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Lua Bastos Apr 2015
Na neblina abafada
Dentre as árvores, dentre algas
Sentir a água
Ouvir os cantos
Cintilante
Suas mãos quentes tocaram meu tornozelo
Seu coração frio tocou o meu
Oh, Deus,
Se realmente estou apaixonado
Me faça não querer deixa-la
Os corações que já quebrei,
não se comparam ao dela
Deixe-me ficar
Se realmente estou apaixonado,
me diga se ela corresponde
Seu canto entrou em meus ouvidos
Uma sintonia aveludada,
salgada,
com uma pitada de perigo
O som dos pingos de água se rebatendo
Venha comigo, vamos viver juntos
Seja minha esposa.
Presa por algemas de areia
Se rebatia enquanto suas mãos puxavam as minhas
Delicada.
Uma beleza agoniante
Oh, Deus,
O que será de mim?
Um vida fria terei caso não ficar com ela.
Me trazendo para a água
Sussurrando feitiços e me deixando cego pelo amor
Meu corpo logo estará submerso
Estou indo
Ofegante
Coração frio, mãos quentes, beleza agoniante
Vendo a escuridão
Cego por um amor planejado
Um coração antes sujo,
fora iludido por olhos vibrantes
e pele cintilante
O coração quente fora apagado,
sentindo amor.
Oh, Deus,
diga-me, terminarei sendo enganado?
La tigre de Bengala
con su lustrosa piel manchada a trechos,
está alegre y gentil, está de gala.
Salta de los repechos
de un ribazo, al tupido
carrizal de un bambú; luego a la roca
que se yergue a la entrada de su gruta.
Allí lanza un rugido,
se agita como loca
y eriza de placer su piel hirsuta.
La fiera virgen ama.
Es el mes del ardor. Parece el suelo
rescoldo; y en el cielo
el sol inmensa llama.
Por el ramaje oscuro
salta huyendo el kanguro.
El boa se infla, duerme, se calienta
a la tórrida lumbre;
el pájaro se sienta
a reposar sobre la verde cumbre.
Siéntense vahos de horno:
y la selva indiana
en alas del bochorno,
lanza, bajo el sereno
cielo, un soplo de sí.  La tigre ufana
respira a pulmón lleno,
y al verse hermosa, altiva, soberana,
le late el corazón, se le hincha el seno.
Contempla su gran zarpa, en ella la uña
de marfil; luego toca,
el filo de una roca,
y prueba y lo rasguña.
Mírase luego el flanco
que azota con el rabo puntiagudo
de color ***** y blanco,
y móvil y felpudo;
luego el vientre. En seguida
abre las anchas fauces, altanera
como reina que exige vasallaje;
después husmea, busca, va. La fiera
exhala algo a manera
de un suspiro salvaje.
Un rugido callado
escuchó. Con presteza
volvió la vista de uno a otro lado.
Y chispeó su ojo verde y dilatado
cuando miró de un tigre la cabeza
surgir sobre la cima de un collado.
El tigre se acercaba.
                                     
Era muy bello.
Gigantesca la talla, el pelo fino,
apretado el ijar, robusto el cuello,
era un don Juan felino
en el bosque. Anda a trancos
callados; ve a la tigre inquieta, sola,
y le muestra los blancos
dientes; y luego arbola
con donaire la cola.
Al caminar se vía
su cuerpo ondear, con garbo y bizarría.
Se miraban los músculos hinchados
debajo de la piel.  Y se diría
ser aquella alimaña
un rudo gladiador de la montaña.
Los pelos erizados
del labio relamía. Cuando andaba,
con su peso chafaba
la yerba verde y muelle,
y el ruido de su aliento semejaba
el resollar de un fuelle.
Él es, él es el rey. Cetro de oro
no, sino la ancha garra,
que se hinca recia en el testuz del toro
y las carnes desgarra.
La negra águila enorme, de pupilas
de fuego y corvo pico relumbrante,
tiene a Aquilón: las hondas y tranquilas
aguas, el gran caimán; el elefante,
la cañada y la estepa;
la víbora, los juncos por do trepa;
y su caliente nido,
del árbol suspendido,
el ave dulce y tierna
que ama la primer luz.
                                     
Él la caverna.
No envidia al león la crin, ni al potro rudo
el casco, ni al membrudo
hipopótamo el lomo corpulento,
quien bajo los ramajes de copudo
baobab, ruge al viento.
Así va el orgulloso, llega, halaga;
corresponde la tigre que le espera,
y con caricias las caricias paga,
en su salvaje ardor, la carnicera.
Después, el misterioso
tacto, las impulsivas
fuerzas que arrastran con poder pasmoso;
y, ¡oh gran Pan! el idilio monstruoso
bajo las vastas selvas primitivas.
No el de las musas de las blandas horas
suaves, expresivas,
en las rientes auroras
y las azules noches pensativas;
sino el que todo enciende, anima, exalta,
polen, savia, calor, nervio, corteza,
y en torrentes de vida brota y salta
del seno de la gran Naturaleza.
El príncipe de Gales va de caza
por bosques y por cerros,
con su gran servidumbre y con sus perros
de la más fina raza.
Acallando el  tropel  de  los  vasallos,
deteniendo traíllas  y caballos,
con la mirada inquieta,
contempla a los dos tigres, de la gruta
a la entrada. Requiere la escopeta,
y avanza, y no se inmuta.
Las fieras se acarician.  No han oído
tropel de cazadores.
A esos terribles seres,
embriagados de amores,
con cadenas de flores
se les hubiera uncido
a la nevada concha de Citeres
o al carro de Cupido.
El príncipe atrevido,
adelanta, se acerca, ya se para;
ya apunta y cierra un ojo; ya dispara;
ya del arma el estruendo
por el espeso bosque ha resonado.
El tigre sale huyendo,
y la hembra queda, el vientre desgarrado.
¡Oh, va a morir!... Pero antes, débil, yerta,
chorreando sangre por la herida abierta,
con ojo dolorido
miró a aquel cazador, lanzó un gemido
como un ¡ay! de mujer... y cayó muerta.
Aquel macho que huyó, bravo y zahareño
a los rayos ardientes
del sol, en su cubil después dormía.
Entonces tuvo un sueño:
que enterraba las garras y los dientes
en vientres sonrosados
y pechos de mujer; y que engullía
por postres delicados
de comidas y cenas,
como tigre goloso entre golosos,
unas cuantas docenas
de niño tiernos, rubios y sabrosos.
Porque se tiene conciencia de la inutilidad de tantas cosas
a veces uno se sienta tranquilamente a la sombra de un árbol -en
verano-
y se calla.

(¿Dije tranquilamente?: falso, falso:
uno se sienta inquieto haciendo extraños gestos,
pisoteando las hojas abatidas
por la furia de un otoño sombrío,
destrozando con los dedos el cartón inocente de una caja de fósforos,
mordiendo injustamente las uñas de esos dedos,
escupiendo en los charcos invernales,
golpeando con el puño cerrado la piel rugosa de las casas que permanecen indiferentes al paso de la primavera,
una primavera urbana que asoma con timidez los flecos de sus cabellos verdes allá arriba,
detrás del zinc oscuro de los canalones,
levemente arraigada a la materia efímera de las tejas a punto de ser polvo.)
Eso es cierto, tan cierto
como que tengo un nombre con alas celestiales,
arcangélico nombre que a nada corresponde:
Ángel,
me dicen,
y yo me levanto
disciplinado y recto
con las alas mordidas
-quiero decir: las uñas-
y sonrío y me callo porque, en último extremo,
uno tiene conciencia
de la inutilidad de todas las palabras.
Por mi ruina hueca,
anda un pausado viento
esta tarde encendida.
-Alrededor, la tierra seca
refulje, en un ondulamiento
de mieses de otra vida-.

...El rumor corresponde
a aquel rumor... ¿de dónde?;
la esencia a aquélla, ¿a cuál esencia?...
Sí, fue una tarde de esta trasparencia,
en un campo... ¿de dónde?

Y el olor rumoroso y trasparente,
como un verdón trasfigurado,
que va a cantar ya eternamente,
se entra, dorado, por mi vana frente
y sale por mi vano corazón, dorado.
Fría y tormentosa la noche que zarpé de Montevideo.
Al doblar el Cerro,
tiré desde la cubierta más alta
una moneda que brilló y se anegó en las aguas barrosas,
una cosa de luz que arrebataron el tiempo y la tiniebla.
Tuve la sensación de haber cometido un acto irrevocable,
de agregar a la historia del planeta
dos series incesantes, paralelas, quizá infinitas:
mi destino, hecho de zozobra, de amor y de vanas vicisitudes,
y el de aquel disco de metal
que las aguas darían al blando abismo
o a los remotos mares que aún roen
despojos del sajón y del fenicio.
A cada instante de mi sueño o de mi vigilia
corresponde otro de la ciega moneda.
A veces he sentido remordimiento
y otras envidia,
de ti que estás, como nosotros, en el tiempo y su laberinto
y que no lo sabes.
Não vou ser demasiado massador na introdução  e basicamente falarei dos encargos de uma família típica portuguesa, composta por um casal com um filho.
Rendimento médio ordenado mínimo 580€ mês cada membro do casal, que corresponde em 14 meses a quantia de 16240€.
No entanto pensando naquilo que é viver com as mínimas condições de dignidade despende-se anualmente:
- Água 15€ mês ×12= 180€;
- Luz 40€ mês ×12=480€;
- Gás 25€ mês ×12=300€;
- Renda de casa 200€ mês ×12=2400€;
- Empréstimo de carro 150€ mês ×12=1800€;
- Seguro carro ao ano 200€;
- Manutenção carro, imposto, muda 4 pneus e revisão com inspecção: 500€;
- Gasóleo 1 depósito mês 1,46€ L ×50L=73€×12=876€;
- Escola (180€) mês ×12= 2160€;
- roupa pra três media mensal cada 27,7€ da ao ano: 1000€;
- Alimentação de casal e filho mês 250€ ×12=3000€;
- Saúde entre seguros, consultas e medicação 1100€ ano para os 3.
- Extravagância do casa 4 cafés diários caseiros 0,30€ cada café ×31 dias×12 meses= 446,4€
Totalizando anualmente um encargo de 14442,60€;
Sobra em dinheiro líquido 1797.4€ que no orçamento familiar representam a cada um dos três membros valor de margem poupança 49,927€ mês, há taxa diária de 1,61€ para cada.
Com todo este dinheiro cada família portuguesa que está em situação idêntica este rendimento exuberante permite-lhe disfrutar de uma vida folgada de 8 horas de trabalho diário, para poder viver em dignidade mínima.
Permite-lhe ainda disfrutar de excelentes instâncias turísticas, boa gastronomia, bem como um SPA relaxante.
Esses bons samaritanos que todos os dias nas TV pedem metade do que resta a cada Português para extravagância própria, pedindo só 0,70€ por chamada, metade do resíduo do vencimento sobrante diário, que façam a real caridade e deixem de enganar o povo Português e doem cada um que la trabalhe, 500€ mês e sortêm pelos pobres portugueses que miseravelmente vivem, e que são enxovalhados diariamente em tantas bocas televisivas. Isso é boa fé e caridade.
Obrigado

— The End —