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The voice Aug 2020
When I was younger I told my mother
"Yo quiero ser como tu cuando crezca"
She kneeled down and said
"No"

I remembeer when I was younger
I looked up to my mother and I dreamed,
of the day I would grow up and be just like her.
She would always say "No"

Hasta que un día, me canse y le grite
"Cuando crezca voy a ser igualita a ti!"
She kneeled down and said
"Tu vas a ser mucho mejor que yo!"

I remember the first time I talked to my mom in english
"A mi me hablas en español!"

The first time I asked if I could go to a sleepover,
"Que no tienes casa o que?"

The first time I asked her permission to go on a fieldtrip
"Entonces para que te mando a la escuela?"

And the first time,
I told her I wanted to go to college,
"Pues a ver como le hacemos pero esta bien"

I remember her eyes, slightly dissapointed
Not at me, but at herself.
She wanted to give her daughter, only the best!

She wanted me to have the chances she never got

She wanted me to be better than her.

I don't remember:
A day that she didn't work
A day she didn't cook
A day she didn't say
"Echale ganas mija"

I do remember:
When she dropped me off at college,
She smiled and said,
"Eres como yo!"

"Eres como yo!"
Trabajadora,
Luchona,
No te rindes,
Humilde,
Sensilla,
Generosa,
Amorosa,
y Valiosa! "
A little something to introduce my mother to the world!
La mirada interior se despliega y un mundo de vértigo y llama nace bajo la frente del que sueña:
soles azules, verdes remolinos, picos de luz que abren astros como granadas,
tornasol solitario, ojo de oro girando en el centro de una explanada calcinada,
bosques de cristal de sonido, bosques de ecos y respuestas y ondas, diálogo de transparencias,
¡viento, galope de agua entre los muros interminables de una garganta de azabache,
caballo, cometa, cohete que se clava justo en el corazón de la noche, plumas, surtidores,
plumas, súbito florecer de las antorchas, velas, alas, invasión de lo blanco,
pájaros de las islas cantando bajo la frente del que sueña!Abrí los ojos, los alcé hasta el cielo y vi cómo la noche se cubría de estrellas.
¡Islas vivas, brazaletes de islas llameantes, piedras ardiendo, respirando, racimos de piedras vivas,
cuánta fuente, qué claridades, qué cabelleras sobre una espalda oscura,
cuánto río allá arriba, y ese sonar remoto de agua junto al fuego, de luz contra la sombra!
Harpas, jardines de harpas.Pero a mi lado no había nadie.
Sólo el llano: cactus, huizaches, piedras enormes que estallan bajo el sol.
No cantaba el grillo,
había un vago olor a cal y semillas quemadas,
las calles del poblado eran arroyos secos
y el aire se habría roto en mil pedazos si alguien hubiese gritado: ¿quién vive?
Cerros pelados, volcán frío, piedra y jadeo bajo tanto esplendor, sequía, sabor de polvo,
rumor de pies descalzos sobre el polvo, ¡y el pirú en medio del llano como un surtidor petrificado!Dime, sequía, dime, tierra quemada, tierra de huesos remolidos, dime, luna agónica,
¿no hay agua,
hay sólo sangre, sólo hay polvo, sólo pisadas de pies desnudos sobre la espina,
sólo andrajos y comida de insectos y sopor bajo el mediodía impío como un cacique de oro?
¿No hay relinchos de caballos a la orilla del río, entre las grandes piedras redondas y relucientes,
en el remanso, bajo la luz verde de las hojas y los gritos de los hombres y las mujeres bahándose al alba?
El dios-maíz, el dios-flor, el dios-agua, el dios-sangre, la Virgen,
¿todos se han muerto, se han ido, cántaros rotos al borde de la fuente cegada?
¿Sólo está vivo el sapo,
sólo reluce y brilla en la noche de México el sapo verduzco,
sólo el cacique gordo de Cempoala es inmortal?Tendido al pie del divino árbol de jade regado con sangre, mientras dos esclavos jóvenes lo abanican,
en los días de las grandes procesiones al frente del pueblo, apoyado en la cruz: arma y bastón,
en traje de batalla, el esculpido rostro de silex aspirando como un incienso precioso el humo de los fusilamientos,
los fines de semana en su casa blindada junto al mar, al lado de su querida cubierta de joyas de gas neón,
¿sólo el sapo es inmortal?He aquí a la rabia verde y fría y a su cola de navajas y vidrio cortado,
he aqui al perro y a su aullido sarnoso,
al maguey taciturno, al nopal y al candelabro erizados, he aquí a la flor que sangra y hace sangrar,
la flor de inexorable y tajante geometría como un delicado instrumento de tortura,
he aquí a la noche de dientes largos y mirada filosa, la noche que desuella con un pedernal invisible,
oye a los dientes chocar uno contra otro,
oye a los huesos machacando a los huesos,
al tambor de piel humana golpeado por el fémur,
al tambor del pecho golpeado por el talón rabioso,
al tam-tam de los tímpanos golpeados por el sol delirante,
he aqui al polvo que se levanta como un rey amarillo y todo lo descuaja y danza solitario y se derrumba
como un árbol al que de pronto se le han secado las raíces, como una torre que cae de un solo tajo,
he aquí al hombre que cae y se levanta y come polvo y se arrastra,
al insecto humano que perfora la piedra y perfora los siglos y carcome la luz,
he aquí a la piedra rota, al hombre roto, a la luz rota.¿Abrir los ojos o cerrarlos, todo es igual?
Castillos interiores que incendia el pensamiento porque otro más puro se levante, sólo fulgor y llama,
semilla de la imagen que crece hasta ser árbol y hace estallar el cráneo,
palabra que busca unos labios que la digan,
sobre la antigua fuente humana cayeron grandes piedras,
hay siglos de piedras, años de losas, minutos espesores sobre la fuente humana.Dime, sequía, piedra pulida por el tiempo sin dientes, por el hambre sin dientes,
polvo molido por dientes que son siglos, por siglos que son hambres,
dime, cántaro roto caído en el polvo, dime,
¿la luz nace frotando hueso contra hueso, hombre contra hombre, hambre contra hambre,
hasta que surja al fin la chispa, el grito, la palabra,
hasta que brote al fin el agua y crezca el árbol de anchas hojas de turquesa?Hay que dormir con los ojos abiertos, hay que soñar con las manos,
soñemos sueños activos de río buscando su cauce, sueños de sol soñando sus mundos,
hay que soñar en voz alta, hay que cantar hasta que el canto eche raíces, tronco, ramas, pájaros, astros,
cantar hasta que el sueño engendre y brote del costado del dormido la espiga roja de la resurrección,
el agua de la mujer, el manantial para beber y mirarse y reconocerse y recobrarse,
el manantial para saberse hombre, el agua que habla a solas en la noche y nos llama con nuestro nombre,
el manantial de las palabras para decir yo, tú, él, nosotros, bajo el gran árbol viviente estatua de la lluvia,
para decir los pronombres hermosos y reconocernos y ser fieles a nuestros nombres
hay que soñar hacia atrás, hacia la fuente, hay que remar siglos arriba,
más allá de la infancia, más allá del comienzo, más allá de las aguas del bautismo,
echar abajo las paredes entre el hombre y el hombre, juntar de nuevo lo que fue separado,
vida y muerte no son mundos contrarios, somos un solo tallo con dos flores gemelas,
hay que desenterrar la palabra perdida, soñar hacia dentro y también hacia afuera,
descifrar el tatuaje de la noche y mirar cara a cara al mediodía y arrancarle su máscara,
bañarse en luz solar y comer los frutos nocturnos, deletrear la escritura del astro y la del río,
recordar lo que dicen la sangre y la marea, la tierra y el cuerpo, volver al punto de partida,
ni adentro ni afuera, ni arriba ni abajo, al cruce de caminos, adonde empiezan los caminos,
porque la luz canta con un rumor de agua, con un rumor de follaje canta el agua
y el alba está cargada de frutos, el día y la noche reconciliados fluyen como un río manso,
el día y la noche se acarician largamente como un hombre y una mujer enamorados,
como un solo río interminable bajo arcos de siglos fluyen las estaciones y los hombres,
hacia allá, al centro vivo del origen, más allá de fin y comienzo.
Nahal Oct 2016
Ojalá que crezca.
Ojalá que crezca porque
quiero ser una flor.
Una flor con colores brillantes,
al mismo tiempo, una flor inteligente
que sabe que la belleza no es el exterior.
Me das agua porque
con un poquito yo sé que pueda.
Crecer hasta cimas alcanzables
con los pies en la tierra,
y las raíces firmes.

Ojalá permanencia enseñe cosas bonitas:
de la vida, del sufrimiento, y dolor.
Finjamos que soy feliz,
triste pensamiento, un rato;
quizá prodréis persuadirme,
aunque yo sé lo contrario,

que pues sólo en la aprehensión
dicen que estriban los daños,
si os imagináis dichoso
no seréis tan desdichado.

Sírvame el entendimiento
alguna vez de descanso,
y no siempre esté el ingenio
con el provecho encontrado.

Todo el mundo es opiniones
de pareceres tan varios,
que lo que el uno que es *****
el otro prueba que es blanco.

A unos sirve de atractivo
lo que otro concibe enfado;
y lo que éste por alivio,
aquél tiene por trabajo.

El que está triste, censura
al alegre de liviano;
y el que esta alegre se burla
de ver al triste penando.

Los dos filósofos griegos
bien esta verdad probaron:
pues lo que en el uno risa,
causaba en el otro llanto.

Célebre su oposición
ha sido por siglos tantos,
sin que cuál acertó, esté
hasta agora averiguado.

Antes, en sus dos banderas
el mundo todo alistado,
conforme el humor le dicta,
sigue cada cual el bando.

Uno dice que de risa
sólo es digno el mundo vario;
y otro, que sus infortunios
son sólo para llorados.

Para todo se halla prueba
y razón en qué fundarlo;
y no hay razón para nada,
de haber razón para tanto.

Todos son iguales jueces;
y siendo iguales y varios,
no hay quien pueda decidir
cuál es lo más acertado.

Pues, si no hay quien lo sentencie,
¿por qué pensáis, vos, errado,
que os cometió Dios a vos
la decisión de los casos?

O ¿por qué, contra vos mismo,
severamente inhumano,
entre lo amargo y lo dulce,
queréis elegir lo amargo?

Si es mío mi entendimiento,
¿por qué siempre he de encontrarlo
tan torpe para el alivio,
tan agudo para el daño?

El discurso es un acero
que sirve para ambos cabos:
de dar muerte, por la *****,
por el pomo, de resguardo.

Si vos, sabiendo el peligro
queréis por la ***** usarlo,
¿qué culpa tiene el acero
del mal uso de la mano?

No es saber, saber hacer
discursos sutiles, vanos;
que el saber consiste sólo
en elegir lo más sano.

Especular las desdichas
y examinar los presagios,
sólo sirve de que el mal
crezca con anticiparlo.

En los trabajos futuros,
la atención, sutilizando,
más formidable que el riesgo
suele fingir el amago.

Qué feliz es la ignorancia
del que, indoctamente sabio,
halla de lo que padece,
en lo que ignora, sagrado!

 No siempre suben seguros
 vuelos del ingenio osados,
que buscan trono en el fuego
y hallan sepulcro en el llanto.

También es vicio el saber,
que si no se va atajando,
cuando menos se conoce
es más nocivo el estrago;

y si el vuelo no le abaten,
en sutilezas cebado,
por cuidar de lo curioso
olvida lo necesario.

Si culta mano no impide
crecer al árbol copado,
quita la sustancia al fruto
la locura de los ramos.

Si andar a nave ligera
no estorba lastre pesado,
sirve el vuelo de que sea
el precipicio más alto.

En amenidad inútil,
¿qué importa al florido campo,
si no halla fruto el otoño,
que ostente flores el mayo?

¿De qué sirve al ingenio
el producir muchos partos,
si a la multitud se sigue
el malogro de abortarlos?

Y a esta desdicha por fuerza
ha de seguirse el fracaso
de quedar el que produce,
si no muerto, lastimado.

El ingenio es como el fuego,
que, con la materia ingrato,
tanto la consume más
cuando él se ostenta más claro.

Es de su propio Señor
tan rebelado vasallo,
que convierte en sus ofensas
las armas de su resguardo.

Este pésimo ejercicio,
este duro afán pesado,
a los ojos de los hombres
dio Dios para ejercitarlos.

¿Qué loca ambición nos lleva
de nosotros olvidados?
Si es para vivir tan poco,
¿de qué sirve saber tanto?

¡Oh, si como hay de saber,
hubiera algún seminario
o escuela donde a ignorar
se enseñaran los trabajos!

¡Qué felizmente viviera
el que, flojamente cauto,
burlara las amenazas
del influjo de los astros!

Aprendamos a ignorar,
pensamiento, pues hallamos
que cuanto añado al discurso,
tanto le usurpo a los años.
Ceja de la luna nueva
sobre la comba del monte.
Por aquel camino bajan
lucesitas color cobre.

Se corren hacia la mar,
cinco son, finas estrellas.
La sombra come las manos,
el viento pica las huellas.

Pasa un olor de jacintos
nacido en no sé qué trenzas.
La media noche se acerca,
la luna colgada al pecho
aguijones del insomnio,
blanda madeja del sueño.

-¿Dónde están las cinco estrellas
las que orillaban la mar?
-En la niebla parpadea
una leve claridad.

¡Ay, que el aceite se acaba
y espera Nuestro Señor,
y cada vez los caminos
más como de tinta son!

¡Ay, que las vírgenes corran
que crezca y crezca la luna
que en las lámparas expriman
los olivos su aceituna!

¡Ay, que el Señor se entristece;
cinco sonrisas le faltan,
cinco varas de azucena
cinco túnicas de plata,
cinco besos, los más frescos
sobre el ardor de sus plantas!

¡Ay, se apagaron las lámparas!
Nunca he podido confirmarlo, pero dicen que en plena guerra de las
Malvinas le preguntaron a Borges qué solución se le
ocurría para el conflicto, y él, con su sorna
metafísica de siempre, respondió: "Creo que Argentina y
Gran Bretaña tendrían que ponerse de acuerdo y adjudicar
las Malvinas a Bolivia, para que este país logre por fin su salida al mar".

En realidad, la ironía de Borges (siempre que la cita sea
verdadera) se basaba en una obsesión que está presente en
todo boliviano, ese alguien que siempre parece estar acechando el
horizonte en busca del esquivo mar que le fue negado. Tiene el
Titicaca, por supuesto, pero el enorme lago sólo le sirve para
que crezca su frustración, ya que en vez de conducirlo a otros
mundos, sólo lo conduce a sí mismo.

De todas maneras, cuando algún boliviano llega al mar, aunque
éste sea ajeno, siempre se trata de un blanco, nunca de un
indio. Hubo un indio, sin embargo, nacido junto a las minas de Oruro,
que por un extraño azar pudo alcanzar el mar prohibido.

Debió ser un niño simpático y bien dispuesto, ya
que una dama paceña, que estaba de paso en Oruro y
pertenecía a una familia acaudalada, lo vio casualmente y se lo
trajo a la capital, allá por los años cincuenta.
Rebautizado como Gualberto Aniceto Morales, aprendió a leer y
aprendió a servir. Y tan bien lo hizo, que cuando sus patrones
viajaron a Europa, lo llevaron consigo, no precisamente para ampliar su
horizonte sino para que los auxiliara en menesteres domésticos.

Así fue que el muchacho (que para ese entonces ya había
cumplido quince años) pudo ir coleccionando en su memoria
imágenes de mar: desde la tibieza verde del Mediterráneo
hasta los golfos helados del Báltico. Cuando al cabo de un
año sus protectores regresaron, Gualberto Aniceto pidió
que lo dejaran viajar a su pueblo para ver a su familia.

Allí, en su pobreza de origen, en la humilde y despojada
querencia, ante la mirada atónita y el silencio compacto de los
suyos, el viajero fue informando larga y pormenorizadamente sobre
farallones, olas, delfines, astilleros, mareas, peces voladores, buques
cisternas, muelles de pescadores, faros que parpadean, tiburones,
gaviotas, enormes transatlánticos.

No obstante, llegó una noche en que se quedó sin
recuerdos y calló. Pero los suyos no suspendieron su expectativa
y siguieron mirándolo, esperando, arracimados sobre el piso de
tierra y con las mejillas hinchadas por la coca. Desde el fondo del
recinto llegó la voz del abuelo, todavía inexorable, a
pesar de sus pulmones carcomidos: "¿Y qué más?".

Gualberto Aniceto sintió que no podía defraudarlos.
Sabía por experiencia que la nostalgia del mar no tiene fin. Y
fue entonces, sólo entonces, que empezó a hablar de las sirenas.
¡Ay luna nueva, fresquita
como una hilacha del día,
que en el cielo azul y claro
la tarde dejó perdida!

¡Ay luna recién llegada,
que en el fondo del aljibe
pareces una pestaña
Caída en el agua triste!

Voy a pedirte una gracia...
(Dicen que es bueno pedirla
cuando la luna es así,
delgada y recién nacida).

Ampárame con tu embrujo
esta pálida sonrisa,
que después de tanto tiempo
vuelve a prestarme la dicha.

Haz que ella crezca contigo
y que me alumbre la cara,
como tú, cuando semejas
Una medalla dorada.

Luna fina de Setiembre,
sobre el mar y sobre el campo:
¡sé cordial a mi dulzura
como lo fuiste a mi llanto!
LittleWordss Aug 2019
Crece, pequeñito cerezo teñido de blanco, alcanza La Luz, búscala, aunque esté muy lejos te iluminara de Alegría, no tapes a los demás para que no lleguen te caerás. No la arrebates de los demás te pudrirás. Crece alcánzala sin dejar nada atrás los necesitarás, ve acompañando con lo que siempre estuvieron junto a ti aunque no siempre haya sido así, los extrañarás. Crece junto a los demás  aunque en realidad estoy solito, sin color, ni esencia, tampoco Alegría o motivo del estar alegre, “estar vivo es una” si pero no es la alegría que busco, busco una alegría acompañada, una que pueda compartir solo un una persona no con todas. Aunque me nieguen y desaparezcan muchas sensaciones en el recorrido de mi vida, no me puedo quejar, hay muchas cosas que tengo que para otros no existentes, pero entre la existencia total desconocen que es ser amado o al menos que alguien piense en ti o le importes. Solo este cerezo a estado, seco, firme ante la tierra, pero olvidada, solo quiere que alguien se acuerde de él, aunque se interpongan eventos más importantes que sepan de su más nula existencia. Aunque luche por seguir adelante y haber dado todo en todos sus retos, aunque diga que no es necesaria, un reconocimiento pequeño le haría muy feliz. No se quiere sentir apartado, aunque lo esté.
Un día una florecita bebé salió, desde hace años no le crecía una, se encariñó de ella y ante toda circunstancia la protegía y la alimentó de buenas cosas, cosas que se han perdido con los años, cosas que ya nadie aprecia y ve en ella un destello de humildad y pureza. Se alegra de ver algo así en años, y lo único que quiere es que crezca fuerte y hermosa, segura y sin temor a cosas nuevas, que sea el color rosa más tierno, hermoso y tenue que allá. No la quiere perder y espera que algún día ella pueda enseñarle cosas hermosas y como vivir en paz y que algún día ella pueda teñirle de rosa y darle color a su vida, como el cerezo crío de ella.


Tú, yo , nosotros
Tú, mi inspiración
Tú , el que me cuida de los mountros
Tú, el que tiene mi atención

Tú, el pequeño gigante
Tú, el profesor perfecto
Tú, el que me tiene de practicante
Tú, el que me enseña lo bueno

Tú, el de los ojos caramelo
Tú, que si no estás mi alma colapsa
Tú, el del corazón sincero
Tú, el que el tiempo estanca

Tú, el que me salva si me hundo
Tú, el que sonríe sin razón
Tú, el que me ayuda en lo profundo
Tú, el que toma leche en un tazón

Tú, el que me hace feliz
Tú, el de las bromas malas
Tú, el que aún es aprendiz
Tú, el señor de las balas

Tú, el que es curioso
Tú , el construye armas
Tú, el que es ingenioso
Tú , que aún me amas

Tú, del que me enamoro cada día
Tú , el que se sienta ahí y es
Tú, el que aún está en las vías
Tú, el que es cortés

Tú, solo tú me hace sentir
Tú, solo tú me haces soñar
Tú, solo tú me haces vivir
Tú, solo tú me haces volar

Tú, el de la sonrisa perfecta
Tú, el del perfil hermoso
Tú, el que siempre me afecta
Tú, el que será famoso

Tú, mi compañero de vida
Tú, el que estará en mi futuro
Tú, el que no se dará a la huida
Tú, el que odia lo oscuro

Tú, el que me ayuda si caigo
Tú, el que sigue ahí
Tú, el que no se va si fallo
Tú, el que ama mis errores

Tú, mi abrigo
Tú, el que me protege
Tú, mi mejor amigo
Tú, el que me fortalece

Tú, el que sabe de mí
Tú, el que me apoya
Tu, el que se sentó a oír
Tú, el que me adora

Tú, el de los brazos fuertes
Tú, el que tiene mi alma
Tú, el del abrazo caliente
Tú, el que me encanta

Tú, el de la boca adictiva
Tú, el de la risa tonta
Tú, el de la mordida
Tú, el que me atonta

Tú... Tú eres mi felicidad
Tú... Tú eres mi tristeza
Tú... Tú eres mi ansiedad
Tú ...Tú eres todo mientras crezca

— The End —