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Trampas, ponen en mi camino trampas. Construidas de palabras de alabanza. Desean saber sobre mí, no saben que yo sé con antelación, lo que se planea. Desconocen que puedo leer el corazón y ver el Alma, sin importar la distancia...

No es fácil conocerme, no porque no me muestre tal como soy, que soy. Tal como me muestro,Sino, porque no soy una hombre, como otra hombre, mi modo de ser y de pensar es diferente.

No es fácil conocerme, no, no lo es, porque soy imprevisible. Jamás planeo nada. Todo surge instantáneamente y me dejo llevar por las corrientes del destino. No pongo resistencia.

No es fácil conocerme a pesar de ser un libro abierto en sentimientos. Intenté proteger a algunas personas, y el bien que yo he dejado a los demás, me lo deseaban pagar con trampas.

Cada cual recogerá lo que siembre. Yo sembraré bondad, por donde camin, pero no confiaré jamás, en personas que intentan pagar Mal, por el Bien que han recibido. Y evitaré esas trampas, como llevo haciendo toda mi vida.
Al Sofacama Dec 2013
Los ecos que se escuchan
desde el centro de la Tierra
son solo míos.
Estas paredes carbonizadas están bien construidas
X
¡Cae agua de revólveres lavados!
Precisamente,
es la gracia metálica del agua,
en la tarde nocturna en Aragón,
no obstante las construidas yerbas,
las legumbres ardientes, las plantas industriales.

Precisamente,
es la rama serena de la química,
la rama de explosivos en un pelo,
la rama de automóviles en frecuencias y adioses.

Así responde el hombre, así, a la muerte,
así mira de frente y escucha de costado,
así el agua, al contrario de la sangre, es de agua,
así el fuego, al revés de la ceniza, alisa sus rumiantes
ateridos.
¿Quién va, bajo la nieve? ¿Están matando?
No.
Precisamente,
va la vida coleando, con su segunda soga.

¡Y horrísima es la guerra, solivianta,
lo pone a uno largo, ojoso;
da tumba la guerra, da caer,
da dar un salto extraño de antropoide!
Tú lo hueles, compañero, perfectamente,
al pisar
por distracción tu brazo entre cadáveres;
tú lo ves, pues, tocaste tus testículos,
poniéndote rojísimo;
tú lo oyes en tu boca de soldado natural.

Vamos, pues, compañero;
nos espera tu sombra apercibida,
nos espera tu sombra acuartelada,
mediodía capitán, noche soldado raso...
Por eso, al referirme a esta agonía,
aléjome de mí gritando fuerte:
¡Abajo mi cadáver! ... Y sollozo.

— The End —