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Ha muchos años que busco el yermo,
ha muchos años que vivo triste,
ha muchos años que estoy enfermo,
¡y es por el libro que tú escribiste!

¡Oh Kempis, antes de leerte amaba
la luz, las vegas, el mar Oceano;
mas tú dijiste que todo acaba,
que todo muere, que todo es vano!

Antes, llevado de mis antojos,
besé los labios que al beso invitan,
las rubias trenzas, los grande ojos,
¡sin acordarme que se marchitan!

Mas como afirman doctores graves,
que tú, maestro, citas y nombras,
que el hombre pasa como las naves,
como las nubes, como las sombras...

huyo de todo terreno lazo,
ningún cariño mi mente alegra,
y con tu libro bajo del brazo
voy recorriendo la noche negra...

¡Oh Kempis, Kempis, asceta yermo,
pálido asceta, qué mal me hiciste!
¡Ha muchos años que estoy enfermo,
y es por el libro que tú escribiste!
Almendra Isabel Jun 2014
Dibujo tras dibujo en la misma libreta cuando estoy con una revuelta en mi maleta. Esperando al avión. Qué fea sensación.

Tengo un desorden que quiero poner en orden. Un caos en el corazón. Cuando dibujo no dibujo, trazo.
Qué más me gustaría que fuera lo mismo cuando amo. Que cuando ame no ame, que solo trace. Pero no es lo mismo. Y cuando sufro, tal como lo dice la palabra y un poquito más: sufro. Pero creo que es efecto de la cuestión del vivirlo todo al extremo.

Y hablando de extremos,
me gusta acordarme del extremo que partió el corazón hace poco.
Del lugar,
del aire frío,
de la lengua exótica y del olor a pescado mientras mojo mis botas en la lluvia.

Me gusta este lugar,
cómo el nórdico aire nos arropa, y luego tu mano con la mía topa.

Me gusta cómo el sol quema mi piel.
Helada hiel.
Sentirme suelta, sentirme libre.
Sin anclas.
Sin apegos.
Sin revueltos.

Me gusta meditar en el césped de algodón metafórico creyéndome capaz de todo.
Lejos de todo pero sintiéndome todo.
Quiero, con afán soñoliento,
Gozar de la muerte más leve
Entre bosques y mares de escarcha,
Hecho aire que pasa y no sabe.

Quiero la muerte entre mis manos,
Fruto tan ceniciento y rápido,
Igual al cuerno frágil
De la luz cuando nace en el invierno.

Quiero beber al fin su lejana amargura;
Quiero escuchar su sueño con rumor de arpa
Mientras siento las venas que se enfrían,
Porque la frialdad tan sólo me consuela.
Voy a morir de un deseo,
Si un deseo sutil vale la muerte;
A vivir sin mí mismo de un deseo,
Sin despertar, sin acordarme,
Allá en la luna perdido entre su frío.
dafne Apr 2017
me acuerdo cuando soñaba en largar me del lugar endone naci. encontraba todas las razones por qué odiaba este lugar y era la canción que mi mente cantaba día y noche.
ahora que me voy por seguro, estoy descubriendo los lugares que voy a extrañar,
los lugares que me dan alguna razón de vivir aquí,
que me hacen el corazon latir con esperanza,
un motivo para extrañar un lugar que nunca aprecie.
en unos meses ya no te tendré, y voy a acordarme de los petalos de flores, los besos del sol, el olor del mar, y la música de las palmeras en el viento.
Robert Vasile May 15
Casi se me olvida que yo también existo desde que te convertí en el epicentro de mi universo
Casi se me olvida que te fuiste y te estaba buscando en la cama para taparte
Casi se me olvida que tus promesas caducaron hace tiempo y me entristezco al acordarme
Casi te escribo un día de estos pero ya carece de sentido  
Por mucho que yo haya sentido, ahora se que he dado más de lo debido
Te he llevado conmigo en cada latido
Tengo estas letras de testigo
Un río de lágrimas he vertido, a plena luz del día y también a oscuras, escondido
Preguntándome por qué te has ido… y esas palabras vacías y gestos fríos como si fuéramos dos desconocidos
Minimizando mis sentimientos y lo que he sufrido
Se que tu también lo has llevado dentro,contigo
Saque fuerzas de donde no quedaba para enfrentarme a tu apego evitativo
Pero solo tenía que dejarlo estar… al final solo conseguí sentirme derrotado,dolido
Por eso ahora lo suelto todo en un suspiro
Me acompaña el insomnio, los pensamientos no me dejan estar dormido
Son mis ganas de pensarte, mis ganas de sentirte y de sentirme vivo
Y tengo miedo de que un día amanezca y no seas lo primero que pienso al despertarme
Porque entonces se habrá apagado lo que tanto quemaba
Y han pasado tormentas pero la llama no se apaga, sigo recordando tus manos, tu cara, tu mirada…
Confesión
La tercera vez de todos los días
(por ti, por cada te amo)

Tercera vez en el día
que te escribo,
aunque tú no lo puedas ver,
que te chillo que te quiero,
aunque no me puedas oír.

Ya no sé si escribir es un hobby
o un paso por estar más cerca de ti.

Ahora escucho tu música
para acordarme
de lo que era estar junto a ti.
Y te echo de menos:
a ti,
a tus pensamientos,
a tus taras.

¿Taras?
Como si eso importara.
Esas que tanto odiabas,
pero mira,
no puedo parar de pensarlas.

¿Y qué será de ti?
Una preocupación
que me invade el pecho,
que no me deja vivir,
como si protegerte
fuera mi misión
y tú mismo
fueras mi rendición.

Tengo más preguntas que respuestas,
más lágrimas que ganas,
más problemas que tiritas
que ya no sanan.

Pero qué más da:
desgárrame
hasta que no sea nada,
hasta llevar yo
todo el peso de la casa.

Sabes que cargaría tus penas,
aunque yo me quede en cadenas.

“Por mi bien”, decías.
Pero dime:
¿quién te dio derecho
para asumir
lo que quería?

Tercera vez en el día que te lloro.
Te lo reconozco.

Estoy cansada de oír tu voz
taladrándome el corazón,
de que rompas las barreras
que te he puesto.

Estoy cansada de verte en humo,
de verte hasta en los espejos,
de que solo quede un recuerdo,
vivo desde que te fuiste
con un mensaje en el pecho.

Sigo buscando en el diccionario
la palabra que explique lo que siento.
Busco el significado
como la flor busca al sol.

No la encontró.
No me encuentro.

Sigo pensando:
¿qué queda de mí?

Te lo he dado.
Lo has llevado como recuerdo.
Solo has dejado un cráter en mi corazón.

Lo relleno con dolor,
con alcohol,
con todo lo que me provoque
alguna sensación —
aunque sea ardor,
o tan solo rencor,
tal vez desesperación.

Desesperación por ti,
por cada mensaje,
por cada "te amo",
por cada día
en el mismo sitio, sentados.

Quizás,
solo quizás,
algún día
no te lloraré,
no te esperaré,
no te buscaré.

Pero solo...                                                          ­                                                                 ­                                                                 ­                                  dejare de hacerlo                                                          ­                                                                 ­                                                                 ­                                             cuando deje de respirar

— The End —