a encerrarme en mi en mi mente, en mis demonios, me diste espejos de amor y espejos de dolor, me entregaste a los maestros correctos en los momentos indicados.
me recordaste que en el pasado existe la puerta de mi infancia, mi refugio un lugar en honor al buen trabajo de mis papas, mis hermanos, mi familia.
2020 llegaste a romperme como hace tiempo no me rompia la vida, llegaste a abrirme para derramar agradecimiento

2020 me enseñaste a soltar expectativas de un futuro, a fluir y ver cada día como una nueva aventura, a agradecer esta broma de la vida con respeto y con risas surfeando el sufrimiento.
este año llegó a enseñArme a tener amor propio y cuidarme, a conocer mis límites y reconocer mis demonios ponerles nombre sentarme a solas con ellos a tomar té, a veces vino, a veces whisky, A decir no me juzgo y no espero nada de ti, no me juzgues que esto es lo que ahi y me ha costado a:os todo lo que ves, todo lo que en mi he construido para mi no para ti ni para  nadie que no llegue a este mundo a llenar las expectativas de nadie a quitar el ego y ser parte de algo más grande, a confiar en mí y el universo, sabes este 2020 es un aprendizaje de saber fluir.

A vomitar mis miedos, llorar mis traumas y pintar mis dolores. A ser un perfecto ser imperfecto, sin esperar más ni menos de mi ni de nadie, a tomar las cosas como son, y no como quisiera que fueran

este año aprendí la diferencia entre un amigo y un conocido, un abrazo a un saludo a distancia, una llamada, este a;o me enseñaste a no tener miedo a estar sola y en soledad gozar el vacío de mi ser, que si suelto mejores cosas llegan y si no llegan al menos me tengo a mi y eso de menos no tiene nada.

Este año aprendí que la paz mental, que el centro interior no se deja por nada ni por nadie, aprendi una leccion que no voy a olvidar, prefiero vivir en armonía sin estar despertando mis heridas y gozando aunque no todo este como “ debería de ser”

Aprendí a valorar la fragilidad de tocar la mano de un extra:o, toser en publico, compartir una cerveza, escuchar una multitud, ir a un concierto, besarme con extraños, hacer nuevos amigos, bailar en la multitud, ver a los ancianos sin miedo a enfermarnos

2020 has sido extrañamente uno de los años de más sanacion, quien diría que ocupaba una pandemia mundial para perderme y volverme a encontrar
Noche. Este viento vagabundo lleva
las alas entumidas
y heladas. El gran Andes
yergue al inmenso azul su blanca cima.
La nieve cae en copos,
sus rosas transparentes cristaliza;
en la ciudad, los delicados hombros
y gargantas se abrigan;
ruedan y van los coches,
suenan alegres pianos, el gas brilla;
y si no hay un fogón que le caliente,
el que es pobre tirita.
Yo estoy con mis radiantes ilusiones
y mis nostalgias íntimas,
junto a la chimenea
bien harta de tizones que crepitan.
Y me pongo a pensar: ¡Oh! ¡Si estuviese
ella, la de mis ansias infinitas,
la de mis sueños locos
y mis azules noches pensativas!
¿Cómo? Mirad:
                                  De la apacible estancia
en la extensión tranquila
vertería la lámpara reflejos
de luces opalinas.
Dentro, el amor que abrasa;
fuera, la noche fría;
el golpe de la lluvia en los cristales,
y el vendedor que grita
su monótona y triste melopea
a las glaciales brisas.
Dentro, la ronda de mis mil delirios,
las canciones de notas cristalinas,
unas manos que toquen mis cabellos,
un aliento que roce mis mejillas,
un perfume de amor, mil conmociones,
mil ardientes caricias;
ella y yo: los dos juntos, los dos solos;
la amada y el amado, ¡oh Poesía!
los besos de sus labios,
la música triunfante de mis rimas,
y en la negra y cercana chimenea
el tuero brillador que estalla en chispas.
¡Oh! ¡Bien haya el brasero
lleno de pedrería!
Topacios y carbunclos ,
rubíes y amatistas
en la ancha copa etrusca
repleta de ceniza.
Los lechos abrigados,
las almohadas mullidas,
las pieles de Astrakán, los besos cálidos
que dan las bocas húmedas y tibias.
¡Oh, viejo Invierno, salve!
puesto que traes con las nieves frígidas
el amor embriagante
y el vino del placer en tu mochila.
Sí, estaría a mi lado,
dándome sus sonrisas,
ella, la que hace falta a mis estrofas,
esa que mi cerebro se imagina;
la que, si estoy en sueños,
se acerca y me visita;
ella que, hermosa, tiene
una carne ideal, grandes pupilas,
algo del mármol, blanca luz de estrella;
nerviosa, sensitiva,
muestra el cuello gentil y delicado
de las Hebes antiguas;
bellos gestos de diosa,
tersos brazos de ninfa,
lustrosa cabellera
en la nuca encrespada y recogida
y ojeras que denuncian
ansias profundas y pasiones vivas.
¡Ah, por verla encarnada,
por gozar sus caricias,
por sentir en mis labios
los besos de su amor, diera la vida!
Entre tanto hace frío.
Yo contemplo las llamas que se agitan,
cantando alegres con sus lenguas de oro,
móviles, caprichosas e intranquilas,
en la negra y cercana chimenea
do el tuero brillador estalla en chispas.
Luego pienso en el coro
de las alegres liras.
En la copa labrada, el vino *****,
la copa hirviente en cuyos bordes brillan
con iris temblorosos y cambiantes
como un collar de prismas;
el vino ***** que la sangre enciende,
y pone el corazón con alegría,
y hace escribir a los poetas locos
sonetos áureos y flamantes silvas.
El Invierno es beodo.
Cuando soplan sus brisas,
brotan las viejas cubas
la sangre de las viñas.
Sí, yo pintara su cabeza cana
con corona de pámpanos guarnida.
El Invierno es galeoto,
porque en las noches frías
Paolo besa a Francesca
en la boca encendida,
mientras su sangre como fuego corre
y el corazón ardiendo le palpita.
-¡Oh crudo Invierno, salve!
puesto que traes con las nieves frígidas
el amor embriagante
y el vino del placer en tu mochila.
Ardor adolescente,
miradas y caricias;
cómo estaría trémula en mis brazos
la dulce amada mía,
dándome con sus ojos luz sagrada,
con su aroma de flor, savia divina.
En la alcoba la lámpara
derramando sus luces opalinas;
oyéndose tan sólo
suspiros, ecos, risas;
el ruido de los besos;
la música  triunfante de mis rimas,
y en la negra y cercana chimenea
el tuero brillador que estalla en chispas.
Dentro, el amor que abrasa;
fuera, la noche fría.
¡Qué hermosa es la ciudad, oh Contemplado,
                    que eriges a la vista!

Capital de los ocios, rodeada
                    de espumas fronterizas,

en las torres celestes atalayan
                    blancas nubes vigías.

Flotante sobre el agua, hecha y deshecha
                    por luces sucesivas,

los que la sombra alcázares derrumba
                    el alba resucita.

Su riqueza es la luz, la sin moneda,
                    la que nunca termina,

la que después de darse un día entero
                    amanece más rica.

Todo en ella son canjes -ola y nube,
                    horizonte y orilla-,

bellezas que se cambian, inocentes
                    de la mercadería.

Por tu hermosura, sin mancharla nunca
                    resbala la codicia,

la que mueve el contrato, nunca el aire
                    en las velas henchidas,

hacia la gran ciudad de los negocios,
                    la ciudad enemiga.
No hay nadie, allí, que mire; están los ojos
                    a sueldo, en oficinas.

Vacío abajo corren ascensores,
                    corren vacío arriba,

transportan a fantasmas impacientes:
                    la nada tiene prisa.

Si se aprieta un botón se aclara el mundo,
                    la duda se disipa.

Instantánea es la aurora; ya no pierde
                    en fiestas nacarinas,

en rosas, en albores, en celajes,
                    el tiempo que perdía.

Aquel aire infinito lo han contado;
                    números se respiran

El tiempo ya no es tiempo, el tiempo es oro,
                    florecen compañías

para vender a plazos los veranos,
                    las horas y los días.

Luchan las cantidades con los pájaros,
                    los nombres con las cifras:

trescientos, mil, seiscientos, veinticuatro,
                    Julieta, Laura, Elisa.

Lo exacto triunfa de lo incalculable,
                    las palabras vencidas

se van al campo santo y en las lápidas
esperan elegías.

¡Clarísimo el futuro, ya aritmético,
                    mañana sin neblinas!

Expulsan el azar y sus misterios
                    astrales estadísticas.

Lo que el sueño no dio lo dará el cálculo;
                    unos novios perfilan

presupuestos en tardes otoñales:
                    el coste de su dicha.

Sin alas, silenciosas por los aires,
                    van aves ligerísimas,

eléctricas bandadas agoreras,
                    cantoras de noticias,

que desdeñan las frondas verdecientes
y en las radios anidan.

A su paso se mueren -ya no vuelven-
                    oscuras golondrinas.

Dos amantes se matan por un hilo
                    -ruptura a dos mil millas-;

sin que pueda salvarle una morada
                    un amor agoniza,

y Iludiéndose el teléfono en el pecho
                    la enamorada expira.

Los maniquíes su lección ofrecen,
                    moral desde vitrinas:

ni sufrir ni gozar, ni bien ni mal,
                    perfección de la línea.

Para ser tan felices las doncellas
                    poco a poco se quitan

viejos estorbos, vagos corazones
                    que apenas si latían.

Hay en las calles bocas que conducen
                    a cuevas oscurísimas:

allí no sufre nadie; sombras bellas
                    gráciles se deslizan,

sin carne en que el dolor pueda dolerles,
                    de sonrisa a sonrisa.

Entre besos y escenas de colores
                    corriendo va la intriga.

Acaba en un jardín, al fondo rosas
                    de trapo sin espinas.

Se descubren las gentes asombradas
                    su sueño: es la película,

vivir en un edén de cartón piedra,
                    ser criaturas lisas.

Hermosura posible entre tinieblas
                    con las luces se esquiva.

La yerba de los cines está llena
                    de esperanzas marchitas.

Hay en los bares manos que se afanan
                    buscando la alegría,

y prenden por el talle a sus parejas,
                    o a copas cristalinas.

Mezclado azul con rojo, verde y blanco,
                    fáciles alquimistas

ofrecen breves dosis de retorno
                    a ilusiones perdidas.

Lo que la orquesta toca y ellos bailan,
                    son todo tentativas

de salir sin salir del embolismo
                    que no tiene salida.

Mueve un ventilador aspas furiosas
                    y deshoja una Biblia.

Por el aire revuelan gemebundas
                    voces apocalípticas,

y rozan a las frentes pecadoras
                    alas de profecías.

La mejor bailarina, Magdalena,
                    se pone de rodillas.

Corren las ambulancias, con heridos
                    de muerte sin heridas.

En Wall Street banqueros puritanos
                    las escrituras firman

para comprar al río los reflejos
                    del cielo que está arriba.
Un hombre hay que se escapa, por milagro,
                    de tantas agonías.

No hace nada, no es nada, es Charlie Chaplin,
                    es este que te mira;

somos muchos, yo solo, centenares
                    las almas fugitivas

de Henry Ford, de Taylor, de la técnica,
                    los que nada fabrican

y emplean en las nubes vagabundas
                    ojos que no se alquilan.

No escucharán anuncios de la radio;
                    atienden la doctrina

que tú has ido pensando en tus profundos,
                    la que sale a tu orilla,

ola tras ola, espuma tras espuma,
y se entra por los ojos toda luz,
                    y ya nunca se olvida.
Con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
    compañero te desvela
    la misma suerte que a mí
    prometiste y prometí
    encender esta candela
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
    la muerte mata y escucha
    la vida viene después
    la unidad que sirve es
    la que nos une en la lucha
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
    la historia tañe sonora
    su lección como campana
    para gozar el mañana
    hay que pelear el ahora
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
    ya no somos inocentes
    ni en la mala ni en la buena
    cada cual en su faena
    porque en esto no hay suplentes
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero
    algunos cantan victoria
    porque el pueblo paga vidas
    pero esas muertes queridas
    van escribiendo la historia
con tu puedo y con mi quiero
vamos juntos compañero.
Con letras ya borradas por los años,
En un papel que el tiempo ha carcomido,
Símbolo de pasados desengaños,
Guardo una carta que selló el olvido.

La escribió una mujer joven y bella.
¿Descubriré su nombre? ¡no!, ¡no quiero!
Pues siempre he sido, por mi buena estrella,
Para todas las damas, caballero.

¿Qué ser alguna vez no esperó en vano
Algo que si se frustra, mortifica?
Misterios que al papel lleva la mano,
El tiempo los descubre y los publica.

Aquellos que juzgáronme felice,
En amores, que halagan mi amor propio,
Aprendan de memoria lo que dice
La triste historia que a la letra copio:

«Dicen que las mujeres sólo lloran
Cuando quieren fingir hondos pesares;
Los que tan falsa máxima atesoran,
Muy torpes deben ser, o muy vulgares.

»Si cayera mi llanto hasta las hojas
Donde temblando está la mano mía,
Para poder decirte mis congojas
Con lágrimas mi carta escribiría.

»Mas si el llanto es tan claro que no pinta,
Y hay que usar de otra tinta más obscura,
La negra escogeré, porque es la tinta
Donde más se refleja mi amargura.

»Aunque no soy para sonar esquiva,
Sé que para soñar nací despierta.
Me he sentido morir y aún estoy viva;
Tengo ansias de vivir y ya estoy muerta.

»Me acosan de dolor fieros vestigios,
¡Qué amargas son las lágrimas primeras!
Pesan sobre mi vida veinte siglos,
Y apenas cumplo veinte primaveras.

»En esta horrible lucha en que batallo,
Aun cuando débil, tu consuelo imploro,
Quiero decir que lloro y me lo callo,
Y más risueña estoy cuanto más lloro.

»¿Por qué te conocí? Cuando temblando
De pasión, sólo entonces no mentida,
Me llegaste a decir: te estoy amando
Con un amor que es vida de mi vida.

»¿Qué te respondí yo? Bajé la frente,
Triste y convulsa te estreché la mano,
Porque un amor que nace tan vehemente
Es natural que muera muy temprano.

»Tus versos para mí conmovedores,
Los juzgué flores puras y divinas,
Olvidando, insensata, que las flores
Todo lo pierden menos las espinas.

»Yo, que como mujer, soy vanidosa,
Me vi feliz creyéndome adorada,
Sin ver que la ilusión es una rosa,
Que vive solamente una alborada.

»¡Cuántos de los crepúsculos que admiras
Pasamos entre dulces vaguedades;
Las verdades juzgándolas mentiras
Las mentiras creyéndolas verdades!

»Me hablabas de tu amor, y absorta y loca,
Me imaginaba estar dentro de un cielo,
Y al contemplar mis ojos y mi boca,
Tu misma sombra me causaba celo.

»Al verme embelesada, al escucharte,
Clamaste, aprovechando mi embeleso:
Déjame arrodillar para adorarte;
Y al verte de rodillas te di un beso.

»Te besé con arrojo, no se asombre
Un alma escrupulosa y timorata;
La insensatez no es culpa. Besé a un hombre
Porque toda pasión es insensata.

»Debo aquí confesar que un beso ardiente,
Aunque robe la dicha y el sosiego,
Es el placer más grande que se siente
Cuando se tiene un corazón de fuego.

»Cuando toqué tus labios fue preciso
Soñar que aquél placer se hiciera eterno.
Mujeres: es el beso un paraíso
Por donde entramos muchas al infierno.

»Después de aquella vez, en otras muchas,
Apasionado tú, yo enternecida,
Quedaste vencedor en esas luchas
Tan dulces en la aurora de la vida.

»¡Cuántas promesas, cuántos devaneos!
el grande amor con el desdén se paga:
Toda llama que avivan los deseos
pronto encuentra la nieve que la apaga.

»Te quisiera culpar y no me atrevo,
Es, después de gozar, justo el hastío;
Yo que soy un cadáver que me muevo,
Del amor de mi madre desconfío.

»Me engañaste y no te hago ni un reproche,
Era tu voluntad y fue mi anhelo;
Reza, dice mi madre, en cada noche;
Y tengo miedo de invocar al cielo.

»Pronto voy a morir; esa es mi suerte;
¿Quién se opone a las leyes del destino?
Aunque es camino oscuro el de la muerte,
¿Quién no llega a cruzar ese camino?

»En él te encontraré; todo derrumba
El tiempo, y tú caerás bajo su peso;
Tengo que devolverte en ultratumba
Todo el mal que me diste con un beso.

»Mostrar a Dios podremos nuestra historia
En aquella región quizá sombría.
¿Mañana he de vivir en tu memoria...?
Adiós... adiós... hasta el terrible día».

Leí estas líneas y en eterna ausencia
Esa cita fatal vivo esperando...
Y sintiendo la noche en mi conciencia,
Guardé la carta y me quedé llorando.
Madame Lugones, J'ai commencé ces vers
en écoutant la voix d'un carillon d'Anvers...
¡Así empecé, en francés, pensando en Rodenbach
cuando hice hacia el Brasil una fuga... de Bach!En Río de Janeiro iba yo a proseguir,
poniendo en cada verso el oro y el zafir
y la esmeralda de esos pájaros-moscas
que melifican entre las áureas siestas foscas
que temen los que temen el cruel vómito *****.
Ya no existe allá fiebre amarilla. ¡Me alegro!
Et pour cause. Yo pan-americanicé
con un vago temor y con muy poca fe
en la tierra de los diamantes y la dicha
tropical. Me encantó ver la vera machicha,
mas encontré también un gran núcleo cordial
de almas llenas de amor, de ensueños, de ideal.
Y si había un calor atroz, también había
todas las consecuencias y ventajas del día,
en panorama igual al de los cuadros y hasta
igual al que pudiera imaginarse... Basta.
Mi ditirambo brasileño es ditirambo
que aprobaría su marido. Arcades ambo.Mas el calor de ese Brasil maravilloso,
tan fecundo, tan grande, tan rico, tan hermoso,
a pesar de Tijuca y del cielo opulento,
a pesar de ese foco vivaz de pensamiento,
a pesar de Nabuco, embajador, y de
los delegados panamericanos que
hicieron posible por hacer cosas buenas,
saboreé lo ácido del saco de mis penas;
quiero decir que me enfermé. La neurastenia
es un dón que me vino con mi obra primigenia.
¡Y he vivido tan mal, y tan bien, cómo y tánto!
¡Y tan buen comedor guardo bajo mi manto!
¡Y tan buen bebedor tengo bajo mi capa!
¡Y he gustado bocados de cardenal y papa!...
Y he exprimido la ubre cerebral tantas veces,
que estoy grave. Esto es mucho ruido y pocas nueces,
según dicen doctores de una sapiencia suma.
Mis dolencias se van en ilusión y espuma.
Me recetan que no haga nada ni piense nada,
que me retire al campo a ver la madrugada
con las alondras y con Garcilaso, y con
el sport. ¡Bravo! Sí. Bien. Muy bien. ¿Y La Nación?
¿Y mi trabajo diario y preciso y fatal?
¿No se sabe que soy cónsul como Stendhal?
Es preciso que el médico que eso recete, dé
también libro de cheques para el Crédit Lyonnais,
y envíe un automóvil devorador del viento,
en el cual se pasee mi egregio aburrimiento,
harto de profilaxis, de ciencia y de verdad.En fin, convaleciente, llegué a nuestra ciudad
de Buenos Aires, no sin haber escuchado
a míster Root a bordo del Charleston sagrado;
mas mi convalecencia duró poco. ¿Qué digo?
Mi emoción, mi estusiasmo y mi recuerdo amigo,
y el banquete de La Nación, que fue estupendo,
y mis viejas siringas con su pánico estruendo,
y ese fervor porteño, ese perpetuo arder,
y el milagro de gracia que brota en la mujer
argentina, y mis ansias de gozar de esa tierra,
me pusieron de nuevo con mis nervios en guerra.
Y me volví a París. Me volví al enemigo
terrible, centro de la neurosis, ombligo
de la locura, foco de todo surmenage
donde hago buenamente mi papel de sauvage
encerrado en mi celda de la rue Marivaux,
confiando sólo en mí y resguardando el yo.
¡Y si lo resguardara, señora, si no fuera
lo que llaman los parisienses una pera!
A mi rincón me llegan a buscar las intrigas,
las pequeñas miserias, las traiciones amigas,
y las ingratitudes. Mi maldita visión
sentimental del mundo me aprieta el corazón,
y así cualquier tunante me explotará a su gusto.
Soy así. Se me puede burlar con calma. Es justo.
Por eso los astutos, los listos, dicen que
no conozco el valor del dinero. ¡Lo sé!
Que ando, nefelibata, por las nubes... Entiendo.
Que no soy hombre práctico en la vida... ¡Estupendo!
Sí, lo confieso: soy inútil. No trabajo
por arrancar a otro su pitanza; no bajo
a hacer la vida sórdida de ciertos previsores.
Y no ahorro ni en seda, ni en champaña, ni en flores.
No combino sutiles pequeñeces, ni quiero
quitarle de la boca su pan al compañero.
Me complace en los cuellos blancos ver los diamantes.
Gusto de gentes de maneras elegantes
y de finas palabras y de nobles ideas.
Las gentes sin higiene ni urbanidad, de feas
trazas, avaros, torpes, o malignos y rudos,
mantienen, lo confieso, mis entusiasmos mudos.
No conozco el valor del oro... ¿Saben esos
que tal dicen lo amargo del jugo de mis sesos,
del sudor de mi alma, de mi sangre y mi tinta,
del pensamiento en obra y de la idea encinta?
¿He nacido yo acaso hijo de millonario?
¿He tenido yo Cirineo en mi Calvario?Tal continué en París lo empezado en Anvers.
Hoy, heme aquí en Mallorca, la terra dels foners,
como dice Mossen Cinto, el gran Catalán.
Y desde aquí, señora, mis versos a ti van,
olorosos a sal marina y azahares,
al suave aliento de las islas Baleares.
Hay un mar tan azul como el Partenopeo.
Y el azul celestial, vasto como un deseo,
su techo cristalino bruñe con sol de oro.
Aquí todo es alegre, fino, sano y sonoro.
Barcas de pescadores sobre la mar tranquila
descubro desde la terraza de mi villa,
que se alza entre las flores de su jardín fragante,
con un monte detrás y con la mar delante.A veces me dirijo al mercado, que está
en la Plaza Mayor. (¿Qué Coppée, no es verdá?)
Me rozo con un núcleo crespo de muchedumbre
que viene por la carne, la fruta y la legumbre.
Las mallorquinas usan una modesta falda,
pañuelo en la cabeza y la trenza a la espalda.
Esto, las que yo he visto, al pasar, por supuesto.
Y las que no la lleven no se enojen por esto.
He visto unas payesas con sus negros corpiños,
con cuerpos de odaliscas y con ojos de niños;
y un velo que les cae por la espalda y el cuello,
dejando al aire libre lo obscuro del cabello.
Sobre la falda clara, un delantal vistoso.
Y saludan con un bon dia tengui gracioso,
entre los cestos llenos de patatas y coles,
pimientos de corales, tomates de arreboles,
sonrosadas cebollas, melones y sandías,
que hablan de las Arabias y las Andalucías.
Calabazas y nabos para ofrecer asuntos
a Madame Noailles y Francis Jammes juntos.A veces me detengo en la plaza de abastos
como si respirase soplos de vientos vastos,
como si se me entrase con el respiro el mundo.
Estoy ante la casa en que nació Raimundo
Lulio. Y en ese instante mi recuerdo me cuenta
las cosas que le dijo la Rosa a la Pimienta...
¡Oh, cómo yo diría el sublime destierro
y la lucha y la gloria del mallorquín de hierro!
¡Oh, cómo cantaría en un carmen sonoro
la vida, el alma, el numen, del mallorquín de oro!
De los hondos espíritus es de mis preferidos.
Sus robles filosóficos están llenos de nidos
de ruiseñor. Es otro y es hermano del Dante.
¡Cuántas veces pensara su verbo de diamente
delante la Sorbona viaja del París sabio!
¡Cuántas veces he visto su infolio y su astrolabio
en una bruma vaga de ensueño, y cuántas veces
le oí hablar a los árabes cual Antonio a los peces,
en un imaginar de pretéritas cosas
que, por ser tan antiguas, se sienten tan hermosas!Hice una pausa.
                                    El tiempo se ha puesto malo. El mar
a la furia del aire no cesa de bramar.
El temporal no deja que entren los vapores. Y
Un yatch de lujo busca refugio en Porto-Pi.
Porto-Pi es una rada cercana y pintoresca.
Vista linda: aguas bellas, luz dulce y tierra fresca.¡Ah, señora, si fuese posible a algunos el
dejar su Babilonia, su Tiro, su Babel,
para poder venir a hacer su vida entera
en esa luminosa y espléndida ribera!Hay no lejos de aquí un archiduque austriaco
que las pomas de Ceres y las uvas de Baco
cultiva, en un retiro archiducal y egregio.
Hospeda como un monje -y el hospedaje es regio-.
Sobre las rocas se alza la mansión señorial
y la isla le brinda ambiente imperial.Es un pariente de Jean Orth. Es un atrida
que aquí ha encontrado el cierto secreto de su vida.
Es un cuerdo. Aplaudamos al príncipe discreto
que aprovecha a la orilla del mar ese secreto.
La isla es florida y llena de encanto en todas partes.
Hay un aire propicio para todas las artes.
En Pollensa ha pintado Santiago Rusiñol
cosas de flor de luz y de seda de sol.
Y hay villa de retiro espiritual famosa:
la literata Sand escribió en Valldemosa
un libro. Ignoro si vino aquí con Musset,
y si la vampiresa sufrió o gozó, no sé*.¿Por qué mi vida errante no me trajo a estas sanas
costas antes de que las prematuras canas
de alma y cabeza hicieran de mí la mezcolanza
formada de tristeza, de vida y esperanza?
¡Oh, qué buen mallorquín me sentiría ahora!
¡Oh, cómo gustaría sal de mar, miel de aurora,
al sentir como en un caracol en mi cráneo
el divino y eterno rumor mediterráneo!
Hay en mí un griego antiguo que aquí descansó un día,
después de que le dejaron loco de melodía
las sirenas rosadas que atrajeron su barca.
Cuanto mi ser respira, cuanto mi vista abarca,
es recordado por mis íntimos sentidos;
los aromas, las luces, los ecos, los ruidos,
como en ondas atávicas me traen añoranzas
que forman mis ensueños, mis vidas y esperanzas.Mas, ¿dónde está aquel templo de mármol, y la gruta
donde mordí aquel seno dulce como una fruta?
¿Dónde los hombres ágiles que las piedras redondas
recogían para los cueros de sus hondas?...Calma, calma. Esto es mucha poesía, señora.
Ahora hay comerciantes muy modernos. Ahora
mandan barcos prosaicos la dorada Valencia,
Marsella, Barcelona y Génova. La ciencia
comercial es hoy fuerte y lo acapara todo.
Entretanto, respiro mi salitre y mi yodo
brindados por las brisas de aqueste golfo inmenso,
y a un tiempo, como Kant y como el asno, pienso.
Es lo mejor.                             Y aquí mi epístola concluye.
Hay un ansia de tiempo que de mi pluma fluye
a veces, como hay veces de enorme economía.
«Si hay, he dicho, señora, alma clara, es la mía».
Mírame transparentemente, con tu marido,
y guárdame lo que tú puedas del olvido.
Leydis Jun 2017
I will not lie,
I threw myself in, I wanted to drown.
It seemed beautiful,
peacefully blissful,
not having to worry about the;
what if’s of life,
of failures,
of the way, I had botched my life,
the way that the HOPE became my enemy,
the way that life cheated me...with me!

I will not lie,
the only light I saw,
was at the bottom of that floor.
It invited me in.
I told me, "there, I had a house"!
One, where I would forever reign in.
I liked the sound of that….
the knowing that something other than calamity,
of me
…………………………….wanted a part.

I will not lie,
I knew how to swim,
but in that instant…I pretended, I forgot.
The way that I pretended so many other things in my life.
To always have a smile
despite how much it hurt the cracks in my spine.

To have a brave heart, though it had bled out a life time ago.
The way, I can figure out how to solve someone else’s life….without hesitation,
yet, mine was so complex
and any attempt to fix it…was vexing.

Taxing the humanity out of me.
Felt like I was in a different tax bracket,
the bracket where the dejected must pay up,
but Uncle Sam wanted a little more on the side,
but, I had no more sides…
just a pretentious smile
and
my broken spine.

I will not lie,
I threw myself in
I wanted to drown.
But,
my brained which is wired to survive,
sent a signal to my feet,
and reminded them
that
they
knew
how
to
swim.
___________________PIES con MEMORIA

PIES con MEMORIA

No voy a mentir,
me lancé, me quería ahogar.
Me parecía fantásticamente hermoso y tentadora la idea,
gozar de paz,
de no tener que preocuparme de los quizás
de los fracasos de la vida,
la manera en que arruine mi vida,
la manera en la que la ESPERANZA se convirtió en mi enemiga,
y que la propia vida conmigo me traicionaba!

No voy a mentir,
la única luz que vi,
fue en la parte inferior de ese piso.
Que me invitó a entrar.
Me dijo, “aquí tienes una casa...¡una donde por siempre reinaras!
Me gusto el sonido de esa idea
... el saber que algo que no fuese la CALAMIDAD, a mi me cortejaba.

No voy a mentir,
¡Yo sabía nadar!
pero en ese instante...
Pretendí, que no sabía.

Así como pretendí tantas cosas en mi vida.
Vestirme siempre de una sonrisa…
aun,
cuando al sonreírme me hiriera la espina dorsal.

Pretender que tenía un corazón lleno de valentía,
aun a sabiendas,
que se había desangrado hace un tiempo atrás.

La manera como podía resolver la vida de alguien, sin contrariedad alguna,
más la mía,
la encontraba tan compleja y cualquier intento de arreglarla... espinoso me salía.

Es como si la vida le subía los impuestos a mi humanidad.
Como si estuviese yo en otro tramo de impuestos, por el simple hecho de respirar.
Que el recaudador de impuestos, quería más de lo que podía yo pagar,
Mas ya yo no tenía nada más que dar.
Sólo una pretensiosa sonrisa y mi fraccionada columna vertebral.

No voy a mentir,
al agua me lancé
ahogarme quería.

Pero, mi cerebro,
que está diseñado para la sobrevivencia,
le envió una señal
a mis pies
y
les recordó
que
ellos
sabían
nadar!

LeydisProse
6/15/2017
https://www.facebook.com/LeydisProse/about/
Rayos Feb 2011
Gente Chismosa
Comunicadores de la mierda
Moscas que infectan
y no dejan gozar
Esta noche vamos a gozar.
La música que quieres,
el trago que te gusta
y la mujer que has de tomar.
Esta noche vamos a bailar.
El bendito deseo se estremece
igual que un gato en un morral,
y está en tu sangre esperando la hora
como el cazador en el matorral.
Esta noche nos vamos a emborrachar.
El dulce alcohol enciende tu cuerpo
como una llamita de inmortalidad,
y el higo y la uva y la miel de abeja
se me mezclan a un tiempo con su metal.
Esta noche nos vamos a enamorar.
Dios la puso en el mundo
a la mujer mortal
-a la víbora-víbora de la tierra y del mar-
y es lo mejor que ha hecho el viejo paternal.
¡Esta noche vamos a gozar!
Cada uno de nosotros quiere ser amado, abrazado, besado y colmado de regalos.
Pero el Amor tiene su propia personalidad y exigencias. No es un plato servido en una vasija de oro. El Amor verdadero viene a ti si tienes un corazón puro y eres verdadero a ti mismo dando de tu riqueza interior.
Palabras solas no satisfacen  al Amor. Después de todo Amar es un verbo y entonces exige acción, atención, admiración y cuidado.
Es muy parecido a un fuego alimentado solo de encendajas que se muere dentro de una hora. No le gustaría más escoger el leño más grande que se encuentre para que dure hasta la luz de la mañana.
Y aun para guardar ese fuego vivo tiene que volver al bosque muchas veces para obtener los mejores pedazos de leño. Aunque la madera no se corta de si misma tiene que hacerlo tú mismo.
Solo así entonces tu fogata te depura, te calienta y te provee con medios de alimentarte mientras que hagas  tu parte.
El Bosque es tu corazón donde hallaras la mejor madera del mundo. Es gratuita, abundante y accesible en la tierra del silencio dorado.
Ahora es el verdadero maestro de una “fogata” atractiva y durable y los dos de Uds. pueden gozar en ese éxtasis  cómodo y  hypnotizante.
Éste de mis entrañas dulce fruto,
con vuestra bendición, oh Rey eterno,
ofrezco humildemente a vuestras aras;
que si es de todos el mejor tributo
un puro corazón humilde y tierno,
y el más precioso de las prendas caras,
no las aromas raras
entre olores fenicios
y licores sabeos,
os rinden mis deseos,
por menos olorosos sacrificios,
sino mi corazón, que Carlos era,
que en el que me quedó menos os diera.

Diréis, Señor, que en daros lo que es vuestro
ninguna cosa os doy, y que querría
hacer virtud necesidad tan fuerte,
y que no es lo que siento lo que muestro,
pues anima su cuerpo el alma mía,
y se divide entre los dos la muerte.
Confieso que de suerte
vive a la suya asida,
que cuanto a la vil tierra,
que el ser mortal encierra,
tuviera más contento de su vida;
mas cuanto al alma, ¿qué mayor consuelo
que lo que pierdo yo me gane el cielo?
 
Y vos, dichoso niño, que en siete años
que tuvistes de vida, no tuvistes
con vuestro padre inobediencia alguna,
corred con vuestro ejemplo mis engaños,
serenad mis paternos ojos tristes,
pues ya sois sol donde pisáis la luna;
de la primera cuna
a la postrera cama
no distes sola un hora
de disgusto, y agora
parece que le dais, si así se llama
lo que es pena y dolor de parte nuestra,
pues no es la culpa, aunque es la causa, vuestra.

Cuando tan santo os vi, cuando tan cuerdo,
conocí la vejez que os inclinaba
a los fríos umbrales de la muerte;
luego lloré lo que ahora gano y pierdo,
y luego dije: «Aquí la edad acaba,
porque nunca comienza desta suerte».
¿Quién vio rigor tan fuerte,
y de razón ajeno,
temer por bueno y santo
lo que se amaba tanto?
Mas no os temiera yo por santo y bueno,
si no pensara el fin que prometía,
quien sin el curso natural vivía.

Yo para vos los pajarillos nuevos,
diversos en el canto y las colores,
encerraba, gozoso de alegraros;
yo plantaba los fértiles renuevos
de los árboles verdes, yo las flores,
en quien mejor pudiera contemplaros,
pues a los aires claros
del alba hermosa apenas
salistes, Carlos mío,
bañado de rocío,
cuando marchitas las doradas venas
el blanco lirio convertido en hielo,
cayó en la tierra, aunque traspuesto al cielo.


¿Oh qué divinos pájaros agora,
Carlos, gozáis, que con pintadas alas
discurren por los campos celestiales
en el jardín eterno, que atesora
por cuadros ricos de doradas salas
más hermosos jacintos orientales,
adonde a los mortales
ojos la luz excede?
¡Dichoso yo que os veo
donde está mi deseo
y donde no tocó pesar, ni puede;
que sólo con el bien de tal memoria
toda la pena me trocáis en gloria!

¿Qué me importara a mí que os viera puesto
a la sombra de un príncipe en la tierra,
pues Dios maldice a quien en ellos fía,
ni aun ser el mismo príncipe compuesto
de aquel metal del sol, del mundo guerra,
que tantas vidas consumir porfía?
La breve tiranía,
la mortal hermosura,
la ambición de los hombres
con títulos y nombres,
que la lisonja idolatrar procura,
al expirar la vida, ¿en qué se vuelven,
si al fin en el principio se resuelven?

Hijo, pues, de mis ojos, en buen hora
vais a vivir con Dios eternamente
y a gozar de la patria soberana.
¡Cuán lejos, Carlos venturoso, agora
de la impiedad de la ignorante gente
y los sucesos de la vida humana,
sin noche, sin mañana,
sin vejez siempre enferma,
que hasta el sueño fastidia,
sin que la fiera envidia
de la virtud a los umbrales duerma,
del tiempo triunfaréis, porque no alcanza
donde cierran la puerta a la esperanza!

La inteligencia que los orbes mueve
a la celeste máquina divina
dará mil tornos con su hermosa mano,
fuego el León, el Sagitario nieve;
y vos, mirando aquella esencia trina,
ni pasaréis invierno ni verano,
y desde el soberano
lugar que os ha cabido,
los bellísimos ojos,
paces de mis enojos,
humillaréis a vuestro patrio nido,
y si mi llanto vuestra luz divisa,
los dos claveles bañaréis en risa.

Yo os di la mejor patria que yo pude
para nacer, y agora en vuestra muerte,
entre santos dichosa sepultura;
resta que vos roguéis a Dios que mude
mi sentimiento en gozo, de tal suerte
que, a pesar de la sangre que procura
cubrir de noche escura
la luz de esta memoria,
viváis vos en la mía;
que espero que algún día
la que me da dolor me dará gloria,
viendo al partir de aquesta tierra ajena,
que no quedáis adonde todo es pena.
¿Oís?,  es el cañón.  Mi pecho hirviendo
el cántico de guerra entonará,
y al eco ronco del cañón venciendo,
la lira del poeta sonará.
El pueblo ved que la orgullosa frente
levanta ya del polvo en que yacía,
arrogante en valor, omnipotente,
terror de la insolente tiranía.
          Rumor de voces siento,
y al aire miro deslumbrar espadas,
y desplegar banderas;
y retumban al son las escarpadas
rocas del Pirineo;
y retiemblan los muros
de la opulenta Cádiz, y el deseo
crece en los pechos de vencer lidiando;
brilla en los rostros* el marcial contento,
y dondequiera generoso acento
se alza de PATRIA y LIBERTAD tronando.
              Al grito de la patria
          volemos, compañeros,
          blandamos los aceros
          que intrépida nos da.
          A par en nuestros brazos
          ufanos la ensalcemos
          y al mundo proclamemos:
          "España
es libre ya".
              ¡Mirad, mirad en sangre,
          y lágrimas teñidos
          reír los forajidos,
          gozar en su dolor!
          ¡Oh!, fin tan sólo ponga
          su muerte a la contienda,
          y cada golpe encienda
          aún más nuestro rencor.
              ¡Oh siempre dulce patria
          al alma generosa!
          ¡Oh siempre portentosa
          magia de libertad!
          Tus ínclitos pendones
          que el español tremola,
          un rayo tornasola
          del iris de la paz.
              En medio del estruendo
          del bronce pavoroso,
          tu grito prodigioso
          se escucha resonar.
          Tu grito que las almas
          inunda de alegría,
          tu nombre que a esa impía
          caterva hace temblar.
              ¿Quién hay ¡oh compañeros!,
          que al bélico redoble
          no sienta el pecho noble
          con júbilo latir?
          Mirad centelleantes
          cual nuncios ya de gloria,
          reflejos de victoria
          las armas despedir.

¡Al arma!, ¡al arma!, ¡mueran los carlistas!
Y al mar se lancen con bramido horrendo
de la infiel sangre caudalosos ríos,
y atónito contemple el océano
sus olas combatidas
con la traidora sangre enrojecidas.
Truene el cañón: el cántico de guerra,
pueblos ya libres, con placer alzad:
ved, ya desciende a la oprimida tierra,
los hierros a romper, la libertad.
Quiero, con afán soñoliento,
Gozar de la muerte más leve
Entre bosques y mares de escarcha,
Hecho aire que pasa y no sabe.

Quiero la muerte entre mis manos,
Fruto tan ceniciento y rápido,
Igual al cuerno frágil
De la luz cuando nace en el invierno.

Quiero beber al fin su lejana amargura;
Quiero escuchar su sueño con rumor de arpa
Mientras siento las venas que se enfrían,
Porque la frialdad tan sólo me consuela.
Voy a morir de un deseo,
Si un deseo sutil vale la muerte;
A vivir sin mí mismo de un deseo,
Sin despertar, sin acordarme,
Allá en la luna perdido entre su frío.
Leydis Jul 2017
No tienen que hacer escándalos,
Yo no resistiré el arresto,
es que no lo creerá usted,
sí, es cierto que los mate,
pero fue por defender mi propia vida.
Mate y lo hice con mucho placer.
Mate el miedo a la soledad.
Mate todo lo que me estorbaba.
Mate la cerrazón de mis días.
Desangrando vi morir la guerra por la paz.
Pidiéndome piedad gritaba la ansiedad.
Suspirando su ultimo respiro deje a los desalientos.
La rabia, la indiferencia e irreverencia que sentía contra mí misma,
y todo lo que me ofuscaba mi libertad.
Sí, soy culpable, mate y sin piedad alguna.
Quería volver a sonreír,
deseosa de amar estaba,
de surcar los cielos como águila,
de tomar como amante de nuevo al Señor Sueño,
de soñar con la felicidad,
de sonar mis pies descalzos en el frio suelo,
de desvelarme en mil noches bohemias,
de gozar y disfrutar lo que me quedaba de vida,
enfilarme con el tiempo,
poner a gozar mi cuerpo,
revivir mis labios ya muerto,
endulzar mis manos cansadas y tibias.
Y los tuve que matar.
Fue en defensa propia, se lo aseguro.
Albanada me la pasaba noche y día.
Forzada a tomar pastillas de desdicha-día tras día.
Hasta que no pude más….y, a todos lo tuve que matar.
Me amenazan todos los días, y si no lo hacía….ellos a mí me matarían.
y de la manera más cruel su magistrado..,
condenando mis días,
a vivir una vida de amargura que le aseguro a usted..
no me merecía.
LeydisProse
7/25/2017
https://www.facebook.com/LeydisProse/
Leydis Jun 2017
El tiempo nos ha cambiado,
ha dejado un zanja de grietas.
Las penas, tristezas, las traiciones
han embadurnado nuestras almas,
dejándolas secas y forradas en piedras.

Nuestra vestidura ha cambiado.
El algodón y las sedas no arrullan nuestra piel,
El cemento del engaño a sellado
nuestros sueños de algún día gozar
de una relación sana y plena.

No somos plomo,
No somos piedra
No somos hierro
Somos almas buscando su mejor melodía.
Su mejor madrigal.
La esperanza vestida en poesía.

Te propongo amartillarnos
los pedazos tiesos con tibios besos,
que vayan humedeciendo las partes más impasibles de nuestras almas.
Con tórridos abrazos que demuelan  
las inseguridades de nuestro turbulento pasado.

No estamos hechos de piedra amor,
es una cubierta que ha fraguado el tiempo.
Es un escape a una errante realidad de soledades impuestas.
Es vivir encarcelado a silencios sempiternos,
Poseyendo copiosa libertad .
te aseguro cielo,
es la manera más cobarde de vivir en esta tierra.

No estamos hechos de piedra amor,
tenemos miedo a la entrega,
a las heridas,
a más huellas.

Somos los ecos de una prosa que leímos algún día.
Somos luz en la tenebrosidad,……………….
solo tenemos que buscar nuestro almacén de lámparas.
Solo tenemos que llevar nuestras cálidas manos
a ese espacio que quiere latir
mas nuestra cobija está obstruyendo el paso.

LeydisProse
5/31/2017
https://m.facebook.com/LeydisProse/
Mariah Tulli Mar 2015
Me morda
me arranhe
mas não se acanhe

Use e abuse
desfrute de mim
só não me esgote

Beije meu corpo
até arrepiar
só não me provoque

Aposte e invista
no prazer do gozar
mas não se sufoque.
Pureza amada, que mis ojos nunca
llegaron a gozar. Pureza absurda!
Yo sé que estabas en la carne un día,
cuando yo hilaba aún mi embrión de vida.
Pureza en falda neutra de colegio;
y leche azul dentro del trigo tierno
a la tarde de lluvia, cuando el alma
ha roto su puñal en retirada,
cuando ha cuajado en no sé qué probeta
sin contenido una insolente piedra.
Cuando hay gente contenta; y cuando lloran
párpados ciegos en purpúreas bordas.
Oh, pureza que nunca ni un recado
me dejaste, al partir del triste barro
ni una migaja de tu voz; ni un nervio
de tu convite heroico de luceros.
Alejáos de mi, buenas maldades,
dulces bocas picantes...
Yo la recuerdo al veros oh, mujeres!
Pues de la vida en la perenne tarde,
nació muy poco pero mucho muere!
Delante del Sol venía
Corriendo Dafne, doncella
De extremada gallardía,
Y en ir delante tan bella,
Nueva Aurora parecía.Cansado más de cansalla
Que de cansarse a sí Febo,
A la amorosa batalla
Quiso dar principio nuevo,
Para mejor alcanzalla.Mas viéndola tan cruel,
Dio mil gritos doloridos,
Contento el amante fiel
De que alcancen sus oídos
Las voces, ya que no él.Mas envidioso de ver
Que han de gozar gloria nueva
Las palabras en su ser,
Con el viento que las lleva
Quiso parejas correr.Pero su padre, celoso,
En su curso cristalino
Tras ella corrió furioso,
Y en medio de su camino
Los atajó sonoroso.El Sol corre por seguilla,
Por huir corre la estrella;
Corre el llanto por no vella,
Corre el aire por oílla,
Y el río por socorrella.Atrás los deja arrogante,
Y a su enamorado más,
Que ya, por llevar triunfante
Su honestidad adelante,
A todos los deja atrás.Mas viendo su movimiento,
Dio las razones que canto,
Con dolor y sin aliento,
Primero al correr del llanto
Y luego al volar del viento:«Di, ¿por qué mi dolor creces
Huyendo tanto de mí
En la muerte que me ofreces?
Si el Sol y luz aborreces,
Huye tú misma de ti.»No corras más, Dafne fiera,
Que en verte huir furiosa
De mí, que alumbro la Esfera,
Si no fueras tan hermosa,
Por la noche te tuviera.»Ojos que en esa beldad
Alumbráis con luces bellas
Su rostro y su crueldad,
Pues que Sois los dos estrellas,
Al Sol que os mira, mirad.»¡En mi triste padecer
Y en mi encendido querer,
Dafne bella, no sé cómo
Con tantas flechas de plomo
Puedes tan veloz correr!»Ya todo mi bien perdí;
Ya se acabaron mis bienes;
Pues hoy corriendo tras ti,
Aun mi corazón, que tienes,
Alas te da contra mí.»A su oreja esta razón,
Y a sus vestidos su mano,
Y de Dafne la oración,
A Júpiter soberano
Llegaron a una sazón.Sus plantas en sola una
De lauro se convirtieron;
Los dos brazos le crecieron,
Quejándose a la Fortuna
Con el ruido que hicieron.Escondióse en la corteza
La nieve del pecho helado,
Y la flor de su belleza
Dejó en la flor un traslado
Que al lauro presta riqueza.De la rubia cabellera
Que floreció tantos mayos,
Antes que se convirtiera,
Hebras tomó el Sol por rayos,
Con que hoy alumbra la esfera.Con mil abrazos ardientes,
Ciñó el tronco el Sol, y luego,
Con las memorias presentes,
Los rayos de luz y fuego
Desató en amargas fuentes.Con un honesto temblor,
Por rehusar sus abrazos,
Se quejó de su rigor,
Y aun quiso inclinar los brazos,
Por estorbarlos mejor.El aire desenvolvía
Sus hojas, y no hallando
Las hebras que ver solía,
Tristemente murmurando
Entre las ramas corría.El río, que esto miró,
Movido a piedad y llanto,
Con sus lágrimas creció,
Y a besar el pie llegó
Del árbol divino y santo.Y viendo caso tan tierno,
Digno de renombre eterno,
La reservó en aquel llano,
De sus rayos el Verano,
Y de su hielo el Invierno.
Hay quienes se resisten deshilachadamente
a morir sin haberse concedido
un año un mes una hora de goce
y esperan ese don cultivando el silencio
vaciándose de culpas y de pánicos
descansando en el lecho del cansancio
o evocando la infancia más antigua

así / con la memoria en rebanadas
con ojos que investigan lo invisible
y el desaliento tímido y portátil
que se cubre y descubre a duras penas
así miden el cuerpo torpe cándido
ese montón de riesgos y de huesos
áspero de deseos como llagas
que no elige agotarse mas se agota

merodean tal vez por la nostalgia
ese usual laberinto de abandonos
buscan testigos y no los encuentran
salvo en las caravanas de fantasmas

piden abrazos pero nadie cae
en la emboscada de los sentimientos
carne de espera / alma de esperanza
los desnudos se visten y no vuelven

el amor hace un alto en el camino
sorprendido in fraganti / condenado
y no obstante siempre hay quien se resiste
a irse sin gozar / sin apogeos
sin brevísimas cúspides de gloria
sin periquetes de felicidad

como si alguien en el más allá
o quizás en el más acá suplente
fuera a pedirle cuentas de por qué
no fue dichoso como puede serlo
un bienaventurado del montón
Sí, del anciano Galo es esa la morada,
la que ves en la falda del Monte Cisalpino
la casa entera se alza a la sombra de un pino;
un tramo tiene, y toda de paja esta techada .

De un huésped gozar puede la compañía amada,
tiene horno que le cuece más de un pan blanco  y fino,
verduras en su huerto, viña para su vino vino...
¿Es poco? No ha querido nunca Galo más  nada.

En su bosque, en invierno, encuentra leña a mano,
le dan tranquila sombra las ramas en verano,
y el otoño alguna ave sazona su comida.

En tan corto horizonte satisfecha sü alma,
allí donde ha nacido, morir espera en calma.
Comprenderás que Galo sabe vivir la vida.
Marla Jul 2019
Oigame gente del mundo entero
Te tengo algo para contar,
No importa de donde vienes
Exprésate y empieza a bailar!
Yo soy una Cubanita
que le encanta mucho gozar,
Con el ritmo del filin y salsa  
De mi isla immortal.
Entonces ahora
Te invito mi gente
para hacer algo popular.
Encanta al todo el mundo
Y empieza a disfrutar!
Dedicado a la reina de la sala, Celia Cruz.
Leydis Oct 2018
Por atrevida,
por andar irrumpiendo
los prototipos establecidos,
por arrollar antiguos criterios,
por codiciar una nueva orden,
por querer equidad y causar desorden..,
al pozo te vamos a lanzar.

Por instruir a la virgen,
por cultivar tensiones,
por tu resistencia a mi poderío,
por pensar por ti misma,
por creer que por ti misma – avanzarías..,
al pozo te vamos a lanzar.

Por tu insurrección;
abriendo piernas cuando se te pide abstinencia,
por cerrarlas cuando exigimos tenerla,
por alzar la voz a tu pareja,
por querer discutir temas
que no son de tu incumbencia,
por querer estar al mando de tu cuerpo..,
al pozo te lanzaremos.

Por quemar tus sostenes
que siempre hemos sostenidos bajo juiciosos códigos,
cubriéndote en una historia donde
no eras protagonista, sino, una bizantina
participe en tu propia historia.
Por gozar de tu desnudez sin aquiescencia,
por contar que nos falta carisma y decencia,
por no querer ser mi colchoneta,
por ser libre como una alondra,
por exigir más en el lecho,
por creída e igualada al mirarme la cara
desafiando mis ordenanzas..,
al pozo te lanzaremos.

Por llevar un espejo que refleja
lo cobardes que hemos sido.
Por revelar nuestras fragilidad,
por denunciar nuestra doble moral,
por educarte y educar a la sociedad,
por proclamar tu autonomía y salirte de la mía…
¡Al pozo te vamos a lanzar!

LeydisProse
10/29/2018
https://m.facebook.com/LeydisProse//
Nicole Jun 2017
Lo quiero por que entiende sin explicarle. Es como si con sólo habitar cerca de mí supiese que cosa decir y que cosa no. En cada momento. No importa la situación.  Y eso es algo que siempre he querido aprender de él: a apreciar, entender, gozar el silencio. Aunque me inunde en el cada ves que la cago.

Y la cago varias veces al año.

Entiende sin explicarle y no pretende que lo haga. Solo esta ahí, presente. Presente en algún sentido de la palabra, claro está. Pensando en Dios sabe qué, o en Dios mismo. Nunca lo podré saber. Y esta bien. Por que para poder aprender a entender, tengo que aceptarlo todo. Incluso a él y sus silencios prolongados.
Bermejazo Platero de las cumbres
A cuya luz se espulga la canalla:
La ninfa Dafne, que se afufa y calla,
Si la quieres gozar, paga y no alumbres.
Si quieres ahorrar de pesadumbres,
Ojo del Cielo, trata de compralla:
En confites gastó Marte la malla,
Y la espada en pasteles y en azumbres.
Volvióse en bolsa Júpiter severo,
Levantóse las faldas la doncella
Por recogerle en lluvia de dinero.
Astucia fue de alguna Dueña Estrella,
Que de Estrella sin Dueña no lo infiero:
Febo, pues eres Sol, sírvete de ella.
«Tras vos un Alquimista va corriendo,
Dafne, que llaman Sol ¿y vos, tan cruda?
Vos os volvéis murciégalo sin duda,
Pues vais del Sol y de la luz huyendo.
ȃl os quiere gozar a lo que entiendo
Si os coge en esta selva tosca y ruda,
Su aljaba suena, está su bolsa muda,
El perro, pues no ladra, está muriendo.
»Buhonero de signos y Planetas,
Viene haciendo ademanes y figuras
Cargado de bochornos y Cometas».
Esto la dije, y en cortezas duras
De Laurel se ingirió contra sus tretas,
Y en escabeche el Sol se quedó a oscuras.
¡Ya se arreglarán los sueños,
mañana se arreglarán!
¡Hoy, a soltar y a gozar!
Hoy para encontrar el amigo,
para olearse en los dos ríos,
para hablar con duras mujeres;
hoy para irisarse de césped,
para ventear a caballo,
para silbear en el árbol,
para acerarse en las montañas,
para huir por las luces anchas
perdido entre glorias ruidosas...
Hoy para la gran tensión fresca
de un vivir sin casa ni venda.
¡Ya se ordenarán los sueños,
mañana se ordenarán!
¡Hoy, a romper y a cantar!
Cuenta Barbey, en versos que valen bien su prosa,
una hazaña del Cid, fresca como una rosa,
pura como una perla.  No se oyen en la hazaña
resonar en el viento las trompetas de España,
ni el azorado moro las tiendas abandona
al ver al sol el alma de acero de Tizona.Babieca descansando del huracán guerrero,
tranquilo pace, mientras el bravo caballero
sale a gozar del aire de la estación florida.
Ríe la Primavera, y el vuelo de la vida
abre lirios y sueños en el jardín del mundo.
Rodrigo de Vivar pasa, meditabundo,
por una senda en donde, bajo el sol glorioso,
tendiéndole la mano, le detiene un leproso.Frente a frente, el soberbio príncipe del estrago
y la victoria, joven, bello como Santiago,
y el horror animado, la viviente carroña
que infecta los suburbios de hedor y de ponzoña.Y al Cid tiende la mano el siniestro mendigo,
y su escarcela busca y no encuentra Rodrigo.
-¡Oh, Cid, una limosna! -dice el pobrecito.
                                     
                                 
-Hermano,
¡te ofrezco la desnuda limosna de mi mano!
-dice el Cid; y, quitando su férreo guante, extiende
la diestra al miserable, que llora y que comprende.Tal es el sucedido que el Condestable escancia
como un vino precioso en su copa de Francia.
Yo agregaré este sorbo de licor castellano:Cuando su guantelete hubo vuelto a la mano,
el Cid siguió su rumbo por la primaveral
senda.  Un pájaro daba su nota de cristal
en un árbol.  El cielo profundo desleía
un perfume de gracia en la gloria del día.
Las ermitas lanzaban en el aire sonoro
su melodiosa lluvia de tórtolas de oro;
el alma de las flores iba por los caminos
a unirse a la piadosa voz de los peregrinos
y el gran Rodrigo Díaz de Vivar, satisfecho,
iba cual si llevase una estrella en el pecho.
Cuando de la campiña, aromada de esencia
sutil, salió una niña vestida de inocencia,
una niña que fuera una mujer, de franca
y angélica pupila, y muy dulce y muy blanca.
Una niña que fuera un hada, o que surgiera
encarnación de la divina Primavera.Y fue al Cid y le dijo: «Alma de amor y fuego,
por Jimena y por Dios un regalo te entrego,
esta rosa naciente y este fresco laurel».
Y el Cid, sobre su yelmo las frescas hojas siente,
en su guante de hierro hay una flor naciente,
y en lo íntimo del alma como un dulzor de miel.
Cuando me sobrevenga
el cansancio del fin,
me iré, como la grulla
del refrán, a mi pueblo,
a arrodillarme entre
las rosas de la plaza,
los aros de los niños
y los flecos de seda de los tápalos.
A arrodillarme en medio
de una banqueta herbosa,
cuando sacramentando
al reloj de la torre,
de redondel de luto
y manecillas de oro,
al hombre y a la bestia,
al azar que embriaga
y a los rayos del sol,
aparece en su estufa el Divínisimo.
Abrazado a la luz
de la tarde que borda,
como el hilo de una
apostólica araña,
he de decir mi prez
humillada y humilde,
más que las herraduras
de las mansas acémilas
que conducen al Santo Sacramento.
«Te conozco, Señor,
aunque viajas de incógnito,
y a tu paso de aromas
me quedo sordomudo,
paralítico y ciego,
por gozar tu balsámica presencia.
»Tu carroza sonora
apaga repentina
el breve movimiento,
cual si fueran las calles
una juguetería
que se quedó sin cuerda.
»Mi prima, con la aguja
en alto, tras sus vidrios,
está inmóvil con un gesto de estatua.
»El cartero aldeano,
que trae nuevas del mundo,
se ha hincado en su valija.
»El húmedo corpiño
de Genoveva, puesto
a secar, ya no baila
arriba del tejado.
»La gallina y sus pollos
pintados de granizo
interrumpen su fábula.
»La frente de don Blas
petrificóse junto
a la hinchada baldosa
que agrietan las raíces de los fresnos.
»Las naranjas cesaron
de crecer, y yo apenas
si palpito a tus ojos
para poder vivir este minuto.
»Señor, mi temerario
corazón que buscaba
arrogantes quimeras,
se anonada y te grita
que yo soy tu juguete agradecido.
»Porque me acompasaste
en el pecho un imán
de figura de trébol
y apasionada tinta de amapola.

»Pero ese mismo imán
es humilde y oculto,
como el peine imantado
con que las señoritas
levantan alfileres
y electrizan su pelo en la penumbra.
»Señor, este juguete
de corazón de imán,
te ama y te confiesa
con el íntimo ardor
de la raíz que empuja
y agrieta las baldosas seculares.
»Todo está de rodillas
y en el polvo las frentes;
mi vida es la amapola
pasional, y su tallo
doblégase efusivo
para morir debajo de tus ruedas».
MARIA PANOUTSOU Mar 2019
Μαρία Πανούτσου
Κοιτώντας Πλάγια



Vivir qiuero conmigo
Gozar quiero del bien que debo al cielo
A solas sin testigo
Libre de amor, de cello
De odio de esperanzas de recelo

Fray Luis De Leon




Γιορτινός Θάνατος Α΄

μέσα στην χαρά καραδοκείς
και σφηνώνεις σε κάθε στιγμή
του χρόνου, ανομολόγητε,
το μυαλό μου σε εκλιπαρεί
μα δεν υπάρχει έλεος στην αγάπη σου
εσύ αποφασίζεις πότε και που
και όπως ο Ιωάννης του σταυρού
σε πρόσεξε,
έτσι και εγώ, αφέντρα του εαυτού μου
γίνομαι μια περαστική
στην ουρά του βασιλείου σου  



---



μάζεψε τα πέταλα από αυτό το λουλούδι
και φύλαξε τα πράσινα φύλλα/
ζουμπούλι
και ορχιδέα /
σε ένα γυάλινο βαζάκι /με φως
να διαπερνά το τυχαίο βλέμμα/ υγρασία/
έξω στο χορταριασμένο κήπο/ κρύβομαι
μ’ ένα μικρό φύσημα αέρα παρέα/ μαζί/
πάντα μαζί /με τον κόσμο που αγάπησα
η ομορφιά δεν κρύβεται/
δεν ζητά/ δεν πεθαίνει/

---

ψάχνω πως ζωγραφίζεται η ευτυχία  
γράφοντας  ένα ποίημα /
για τον άγνωστο Χ



Γιορτινός Θάνατος Β΄


και σαν άπιστος

Θωμάς/ ψάχνω τα σημάδια

στα χέρια σου/ για να πειστώ

κι όμως /

στα τυφλά σε δέχτηκα  

εγώ


© Μαρία Πανούτσου
Κοιτώντας Πλάγια 2018
Yace en esta tierra fría,
Digna de toda crianza,
La vieja cuya alabanza
Tantas plumas merecía.

No quiso en el cielo entrar
A gozar de las estrellas,
Por no estar entre doncellas
Que no pudiese manchar.
Jessica Apr 2020
Cómo expresar este sentimiento?
Cómo abandonar mi pasado?
Cómo volver al juego
Que esta vida me ha desafiado?

En mi cabeza conviven mil tormentas distintas
Que  no me permiten lograr
No me permiten gozar

Solo quiero deleitarme como otros hacen
Solo quiero saber
si hay algo mas allá
De todo este caos sin fin
Que vos me permitáis sólo pretendo,
y saber ser cortés y ser amante;
esquivo los deseos, y constante,
sin pretensión, a sólo amar atiendo.
Ni con intento de gozar ofendo
las deidades del garbo y del semblante;
no fuera lo que vi causa bastante,
si no se le añadiera lo que entiendo.
Llamáronme los ojos las faciones;
prendiéronlos eternas jerarquías
de virtudes y heroicas perfecciones.
No verán de mi amor el fin los días:
la eternidad ofrece sus blasones
a la pureza de las ansias mías.
Las nubes y los árboles se funden
y el sol les trasparenta su honda paz.
Tan grande es la armonía del abrazo,
que la quiere gozar también el mar,
el mar que está tan lejos, que se acerca,
que ya se oye latir, que huele ya.
El cerco universal se va apretando,
y ya en toda la hora azul no hay más
que la nube, que el árbol, que la ola,
síntesis de la gloria cenital.
El fin está en el centro. Y se ha sentado
aquí, su sitio fiel, la eternidad.
Para eso hemos venido. (Cae todo
lo otro, que era luz provisional.)
Y todos los destinos aquí salen,
aquí entran, aquí suben, aquí están.
Tiene el alma un descanso de caminos
que han llegado a su único final.

— The End —